Cospedal debe dimitir.
Se puso delante de los periodistas para reconocer que su partido había hecho algo ilegal: camuflar una indemnización por despido como una continuación del contrato es ilegal. Y como esta mujer no sabe (y además tiene sensación de absoluta impunidad), no le importó reconocerlo. Y ya de paso, varios de los periodistas, por no decir todos, que asistieron a esa rueda de prensa deberían dimitir por no haber aprovechado esa declaración a pecho descubierto para sacarle los colores; evidentemente no lo hicieron porque para ser periodista sólo se pide una cara bonita, no saber de qué se está hablando.
La mitad de los ministros de este ejecutivo deben dimitir.
No saben de lo que hablan y, cuando lo hacen, demuestran que no tienen nivel para estar en el puesto. Hasta cierto punto se podría considerar malvesación de dineros públicos pagar un salario cuando no se está capacitado para el puesto, aunque sea un puesto político.
Y la otra mitad también debe dimitir.
Saben lo que se llevan entre manos, pero eso no quiere decir que estén haciendo lo mejor para el interés general. Y lo saben. ¿O es que Gallardón no sabe lo que supone convertir en delito el ayudar a alguien sin papeles? Organizaciones como Cáritas deberán replantearse su acción social; con la propuesta de Gallardón sus cooperantes se convertirían en delincuentes en la mayoría de sus acciones de voluntariado (con la propuesta de Gallardón y la aquiescencia de la jerarquía de la Iglesia Católica española, más interesada en llenar sus arcas que en seguir la parábola del buen samaritano de Jesús. Con las leyes de Gallardón, un Jesús del siglo XXI terminaría en la carcel; otra vez, igual que hace 2000 años, y posiblemente también condenado por un tribunal eclesiástico que lo considerase incómodo).
El presidente Rajoy debe dimitir.
Es incapaz de sacar a España de la crisis sin que esto suponga un desangrado de la mitad de la sociedad. Saldremos de la crisis, sí. Dentro de unos años se reconocerá la labor del presidente Rajoy como digna de alabanza, es posible. Pero habrá que preguntarse si salimos de la crisis gracias a las medidas visionarias de Rajoy o a pesar de las medidas temerarias de Rajoy. Los números cuadrarán, pero a costa de los (muchos) que quedarán en el camino. Literal.
La cúpula del principal partido de la oposición debe dimitir.
Lo que este país necesita, además de un gobierno válido, que no de validos, es una oposición fuerte. Y eso no lo tenemos. Han sido incapaces de poner orden en su casa y lo sufrimos día tras día, tragedia tras tragedia. Hace unas semanas intentaron hacerse la foto en una manifestación y tuvieron que salir por pies cuando los reconocieron. Si son incapaces de arreglar lo suyo, ¿cómo van a arreglar lo nuestro?
El rey debe dimitir (abdicar es el término correcto).
Cuando se enteró de que su yerno estaba haciendo ilegalidades, en lugar de denunciarlo lo mandó fuera de España a ver si escampaba. Y no lo hizo. Esa acción, o mejor dicho esa omisión, ha puesto en jaque a la monarquía española. Antepuso la familia a la institución. Debe asumir su responsabilidad e irse. No sé si la solución pasa por Felipe VI, personalmente tengo mis dudas porque es igual de responsable de la no denuncia de su cuñado; lo que sí tengo claro es que cada día que pasa Juan Carlos I como rey es una piedra más de lastre en la corona.
La cúpula empresarial debe dimitir.
A mí, como empresario, no me representa unos elementos que se jactan de no pagar a Hacienda y de tener pufos por aquí y por allá. El dinero que no pagan como contribuyentes lo tengo que pagar yo como pardillo que lleva sus cuentas al día.
De los sindicatos no digo nada porque, aunque les queda mucho por hacer, me parece que sí que están haciendo los deberes. O quizás sea que la realidad los está poniendo en su lugar.
Bueno, se me escapan varios.
Todos estos que he dicho se deberían ir y se agarran a la poltrona, a pesar del daño que saben que hacen.
El que se va hoy es Benedicto XVI.
No es santo de mi devoción. Hace 8 años su error me pareció un error y 8 años después me lo sigue pareciendo.
Reconozco su valor cuando decide irse porque no se ve con fuerzas para seguir adelante.
Espero que esta vez los electores del cónclave estén más acertados.
Aunque si la decisión dependerá de elementos como Rouco Varelan, poco puedo esperar del acierto de la representación española.
Un chiste blanco y no carente de cierta malicia:
Hablando Dios - Padre, Dios - Hijo y Dios - Espiritu Santo dice Dios - Padre: "Sabéis, me gustaría ir a darme una vuelta por el Paraiso; fue mi primera obra y hace tanto tiempo que no me paso por allí, desde que Adán y Eva salieron ... ". Dios - Hijo dice: "Pues a mi me gustaría ir a Jerusalén; mis últimos días allí fueron ajetreados y dolorosos, pero aún así tengo un buen recuredo de la ciudad". "Pues a mí me gustaría ir a Roma", comenta Dios - Espiritu Santo, "dicen que es una ciudad muy bonita. Aunque no lo sé, yo nunca he estado allí".
Esperemos que se pase a ver la ciudad y a dar algún consejillo durante el cónclave.
Y ya un comentario con algo más de mala leche: ¿porqué Rouco Varela está en contra del uso del preservativo, con lo bonito que es que te salgan hermanos por aquí y por allá?
Mamen García, artista valenciana
Paco Clavel, artista jienense
Rouco Varela, artista lucense
Qué bonito es la familia.
A ver, el origen de la semilla es incierta; habría que ver al resto de familiares.
Como católico, cada domingo me siento en la obligación de colaborar económicamente al sostenimiento de la iglesia católica. Como cristiano, cada domingo me siento con la responsabilidad de cortar la financiación a un grupo de prácticas anticristianas (no ateo, que es respetable; anticristiano, que ataca y desprestigia todo en lo que creo). Veremos en qué acaba esto.
