24 agosto 2006

060824 Monogamia

Al igual que en religión hay quien dice que es creyente, pero no practicante, dando a entender que todos los males de la Iglesia, y del mundo por extensión, proceden del púlpito (y parte de razón no les falta), en cierto modo igual pasa con la monogamia: en mi caso, no soy creyente, pero sí practicante. Nunca he creído y difícilmente se me podrá convencer para que lo haga; otra cosa es que la practique, porque quien manda, manda.

Me resulta curioso ese estado en el que una persona consagra su vida entera, o al menos parte importante, a otra, muchas veces con la convicción de que a las primeras de cambio se le pagará con una moneda de inferior valor.

No puedo obligar a nadie a hacer algo en lo que en mi fuero interno no creo, por eso dejo libertad de elección, incluso preferiría que no se perdiesen oportunidades (oportunidad es siempre que realmente merezca la pena), porque lo peor que puede pasarle a uno es que se pase la vida entonando la letanía del qué hubiera sido de mi vida si …

Por contra, lo único que pido es que se me deje en la más feliz de las ignorancias, no porque me importe, no, sino porque podría quedarme ese regustillo agridulce de sentirme comparado.

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