Hay que reconocer que si bien el equipo español empezó con un juego ramplón,
terminó saliendo por la puerta grande.
La previa del mundial la hizo con señorío.
La fase de grupos estuvo a punto de caer eliminada, si bien se repuso y terminó
como primera de grupo. Es cierto que por el fútbol desarrollado no merecía pasar
a la siguiente ronda, pero no es menos cierto que sus compañeras de grupo lo
hicieron aún peor. Así que el que terminara primera de grupo de ese grupo ramplón
tampoco se puede considerar injusto.
Luego vinieron las eliminatorias. Ahí se fue mejorando pasito a pasito.
La semifinal contra Alemania fue impresionante. No sé si era miedo de los alemanes
o que realmente los nuestros se salieron. El caso es que fue un repaso en toda regla.
La final contra Holanda ya fue otra cosa. Otra cosa, sobre todo por parte de los
holandeses. Un fútbol feo, feo, feo. Patadas sin ton ni son. Juego bronco.
Consiguieron su objetivo en parte, mantuvieron a los españoles bordeando el partido,
sin entrar de lleno.
¿Alguien ha visto algo parecido a la patada de De Jong a Xabi Alonso? Se saldó con
tarjeta amarilla, igual que la que recibió Iniesta por quitarse la camiseta o Xavi por
perder tiempo (como los árbitros no son los que reciben las patadas). ¿Por qué la
FIFA no permite un árbitro en una sala con una televisión controlando estas cosas?
¿Quizás sea porque si le interesa que gane un equipo no tendría posibilidad de
favorecerlo con un árbitro complaciente?
Sergio Ramos era consciente no sólo que que a los que quedasen segundos nadie
los recordaría, sino que incluso sólo se recordaría a quien marcase el gol de la
victoria, por eso lo buscó, lo buscó y lo buscó, adelantándose incluso a sus propios
delanteros. No fue su noche goleadora.
Luego prórroga y ahí llegó un manchego. Iniesta estaba donde tenía que estar y se
logró un hueco en la historia. En la historia pequeñita de un país pequeñito, que
necesita de pequeños héroes para sentirse grande.
Y luego vino la entrega de la copa
Y luego el beso de Casillas a mi mediopaisana Sara Carbonero,
De todo esto que ha pasado, yo veo un artífice (y no es ni Iniesta, ni Xabi, ni Puyol, ...
ni siquiera Sara Carbonero):
Gracias, tocayo.
La copa de campeones ya a volado de Sudáfrica a España
... y ya la tenemos en Madrid.
grandes.
PS.-
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