090320 de reprobaciones 002

No soy mucho de televisión; veo algún que otro programa, muchas veces por casualidad. Tengo que reconocer que soy más de radio.

De la televisión, de sus programas, me entero muchas veces por la propia radio o por la prensa escrita. Es cierto que no es información de primera mano, por eso la tengo que contrastar.

De Telecinco no espero mucho. Para mí, calidad muy por debajo de lo mínimo razonable. Hay algunos programas ligeros que ayudan a pasar la digestión mientras dormitamos. Camera café y Aída se salvarían por lo pelos; poco se puede pedir donde no hay. Sus guionistas los salvan a base de ridiculizarnos hasta conseguir una sonrisa, poco más. Si nos vemos parodiados dentro de las series, se salvarían de la quema. Si no, ni siquiera.

Otros, ni siquiera eso.

Esta cadena, en mi opinión, se ha especializado en idiotizar a la gente a base de crear engendros y presentarlos como imprescindibles para la civilización.

Conocemos de sobra programas-basura, que nos muestran gente-basura y que son conducidos por pseudopresentadores-basura.

Y eso entraría dentro de lo razonable. Idiotizo a la gente y luego me aprovecho de ellos. El típico timo de la estampita, vamos.

Lo discutible es cuando alguien que no es nadie le pega una paliza a un anónimo por intentar librar de malos tratos a la acompañante del primero y la cadena se encarga de sacar a la maltratada para justificar lo injustificable y decir poco menos que el que la ayudó se lo tenía merecido por meterse donde no le llaman. Todo el mundo tiene derecho a defender su punto de vista, faltaría más, pero ¿qué será lo próximo?, ¿contratar a un violador confeso como colaborador de La Noria? Que el pseudopresentador del progama no se plantase y pusiese fin a la farsa dice mucho de él, de su programa y de la cadena que paga su estómago agradecido.

No voy a pedir el boicot a esa cadena (de eso ya se encargan otros con más gracia que yo: boicot a telecinco o boicot a tele5), cada uno es libre de hacer lo que quiera.

Yo voy a dejar de verla.

Y, por favor, no os molestéis si la ponéis es vuestras casas y me levanto y me voy. Soy así de borde.