De lo peor que te puede pasar es perder alguno de tus colaboradores.
A veces no lo valoras en el momento; te das cuenta con el tiempo, cuando
ya no lo tienes ahí para solucionar tus cagadas.
A ZPardillo le está pasando eso; le huyen sus colaboradores como si estuviera
apestado.
Se fue Jordi Sevilla (muy crítico con ciertas actuaciones del Gobierno) y ahora
Solbes abandona el barco (López Aguilar y Jauregui no es que se hayan ido, los
han "ido").
De los barcos que se hunden se dice que las primeras que huyen son las ratas.
No sería justo comparar a estos señores con ratas ahondando en su connotación
más negativa; pero evidentemente las ratas hacen caso de su instinto y se van
de donde hay algo que no les gusta.
Y difícilmente me van a convencer de que la actual derrota del ejecutivo les
gusta.
Nos puede gustar más o menos, pero hay que reconocer que Solbes era el único
que ponía cierta coherencia económica en el carajal zapateriano que estamos
sufriendo desde hace 5 años.
Eso le hizo incómodo, así que ZPardillo se lo quitó de encima como Ministro
de Economía (poniendo en su lugar alguien que diga "Sí, guana" a todos los
sinsentidos del presidente) y el tiempo ha hecho el resto.
El tiempo ... y los Presupuestos Generales del Estado cuya aprobación está a
la vuelta de unos días.
Saliendo del Congreso se evita tener que votar a favor de algo con lo que está
radicalmente en contra. Pocos pueden estar a favor de unos presupuestos sin
orden, ni concierto.
Pero se olvida de que era Solbes quien iba en listas. Y la gente le votó a él. Y
que, en coherencia, debería defender en el Congreso sus ideas, no huir cuando
algo le resulta incómodo.
Al final, si está en contra porque le parece un sinsentido y no hace todo lo posible
para correguir el desaguisado, es como si votase a favor.
Quizás sólo sea un estómago agradecido más.
Quizás la comparación con la huída del barco no esté tan desencaminada.
El problema es que en el barco estamos nosotros.
Y nosotros no lo vamos a poder abandonar.
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