Hasta no hace mucho se veían chicas esculturales colgadas de brazos decrépitos, pero que movían dinero a espuertas.
La situación está cambiando, y aunque aún se ven modelos con el Briatore de turno, comienzan a verse también los Dinios correspondientes.
En las reuniones de Presidentes de Gobierno, el grupo de las Primeras Damas incluye también algún Primer Caballero (¿Primer Damo?).
Donde se ve más claramente es en reuniones y fiestas de empresa donde tenemos cabida los cónyuges.
Con el ascenso de la mujer a cargos directivos comenzamos a tener la impresión de ser sólo un buen polvo.
Yo siempre quise ser un hombre florero. Voy en buen camino; o mejor dicho, las circunstancias me arrastran en el buen camino.
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