dos Españas: cada vez conozco a menos gente que no piense que es un perfecto
inepto.
Al menos en eso vamos a estar de acuerdo.
No sé cómo se apaña, pero consigue encontrar problemas donde no los había.
Esta vez le han tocado a los apellidos.
Qué duda cabe que por una cuestión de tradición machista, el primer apellido
en España ha venido siendo el del padre.
Es cierto que algunas madres no querían que se perdiera su apellido, pero a pocas
conozco que pusieran el grito en el cielo. Hay cosas más importantes de las que
preocuparse.
Hace unos años se cambió la norma y se podía poner primero el apellido de la
madre y después el del padre.
Y ahí vino el problema.
¿Qué pasa cuando no se está de acuerdo? ¿Cuál se pone primero?
La solución ha sido salomónica: se ponen los apellidos por orden alfabético.
Este tío es ...
Nos podemos encontrar con hermanos de varios matrimonios cuyos apellidos
sean:
- Fernández Blázquez
- López Fernández
- Antunez Fernández
- Fernández Gómez
Si ya de por sí nos cuesta explicar en el extranjero que tomamos el primer
apellido del padre y el primero de la madre, como para explicar ahora que
la recua de niños que llevamos en el avión son todos hijos nuestros, aunque
no coincidan los apellidos.
Podía haber sido más original, podía haber dicho que se echasen a suerte los
padres el orden de los apellidos a los chinos.
Algo al menos ha conseguido:
¿Cuál será su próxima ocurrencia? ¿Que uno tenga que demostrar que no
ha discriminado a alguien a la hora de no contratarlo? Ah, no que eso ya lo
ha legislado.
Lo próximo será que tengamos que demostrar que no hemos conducido
por encima del límite de velocidad, o sea, que seamos culpables de antemano,
como ha pasado con el canon del Ministerio de la SGAE.
Y ahora se extrañan de que la piratería se haya disparado en este país. Conozco
gente que compraba discos originales pero que desde que se les ha criminalizado
se lo bajan de internet (lo cual yo no hago y lo cual condeno; no es la solución a
una medida sin seso).
Y para todos aquellos que queréis salir de la crisis
Para los que no quieran salir, pues no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario