Hoy ha empezado mi niño en el cole.
Anoche le preparamos la mochilita con todo lo que necesita y no sabía si
le gustaba o no le hacía ni pizca de gracia.
Al principio era un poco reticente, pero luego poco a poco se ha ido
convenciendo.
Bueno, es un mimoso. Le encantan los mimos, así que eso de que mi
niña fuera y fuese el centro de atención lo traía un poco fuera de sí.
Hoy ha empezado él.
Esta tarde vendrá y me contará cómo le ha ido.
Espero que no sea como el otro día, que una madre le contaba a otro que
en el primer día de guardería a su hijo le habían mordido (lo normal, vamos).
El primer día de cole es extraño; traumático en algunos casos. De todas
formas, una de las responsables del centro me ha dicho que es normal, que
a todos les dan un período de adaptación de 15 días; después de esa fecha
pocos pueden concebir su vida sin el cole.
De hecho, como él estaba reticente ayer le pregunté a mi niña si ella quería
ir al cole hace unos meses, antes de empezar, y me dijo que no, le contesté
que si no quería ir que podía quedarse en casa y me dijo que de eso ni hablar.
Espero que se produzca esta metamorfosis también en él. Nos daremos
unos días (eso suponiendo que esta tarde no venga diciendo que no quiere
volver, que sería lo probable).
Cuando los he visto en el minibús, no he podido evitar pensar en algo que
ya tengo claro desde hace tiempo. Que cómo pasa el tiempo y que, aunque
no queramos, se están haciendo mayores.
Sobre todo teniendo en cuenta que entre ambos suman más de siglo y medio
de experiencia. Ahí es nada.
PS.- Las 17h, acaban de volver. Se lo ha pasado bien, pero viene un poco
despistado, se sorprende cuando le decimos que va a volver mañana. En
principio no pone pegas. Supongo que cuando haya pasado una semana
habrá entrado en la rutina. Veremos.
despistado, se sorprende cuando le decimos que va a volver mañana. En
principio no pone pegas. Supongo que cuando haya pasado una semana
habrá entrado en la rutina. Veremos.
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