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Hace un mes me llamó una empresa de telefonía, llamémosla Compañía A, para hacerme una oferta.

Llamé a mi compañía, llamémosla Compañía B, y les dije, Mira, me ofrecen esto; ¿qué me ofreces tú?

La respuesta fue del tipo, Bueno, tenemos muy buenas ofertas, te podemos ofrecer esto, blablablá, blablablá, blablablá. Humo.

Me fui con la Compañía A.

Cuando la Compañía A pidió la portabilidad a la Compañía B, me llamaron de la Compañía B para hacerme una contraoferta. Contraoferta bastante más sustanciosa que la oferta de la nueva empresa y, por supuesto, que la que me habían hecho en su momento.

Me tocó las narices, porque ya les había hecho mover a los de la Compañía A los trámites y no me gusta hacer trabajar a la gente para nada. Les dije que por qué no me habían hecho esa oferta cuando les llamé la primera vez y la respuesta literal de la operadora de la Compañía B fue: Es que la mejor oferta es la contraoferta. Mal empezamos si quien me da servicio y en quien tengo que confiar me demuestra que soy un número, por no decir un puto número, al que no se le da un servicio mejor hasta que no se queja.

El tiempo da la razón a esa impresión.

Después de un mes ha pasado muchas cosas. Me han mandado los teléfonos a una localidad en la que no vivo, me vino el técnico del ADSL antes de que me enviaran el router, me ha tocado llamar unas 20 veces a preguntar por los teléfonos, uno de los cuales después de casi un mes no ha llegado aún.

Lo más sangrante es que en estas llamadas cada vez te coge el teléfono una persona distinta, así que te toca volver a explicarles qué ha pasado.

Esta noche he estado hablando con el servicio correspondiente casi una hora. La chica ya no sabía por dónde salir; unas veces me decía que es que el teléfono que estoy esperando no les había llegado devuelto, cuando le daba la referencia de devolución que me habían dado en alguna llamada anterior me decía que sí, que les había llegado pero que lo que faltaba era que se hubiera dado la autorización  y cuando le daba la referencia de autorización me decía que lo que faltaba era otra cosa.

Le he preguntado que si igual que ellos no estaban cumpliendo con su contrato, que si yo podía incumplir mi parte y no pagar las facturas que me llegasen en el futuro. Silencio.

Después de casi una hora, la chica lo único que ha podido hacer es enrocarse en que ella no podía hacer nada. Ah, que no podía hacer nada, y que no podía decirme cuándo me llegaría el terminal, ni que pudiera haber una negociación/compensación por el lamentable servicio y por supuesto que lo de darme de baja sin penalización para mí, que me olvidase.

O sea, que tengo que estar en una compañía que no me está dando servicio porque no me ha enviado el terminal que me prometieron para acceder a dicho servicio.

Y lo peor es la sensación de impotencia, porque hasta estaría dispuesto a ir a donde esté el terminal a recogerlo.

Al final, la sensación personal que me queda es de timo, de fraude, de estafa. Y me quedan dos años (menos 1 mes) de permanencia con una compañía a la que personalmente considero una fracasada.

Ah, se me olvidaba. De la Compañía A no puedo dar referencias porque no sé cómo trabaja. La Compañía B, la que considero un timo y un fraude es Vodafone.

Vodafone se gasta millones en campañas publicitarias, sin darse cuenta de que cuando alguien teclee en un buscador de internet "COMPAÑÍA TELEFÓNICA TIMO FRAUDE" posiblemente saldrá esta entrada referida a Vodafone. ¿Qué es más interesante, hacer grandes campañas de publicidad para captar clientes nuevos o que tus actuales clientes echen pestes de ti a futuribles clientes?

Si conocéis a alguien que esté pensando en contratar algún servicio de Vodafone, si no queréis terminar pensando como yo que deberían cambiarse el nombre por el de Timofone o Robafone y que son un fraude y una estafa, por favor, recomendadle que NI DE COÑA CONTRATE CON Vodafone. Le haréis un favor.


Y parece que no soy el único. Me he encontrado esto por la red:

Ah, y otro último consejo. Con Vodafone no creo que vaya a funcionar, pero con compañías serias sí: cuando habléis con ellos sobre ofertas y demás, grabadlo (decídles que les vais a grabar; tienen que daros su consentimiento y tienen que saberse grabados) y, muy importante, llegad a un acuerdo de penalización en caso de incumplimiento (si vosotros no cumplís y no pagáis una factura os embargan; ellos deben comprometerse a dar contraprestaciones en caso de incumplimiento).