27 enero 2009

090127 de pequeñas tragedias VII

Hay días en los que no me siento satisfecho de lo que hago.

No te lo plantéas; es tu trabajo y lo haces, coges tus armas y las utilizas. Somos mercenarios. Todos lo somos.

Y especialmente desagradable es cuando quien va a recibir la andanada a quemarropa es gente joven. Mercenarios, sí, pero con corazón.

Hoy es uno de esos días.

Tocaba clase teórica de contabilidad. Hora y media. Vaya coñazo les he soltado. Varios se han dormido, otros cuantos han desconectado a los 5 minutos, la mayoría estaban sólo de cuerpo presente, en estado precatatónico. Pocos, chicas en gran parte, han seguido la clase y han participando adecuadamente.

En fin, no me siento especialmente contento.

A ver cuántos desertan para la semana que viene.

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