Vuelven las Olimpiadas. Esta vez en Londres (afortunadamente) y dentro de cuatro años en Río de Janeiro (afortunadamente también).
Afortunadamente porque nos podía haber tocado a nosotros y con la que está cayendo me veo organizando la carrera de obstáculos en el patio de mi casa. Cuadrilla de incompetentes. El peor alcalde de Madrid y la peor (y única) alcaldesa de Madrid están empeñados en arruinarnos la vida.
Ayer el rey dijo a los deportistas que no lo dudasen, que los ojos de todos los españoles estarían puestos en ellos.
Estoy de acuerdo con él. Cómo para no tenerlos puestos en ellos. ¡¡¡A ver quién es el guapo que es capaz de mirar a otro sitio cuando aparezcan de esta guisa!!!
Con esta equipación tengo dudas de si los jugadores van a luchar por el oro o se van a poner a desbalijar las instalaciones olímpicas para robar el cobre.
¡Qué recuerdos de esos materiales cutres que nos compraban nuestras madres en los mercadillos de los años 80 y que nosotros llevábamos a la escuela tan orgullosos y eran la envidia de todos los compañeros! Ahora con ropa de marca, i-pads y demás los niños no saben disfrutar de la esencia de la vida. Los yonkychandals, eso sí que era un lujo.
Por si el COE necesita nuevas ideas y aplicaciones:
Estoy totalmente de acuerdo con Nadal. No me extraña que haya dicho que naranjas a lo de ser abanderado.
Pero para gustos, los colores. El polo cuesta 70 euros y es la prenda más vendida de la tienda oficial en Londres.
Acojonante.
Esto deja a la altura de la alta costura el chandal torero:
¡Que aprenda nuestra presidenta, que siempre ha sido reacia a vestir como sus hermanísimos y demás dictadorzuelos! Ahora su elegancia se está poniendo de moda.
PS.- Nueva propuesta (del FMI) para nuestros olímpicos:
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