Hay quien no duda en aprovechar cualquier idea demagógica para hacer
bandera de ella, si con eso consigue arrastrar gente desencantada.
Es lo que se llaman gobiernos populistas.
Los tenemos en Sudamérica, pero están sembrados por todo el mundo.
Los identificamos con países tercermundistas, pero en la vieja Europa
salen como setas.
Los aldeanistas catalanes hablan de lo mal que les trata el Estado español
y este fin de semana promovieron consultas sobre la independencia de
Cataluña en 167 municipios.
No en la totalidad de Cataluña, sino sólo en aquellos en los que tenían asegurado
un apoyo masivo.
El resultado fue aplastante.
De las aproximadamente 700 000 personas convocadas a las cajas (no me
atrevo a llamarlas urnas), teóricamente casi las 700 000 eran independentistas,
con lo que se debía esperar casi 700 000 votos a favor de la independencia.
Además, podían votar los mayores de 16 años, consciente la organización de
que los más jóvenes suelen ser los más radicales (dicho en un sentido positivo)
y los inmigrantes (nunca he tenido ningún problema con ningún Prat, Valls
o Valls y Prat, y en cambio sí con García, Martínez o Pérez, hijos de
manchegos o extremeños, que tienen que demostrar (a no sé quién) que
son más catalanes que los que llevan generaciones naciendo y mimando
esa tierra).
Pues no. A favor de la independencia votaron cerca 200 000, algo más de 25%.
Evidentemente de los que votaron, el resultado fue aplastante. Un 94.71%
de los votos fue a favor del sí.
O sea, que a casi el 75% de los electores se la refamfimfla el tema de la
independencia (como se la refamfimbla el tema del estatut, como al resto
de España nos la refamfimfla si Cataluña es una nación o no. Entiéndaseme,
que si se quieren considerar una nación, por mí bien. Como si Sant Boi se
considera la Nación Santboiana. Pos güeno, pos fale).
Y de ese casi 75% que se la refamfimfla, aún hubo algunos que tuvieron
ánimo para ir a las cajas y decirle a los convocantes, sóis unos güevones,
pero aún así aquí estoy para deciros que no tenéis ni puta idea de lo
que quiere la gente.
Significativo el resultado.
Aún así, los aldeanistas están utilizando sus púlpitos para catalogar el
resultado de éxito rotundo y sacar pecho.
En su fuero interno están reconociendo que son unos güevones.
A mí me parece que es como si Laporta convoca una consulta entre los
socios del Barça preguntando que digan quién prefieren que gane la liga,
el Barça o el Real Madrid, y sólo un 25% dice que prefiere que gane la
liga el club del que son socios, el club de sus amores, el club por el que
darían la vida.
Un poco de historia reciente. Hace unos meses, el 30 de septiembre de
2009 se celebró la primera de estas consultas en Arenys de Munt.
Este municipio de 8000 habitantes está gobernado por un sucedaneo
del partido independentista Esquerra Republicana de Catalunya.
Tiene calles sin asfaltar, escasa iluminación, espacios públicos sin
mantenimiento, problemas de riadas porque los cauces no son adecuados,
vías sin soterrar, ...
Con todos estos problemas, al consistorio municipal no se le ocurre otra
cosa que gastarse el dinero en que sus ciudadanos decidan si quieren seguir
perteneciendo a España o no.
Votó un 41% del censo (también incluídos los inmigrantes y jóvenes entre
16 y 18 años). El resultado, evidentemente aplastante: 2.658 votos a favor
y 61 en contra. De 6000 habitantes, no lo olvidemos. A casi al 60% se la
refamfimfló.
Volviendo a la parodia de este fin de semana (si la participación hubiese
sido alta, aceptable al menos, me parecería algo a tomar en cuenta),
es cierto que esta tasa de participación es equiparable a la de las últimas
elecciones europeas. Pero eso no dice nada a favor del referendum y sí
mucho en contra de nuestros políticos.
Y me parece una temeridad intentar alentar unas diferencias que no existen.
El 15 de octubre de 1994 Arzalluz (dirigente entonces del Partido Nacionalista
Vasco) dijo "Yo no soy racista, yo prefiero un negro, negro que hable euskera
aquí, que un blanco, blanco de aquí que no lo hable o lo ignore".
Nacía la xenofóbia lingüística, considerar extranjero y digno odio, repugnancia
y hostilidad a aquellos que no hablan tu lengua.
Dicho en otras palabras, un aldeanista prefiere y tiene más afinidad con un
hijo de puta violador, asesino y/o maltratador siempre y cuando esa puta hablase
su lengua (y que nadie lo saque de contexto; nada tengo en contra de sus
madres. Es sólo un eufemismo), que con gente cívica, educada, solidaria,
comprometida con la sociedad, si no hablan su mismo idioma.
Triste. El idioma es una herramienta para unir gente y los aldeanistas
lo están empleando para separar.
En el momento en que la independencia sea algo deseado por la mayoría del
país, este blog pedirá el voto a favor.
Mientras tanto, me parece sólo una triste versión del populismo bananero.
¿Os imagináis qué harían los aldeanistas en el gobierno?
¡¡¡MUY IMPORTANTE!!!
LO QUE VAS A LEER NO ES MI OPINIÓN,
ME LIMITO A TRANSCRIBIR LO QUE ALGUIEN
EN ALGÚN MOMENTO EBRIO ME CONTÓ.
SI ALGUIEN SE SIENTE ALUDIDO,
SEGURO QUE NO TIENE RAZÓN.
TODAS LAS SITUACIONES Y PERSONAS,
INCLUSO NOMBRES, SON FICTICIOS.
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