rumbo.
Ayer el ejército israelí asaltó unos barcos con ayuda humanitaria en alta mar,
fuera de sus aguas jurisdiccionales. Su delito, dirigirse con dicha ayuda a Palestina.
Se habla de entre 10 y 20 muertos. Por ahora no está confirmado el número,
pero sí que hay muertos.
Era la llamada Flota de la Libertad. O Flotilla de la Libertad.
Los palestinos, muchos de ellos, no son santos. Israel, su gobierno, tampoco.
Lo curioso del caso es que han atacado barcos en aguas internacionales, han
capturado a sus ocupantes, los han llevado a tierra (no se sabe bien tierra
de quién) y han acusado a los secuestrados (no se pueden llamar de otra
manera) de inmigración ilegal en Israel. ¡Pero si los han llevado los militares
allí por la fuerza!
Si el asalto se produce en Somalia, se les llama piratas y enviamos nuestra
armada a defender nuestros barcos a sangre y fuego.
Si el asalto lo hubiera protagonizado el ejercito de Iran, ya tendría el imperio
motivos para invadir.
Cuando el agresor es el gobierno de Israel nuestros políticos piden cautela
(no sea que se vayan a sentir ofendidos y nos acusen de antisemitas).
El gobierno español en lugar de exigir la liberación de los tres españoles
secuestrados, se ha limitado a intentar convencerlos de que firmen el
acta de deportación (como si huvieran hecho algo malo).
Europa, en avanzado estado de descomposición, calla.
ZPerdido, ni está, ni se le espera.
De todas formas, no nos engañemos, 10 o 20 muertos ocupan espacio en
nuestras televisiones (unos minutos) porque alguno podía haber tenido
apellido español.
Hoy han muerto más de 10 palestinos en distinta trifurcas y nadie dice
nada de ellos.
Todo sea porque no se nos acuse de antisemitismo.
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