El Imperio ha hablado.
Y además de una manera contundente. Esto es lo bueno de la democracia.
Habrá quien esté a favor y quien piense que es un desastre.
A mí no me parece mal; era la opción menos mala.
Tampoco estoy seguro de que sea bueno; eso sólo el tiempo lo dirá.
Es curioso que en cualquier otro país, si nos equivocamos en la elección, nos lo tenemos que comer con patatitas nosotros solos. En el caso de Estados Unidos, si ellos eligen mal, nosotros lo sufrimos.
Voy a ser optimista y pensar que no lo va a hacer del todo mal; ese es mi deseo, con eso me conformo.
Mimbres tiene. Pero otros también los tenían. Y los perdieron. Baratos los vendieron. Parece que el Despacho Oval chupa algo más de lo que la señora Lewinsky se llevó de recuerdo en su falda.
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