Mi amigo abrió el cajón de la mesita de noche de su mujer y sacó un paquetito envuelto en un papel blanco.
- Éste, dijo, no es un simple paquete, es ropa interior.
Tiró el papel y observó la preciosa seda del conjunto.
- Lo compró la primera vez que fuimos a New York, hace 8 ó 9 años... Nunca lo usó. Lo guardaba para una ocasión especial. Bien. Creo que ésta es la ocasión adecuada.
Se acercó a la cama y apoyó el conjunto al lado de la ropa que llevaría a la funeraria: su mujer acababa de morir.
Se giró hacia mí y me dijo:
- Nunca guardes nada para una ocasión especial, cada día que vives, cada momento que estás con tu mujer es una ocasión especial.
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