No de casa de nuestros padres, no. De nuestra casa. De la casa que nos costó
Dios y ayuda comprar con el sudor de nuestra frente.
Pero quien manda, manda.
En fin, es una pasta, pero que sea para bien.
El tiempo dirá.
Y para todos aquellos que queréis salir de la crisis
Para los que no quieran salir, pues no.
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