Me estoy dando a todos los vicios.
Y ninguno de ellos barato.
Y encima a mi edad.
Lacrosse, carreras, buceo, … y ahora espeleología.
Cierto es que ha sido una incursión pequeñita.
Hemos ido a la cueva de El Soplao. Impresionantes formaciones.
Realmente es digno de ver.
Es como la cúpula de Barceló, pero a lo bestia y sin tantos colorines.
Las imágenes no hacen honor a la realidad; realmente todo es blanco
inmaculado.
Había dos posibilidades, un trenecito que te lleva a la primera de las
salas donde te explican lo que hay dentro o calzarte el casco, el mono
y las katiuskas, avanzar por los intestinos de la cueva y ponerte de barro
hasta el cuello.
No tanto, es cierto.
La ruta discurre por un antiguo lecho de río subterráneo, ahora con
apenas un hilo de agua, que por algún extraño azar del destino durante
nuestra visita comenzó a crecer desde la nada y terminamos de agua
hasta los tobillos.
Además no es conveniente medir más de uno cincuenta de altura,
porque te arriesgas a llevarte de peineta lo que el agua ha tardado
miles de años en formar.
ATENCIÓN, RECOMENDACIONES: Una cosa que no te dicen cuando
haces la reserva y te cobran 30 euracos más una comisión es que no
puedes participar si tienes asma o eres diabético. Bueno, para el asma
si llevas la medicación contigo sí puedes, así qué, asmáticos del mundo,
uníos y llevad vuestros ventolines a la cueva.
Lo siento, para los diabéticos no tengo la solución.
Más información en:
Lo dicho, estoy descubriendo cosas que son como si hubieran formado parte
de mí de toda la vida, pero que son completamente nuevas a la vez.
A mi edad, vicioso.
Y ninguno de ellos barato.
Y encima a mi edad.
Lacrosse, carreras, buceo, … y ahora espeleología.
Cierto es que ha sido una incursión pequeñita.
Hemos ido a la cueva de El Soplao. Impresionantes formaciones.
Realmente es digno de ver.
Es como la cúpula de Barceló, pero a lo bestia y sin tantos colorines.
Las imágenes no hacen honor a la realidad; realmente todo es blanco
inmaculado.
Había dos posibilidades, un trenecito que te lleva a la primera de las
salas donde te explican lo que hay dentro o calzarte el casco, el mono
y las katiuskas, avanzar por los intestinos de la cueva y ponerte de barro
hasta el cuello.
No tanto, es cierto.
La ruta discurre por un antiguo lecho de río subterráneo, ahora con
apenas un hilo de agua, que por algún extraño azar del destino durante
nuestra visita comenzó a crecer desde la nada y terminamos de agua
hasta los tobillos.
Además no es conveniente medir más de uno cincuenta de altura,
porque te arriesgas a llevarte de peineta lo que el agua ha tardado
miles de años en formar.
ATENCIÓN, RECOMENDACIONES: Una cosa que no te dicen cuando
haces la reserva y te cobran 30 euracos más una comisión es que no
puedes participar si tienes asma o eres diabético. Bueno, para el asma
si llevas la medicación contigo sí puedes, así qué, asmáticos del mundo,
uníos y llevad vuestros ventolines a la cueva.
Lo siento, para los diabéticos no tengo la solución.
Más información en:
Lo dicho, estoy descubriendo cosas que son como si hubieran formado parte
de mí de toda la vida, pero que son completamente nuevas a la vez.
A mi edad, vicioso.
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