100823 de no creáis todo lo que oigáis por ahí 17

Albert Vilalta y Roque Pascual han sido liberados después de casi nueve meses
de secuestro por AQMI, un conglomerado que se autocubre bajo el paraguas de
AlQaeda, que, no lo ocultemos, acojona más que si simplemente se dicen
delincuentes del tres al cuarto.

Los liberados han declarado que están encantados de la liberación, que en cuanto
lleguen a Barcelona lo primero que van a hacer es ir a la Monumental a una corrida
de toros, que es lo que más han echado en falta este último año (es que un espectáculo
con ñues no es lo mismo).

Ahora merecen todo nuestro apoyo.

Antes de que pase toda la polvareda y nos olvidemos de la noticia, un par de
consideraciones.

Es cierto que las formas son importantes. En estos tiempos de crisis, a lo mejor
guardar las formas hubiera sido que llegasen un poco más tarde, unas horas, o un
día más tarde, y que hubiesen venido en un vuelo comercial en lugar de enviar un
avión militar para ir de vacío y volver con media docena de personas.

El resultado final hubiese sido el mismo, aunque mucho más barato.

Otro tema es el resultado económico de la operación humanitaria. La carabana
salió el 22 de noviembre desde el puerto de Barcelona, el 23 de noviembre llegaron
a Tánger, desde donde iniciaron su viaje por carretera hasta Banjul en Gambia,
destino final y ciudad costera, como Barcelona.

O sea, que evitan pasar por España (quizás lo consideran un país inseguro) y se
dedican a cruzar Marruecos, el Sáhara Occidental, Mauritania, Senegal y Gambia
en camión. ¿Quién cojones decidió el trayecto? ¿Bin Laden?

Resultado final: los camiones con ayuda humanitaria llegaron a su destino, sí,
y también ha llegado a una cuadrilla de terroristas varios millones de euros,
entre 5 y 10 según las fuentes.

¿Seguros que no fue Bin Laden quién ideó el viaje?

Para Montilla éste es un final feliz. ¿Feliz? Evidentemente, la liberación es feliz,
pero no paguéis 5 o 10 millones de euros por mi rescate. No los merezco. Y si
los mereciera, no sería justificable entregárselos a unos terroristas para liberarme.

Está muy bien eso de involucrarse con las acciones solidarias, ya me gustaría
poder decir que yo estoy tan implicado, pero al final hay que ser conscientes de
si nuestras acciones no son más dañinas que lo que intentamos paliar.

ZPropaganda no lo es, por eso no duda en gastar muchos euros en autobombo
para sacar partido del secuestro. Pero los demás debemos tener mucho
cuidado con lo que hacemos y ver si, aún siendo menos espectacular, no es
mejor llevar la ayuda humanitaria en barco hasta el destino final.