La Plataforma de Afectados por la Hipoteca ha recibido el Premio Ciudadano Europeo concedido por la Eurocámara.
Este galardón se concede a quienes de una manera significativa se implican en la ciudadanía en Europa.
Todo un continente no puede estar equivocado. Al menos los representantes políticos de ese continente.
Sería lógico que el gobierno de España se sintiese orgulloso de que una organización de su país reciba este reconocimiento.
Nada más lejos de la realidad.
Han contestado con dureza. Han comparado a la plataforma con ETA y a su cabeza visible con Hitler.
Todo un país no puede estar equivocado. Pero es posible que sus representantes políticos sí lo estén.
Independientemente de porqué han perdido algunas personas sus casas (y no lo neguemos, hay auténticos profesionales de la ocupación ilegal), ¿no habría que plantearse que el que le digas a un trabajador, sea un albañil, un abogado o un político, que en tu opinión no está haciendo bien su trabajo no debe considerarse coacción, sino que le haces ver tu punto de vista?
Ojo, hablado; ni con violencia, ni siquiera con gritos. Somos personas civilizadas. Incluso los políticos.
¿Qué será lo próximo? ¿Denunciarnos y encarcelarnos si no les votamos?
Esta situación se nos está yendo de las manos. Hemos dado el poder a quien se defiende de nosotros porque nos considera sus enemigos.
La situación (salvando muuuuchas distancias; yo no acuso a nadie de nazi, ni asesino) me recuerda un poema de Martin Niemöller:
Original
Als die Nazis die Kommunisten holten,
habe ich geschwiegen;
ich war ja kein Kommunist.
Als sie die Sozialdemokraten einsperrten,
habe ich geschwiegen;
ich war ja kein Sozialdemokrat.
Als sie die Gewerkschafter holten,
habe ich nicht protestiert;
ich war ja kein Gewerkschafter.
Als sie die Juden holten,
habe ich nicht protestiert;
ich war ja kein Jude.
Als sie mich holten,
gab es keinen mehr, der protestieren konnte.
Traducción
Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme a mí,
no había nadie más que pudiera protestar.
Recordadlo la próxima vez que vayáis a votar.
Y los que tengáis militancia en algún partido, haced oir vuestra voz antes de que sea demasiado tarde. Y si no se os escucha, daros de baja; os diría que lucháseis desde dentro, pero si no os hacen caso es porque la casta gobernante de los partidos no os van a dejar que les mováis la silla. No lo dudéis, no les sois útiles.
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