El viernes por la noche, al volver a casa oímos que el aire tiraba unas vallas
que cortaban la entrada a una calle en obras. Una de tantas en Madrid.
Cayeron en el carril-bus justo antes que pasase uno, que tuvo tiempo para
esquivarlas.
"Llamará a la central para que vengan a retirarlas" - Pensé.
El sábado las vallas aún seguían así.
El domingo aún seguían allí.
Hoy aún seguían allí.
Por allí han pasado motos esquivando en el último momento el obstáculo,
taxis que pasaban por encima arriesgando sus ruedas, autobuses que
pasaban por encima destrozando las ruedas pagadas con nuestros impuestos,
policias que hacía la vista gorda a las pirulas que hacían algunos, servicios
de limpieza del ayuntamiento que pasaban quitando todo, todo menos esto,
y, por supuesto, ciudadanos que teníamos cosas más importantes que hacer.
Posiblemente haya pasado por delante un destacamento del SELUR.
Quizás haya pasado por delante Gallardimisión.
Esto es Madrid.
Tres días un elemento peligroso ha ocupado parte de la vía y nadie ha hecho
nada para quitarlo, nadie ha hecho nada por solidaridad para con sus
conciudadanos, nadie he hecho nada para mostrar con su ejemplo su
ciudadanía.
Podemos excusarnos en que estábamos convencidos de que los autobuseros,
taxistas, servicios de limpieza o policías ya habían avisado al departamento
municipal correspondiente.
Excusas.
El caso es que este peligro ha estado tres días poniéndonos a todos en peligro
y nadie ha novido un dedo para solucionarlo.
Esto es Madrid.
¿Y todavía seguimos queriendo celebrar aquí una Olimpiada?
¿Esto es lo que vamos a mostrar al mundo?
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