Las celebraciones tuvieron consecuencias; si es que ya no estoy para estos trotes. El domingo no me pude levantar ni para ir a entrenar; la verdad es que tampoco tiene mucho aliciente ir a un sitio cuando sabes que te van a pegar hasta en el carnet de identidad.
El caso es que cuando por fin conseguí levantarme a eso de las 2 de la tarde (quizás fueran las 4, todo es posible), comí algo (el hambre no la había perdido, no) y encendí la maldita caja tonta.
Primero fueron los culebrones, después los realities. Ahora se están poniendo de moda los programas científicos, o al menos pseudocientíficos. Los documentales de la 2 son el programa preferido de la audiencia (aunque luego no los ve ni Dios), en El Hormiguero tienen su sección de científicos chiflados, Brainiac acercaba la ciencia a los más jóvenes, y Clever ... Clever ... Me jode darle publicidad a este programa, pero es que no os lo podéis perder.
El caso es que es una mezcla entre concurso, un reality, un programa del corazón, ... Y todo eso ligado a base de ciencia.
Es un concurso, porque hacen preguntas a una serie de personajes que pasan por allí. Las preguntas son sobre ciencia; nada del otro mundo, no os vayáis a pensar. Pero aún así, una de las parejas acertó 3 de la docena de preguntas y la otra 1. La Virgen, 1, y la acertó al azar.
Es un reality, porque no conocía a ninguno de los participantes. Eso tampoco dice mucho a mi favor, pero es que desconecté de estos personajillos cuando Lequio vino por primera vez a España. En fin, por lo que me pareció entender, uno había participado en Supervivientes (éste es el que acertó la hecha al azar), su compañera era una mexicana estereotipo de rubia, buenorra y tonta, la de la otra pareja hizo toda una declaración de intenciones cuando la presentaron como hija y nieta de científicos y se apresuró a desvincularse y asegurar que a ella no le habían llegado esos genes (ciertamente, rubia, buenorra y tonta, doy fe de que la combinación genética te jugó una mala pasada: no vas a ser la premio Nobel más guapa de la historia; de hecho, si no fuera porque los políticos se han empeñado en regalar el título, no serías la graduada en ESO más guapa de la historia, no porque no estés para coger pan y mojar, sino porque se necesita al menos saber escribir tu nombre para aprobar), el cuarto era un personaje tímido que había participado en Mira quien baila.
Es un programa del corazón, porque la presentadora que hacía juego con las otras 2 (sufrió brotes de dislexia cuando hacía las preguntas, lo que provocaba que los cortitos concursantes quedasen totalmente descolocados) se empeñaba en que quedase claro el porqué de la elección de los concursantes a base de aclarar sus logros sociales, y los concursantes se encargaban de demostrar el porqué no. El Superviviente era una loca que se empeñaba en darnos a conocer su vida y (escasos) milagros. El bailarín se comportó como un completo autista. Las chicas hicieron lo mejor que podían hacer dadas las circunstancias: hablar poquito.
Para rematar la faena, pusieron a un actor clon de Esteso con bata y pajarita en el papel de científico. Por alguna extraña razón se dirigían a él como profesor. Y lo que es peor, le pedían explicaciones. Y claro, cuando hablaba, la cagaba. Cállate, nene, que a lo mejor a tu madre le hace ilusión, pero estás quedando como el culo.
El último miembro de esta parodia era Mario Picazo, el hombre del tiempo venido a show-man, y que realmente es el único científico del grupo. Varias veces le tocó deshacer los entuertos provocados por el profesor, aunque hubo alguna vez que su cara parecía decir “Macho, de este barrizal en el que te estás metiendo te va a sacar tu abuela”.
Bueno, lo dicho, que si os queréis reír, no os lo podéis perder. Pero si sufrís con la vergüenza ajena, no os lo recomiendo.