Y no, aunque lo parezca, no es una Gallardonada de tantas.
El cambio climático nos da una tregua. Aunque no suele durar mucho la alegría en casa de pobre.
Y yo que me tengo que ir a coger aceituna. Maldita sea mi suerte.
Por cierto, id haciendo reserva de aceite, que luego sabéis que se me acaba pronto.
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