No te lo plantéas; es tu trabajo y lo haces, coges tus armas y las utilizas. Somos mercenarios. Todos lo somos.
Y especialmente desagradable es cuando quien va a recibir la andanada a quemarropa es gente joven. Mercenarios, sí, pero con corazón.
Hoy es uno de esos días.
Tocaba clase teórica de contabilidad. Hora y media. Vaya coñazo les he soltado. Varios se han dormido, otros cuantos han desconectado a los 5 minutos, la mayoría estaban sólo de cuerpo presente, en estado precatatónico. Pocos, chicas en gran parte, han seguido la clase y han participando adecuadamente.
A ver cuántos desertan para la semana que viene.
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