Han comenzado las elecciones ... Las que sean; aquí estamos de elecciones contínuas.
Ante un público convencido, Zapatero dijo que no quería pasar la ocasión para condenar la situación en Palestina. Consiguió aplausos y vítores.
¿Quiere esto decir que va a llamar al embajador a consultas? Moralmente es lo que debe hacer, si está convencido de que la situación es denunciable. Eso como mínimo.
¿Lo va a hacer? No lo creo.
Otra vergüenza más.
No, no me refiero sólo a él. Es una vergüenza colectiva. De Occidente, al que Oriente Próximo le queda lejano. De Estados Unidos, que podría ser justificable que intervenga para defender sus intereses económicos, o los de sus dirigentes, pero que no debe llenarse la boca de causas humanitarias cuando de lo que se llenan la boca y bolsillos es de petroleo y dólares. De Europa, a donde lo llega la sangre del otro lado del Mediterráneo. De los países árabes, a los que la muerte de sus hermanos sólo les sirven para apalancarse en sus posiciones radicales, pero que no van a mover un dedo para sacarles de su calamitosa situación de necesidad; ¿por qué los petrodólares no sirven para crear riqueza en su tan querida Palestina?, ¿son hermanos de segunda?
Por mi parte, la que más me duele es la posición de Europa, que es la que más me toca. ¿Hasta cuándo vamos a seguir mirando al ombligo?
Hace unos días alguien me dijo algo sobre lo que ya escribí hace unos años: ¿hasta qué punto lo que está haciendo Israel no justifica la actuación de Hitler? Qué barbaridad! Paren el mundo que me bajo. ¿Cómo puede ser que alguien se pueda plantear si el genocidio, cualquier genocidio, puede tener alguna explicación?
Esto, toda esta situación, me desborda y pasa con mucho las grandes tragedias.
Señor Zapatero, podemos seguir mirando para otro lado si eso tranquiliza nuestras conciencias, pero esto es lo que hay.
No hay comentarios:
Publicar un comentario