- Tenemos una noticia que daros.
Ante la familia expectante alrededor de la mesa de Navidad, todos miramos a mi hermana esperando cuál era esa noticia tan importante. La última vez que dijo algo parecido estaba embarazada, pero, claro, con este segundo hijo escarmentó, así que tenía que ser otra cosa. Se tomó su tiempo.
- Por fin … tenemos … móvil.
Gritos de alegría desaforada explotaron por aquí y por allá, se escucharon cánticos de aleluya, mi cuñado fue vilmente besuqueado con no pocas muestras de cachondeo. Cuando te has dedicado años a enorgullecerte de ser el último bastión anti teléfono móvil te arriesgas a esto; era una oportunidad para adelantar el día de los inocentes que no podíamos dejar escapar, y no lo hicimos.
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