No sé por qué extraña razón cuando alguno tiene un servicio de comedor en el trabajo, el resto de la gente se piensa que les han puesto cocineros 5 estrellas Michelin a su servicio.
Lamento desilusionaros. No. Es un servicio de comedor, no es la cocina del Ritz. Lo que hay es menú del día. Lo llaman menú del día. Y personalmente tengo dudas de que un restaurante que pusiera ese rancho carcelero al público en un local a pie de calle consiguiera sobrevivir más de un par de meses.
Nosotros lo tenemos y una o dos veces por semana como fuera, con eso os digo lo que opino del servicio.
De hecho, la gente va al comedor a comerse lo que ha traido en el tupper de su casa.
Es cómodo, no es caro, pero no es para invitar a los amigos.
A título de ejemplo os pongo un mensaje que he enviado hoy después de comer a una compañera que me he encontrado antes de entrar en el comedor (repito: "comedor", no restaurante) y que me ha dicho que ha comido lo que se había traido de casa porque no se había dado cuenta de que era jueves y había paella.
Victoria, qué arroz más bueno te has
perdido. Bueno, en el comedor lo llaman paella. También se llaman a sí mismos
servicio de catering y a lo que nos ponen, comida.
Lo dicho, buenísimo. Con sus trocitos de
pollo, con sus trocitos de sepia, con sus trocitos de arroz en trocitos.
Hasta me ha tocado un mejillón. Entero.
Con cáscara y todo. Que abultaba más que el plato. Olé, olé y olé.
Bueno, la verdad es que me miraba de una
manera rara, siniestra casi. Y tenía ahí un color claro rojiverdeazulado chungo.
Chungo, chungo. Lo tienen que haber pescado en La Mancha conquense. No conozco
nada bueno que haya salido nunca de allí. Nada. Nunca.
Mañana te diré si he conseguido digerirlo
o si me ha digerido él a mí desde dentro.
Creo que está todo dicho.
Por favor, no nos acribilléis diciéndonos la suerte que tenemos por disponer de comedor en el trabajo. No tengo tan claro que sea una ventaja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario