ZPardillo dice a todo que sí. Da igual lo descabellado que sea. No importa
que sea negativo para la mayoría. Aquí, el primero que pide, consigue.
Pero es que el segundo que pide también consigue, aunque lo que pida esté
en contra de lo que se pidió con anterioridad.
No se puede decir que este hombre tenga mucho criterio, la verdad.
Porque puedes estar equivocado, sí, pero al menos hay que reconocer que
Aznar, Bush y Blair tenía criterio. Nos metieron en una guerra injusta sólo
por un puñado de dólares, pero se mantuvieron firmes (al menos hasta que
la mentira se hizo insostenible y alguno se desmoronó como un adolescente
al que han pillado expiando en el baño de las chicas. Sólo les faltó llorar).
Una persona como el presidente que dice a todo que sí, ¿cómo se comportará
en el terreno personal, en casa, con sus hijas?
Llevamos años en los que se ha pasado de la dictadura de los padres y de
todos los mayores a la dictadura de los hijos. Cuanto más pequeños, más
dictadores.
Es de esperar que quien tiene responsabilidades de gobierno, al menos
gobierne también en casa.
No digo que sea un dictador, sino que consensúe con su pareja la educación
de los hijos y el gobierno de la casa.
¿Una persona que dice a todo que sí será capaz de negar algo a sus hijas?
La respuesta está en esta foto, que fue tomada ayer en la cena de gala que
La Casa Blanca organizó en el Metropolitan Museum de Nueva York.
Por expreso deseo de la familia Rodríguez que no quiere que sus hijas menores
de edad salgan en los medios de comunicación, no vamos a reproducir la foto
en el blog. Sí vamos a poner el enlace para que, bajo vuestra responsabilidad
y curiosidad, podáis verla.
Un par de reflexiones.
¿En concepto de qué fueron estas niñas a los Estados Unidos (es de suponer
a gastos pagados)?
Si vas en representación oficial, tienes que guardar las formas. ¿De quién carajo
fue la genial idea de que las niñas fueran vestidas de góticas a una cena de gala?
¿Y esas botas de skin-head?
¿Y esas túnicas de Halloween?
Sonsoles no es capaz de que ZPardillo no vista como un andrajoso; tampoco le
voy a pedir que consiga que sus hijas no vistan como unas antisistema.
Coño, imponte, un poquito de sangre. Si no consigues que se comporten, que
se queden en el hotel en lugar de tener a todo el complejo de seguridad
pensando que se les había colado en la cena un par de mendigas. Que sólo
les falta la litrona, el perro pulgoso, la manta y la flauta dulce para redondear
la función.
En fin, es triste pero esta foto demuestra que en La Moncloa hay el mismo
sindiós dentro y fuera de las estancias gubernamentales.
¿Cómo podemos esperar que un elemento que no es capaz de conseguir que
sus hijas no le pongan en evidencia (y a todos nosotros de paso) nos vaya a
sacar de la crisis?
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