Tengo que reconocer que me equivoqué.
Cuando algún ateo hacía críticas a la Iglesia siempre le decía: "Para hundir la Iglesia, más efectivo que vuestras críticas es dejar actuar a la curia episcopal. La Iglesia ha sobrevivido 2 000 años, casi no sobrevivió a Juan Pablo II y muy difícilmente sobrevivirá a Benedicto XVI".
Me equivoqué, Benedicto XVI deja el pontificado este 28 de febrero.
Juan Pablo II dejó un legado discutible, con clarooscuros, pero en el que hubo puntos buenos. Quizás más claros que oscuros.
De Benedicto XVI no puedo decir nada. Ni positivo, ni negativo.
Esta entrada no sé ni como titularla.
¿Alegría por el cambio? El tiempo lo dirá.
¿Tragedia por el tiempo perdido? No lo sé; Joseph Ratzinger tendrá que hacer examen de conciencia y decidir si mereció la pena, si los egos personales estaban por encima del bien general de la institución.
Para mí el tiempo perdido es una (pequeña) tragedia.
Primero Beatriz de Holanda. Ahora el Papa de la Iglesia Católica. ¿Le ha llegado ya su momento a Juan Carlos I? ¿O va a esperar a que su caída como rey arrastre a la monarquía en España? Los juancarlistas estamos dejando de serlo gracias al propio Juan Carlos. ¿Felipe VI es la solución? Sinceramente, tengo mis dudas. ¿Y la república? Con la cantidad de políticos corruptos que tenemos, me da miedo dejarles otro agujero donde meter la cabeza (y las manos para llenarse los bolsillos).
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