Mis más negros presagios se han cumplido.
Mi mujer recibió ayer su primera clase práctica de conducir.
Mira que se lo dijimos: relajate, no corras, pero tampoco vayas demasiado lenta, disfruta del viaje.
Pues no. Va ella y se tensa nada más ponerse delante de la puerta; tanto que casi necesitamos una palanca para meterla dentro del coche.
Antes de salir del aparcamiento, el profesor tuvo que ir a la gasolinera a por una lata de combustible, porque había vaciado el depósito sólo en arrancar el coche.
Luego todo el trayecto a base de acelerones y frenazos. ¡Pero si hasta el conductor de un camión de 6 ejes dió un volantazo cuando vio que el Panda de la autoescuela se le echaba encima!
Y luego ocurrió lo que tenía que ocurrir. Esta mañana he llegado a la oficina lleno de moratones, cojeando, con un brazo en cabestrillo, con la cabeza vendada y dos dientes rotos.
No, no sufrimos ningún accidente.
Ha sido que la puñetera de Isabel se ha pasado toda la noche acelerando y cambiando de marcha. En mis costillas, claro.
El remate fué cuando soñó que se empotraba en la panza de uno de los tranvías de Gallardón y frenó de golpe. El frenazo lo dió en mi culo. Resultado: yo rodando fuera de la cama, platando los dientes encima de la mesita y dándome un cocorotazo contra la lámpara, que en represalia se me ha caído sobre la pierna.
La semana que viene, la segunda clase. Ya me he pedido dormir en el sofá.
¡¡¡MUY IMPORTANTE!!!
LO QUE VAS A LEER NO ES MI OPINIÓN,
ME LIMITO A TRANSCRIBIR LO QUE ALGUIEN
EN ALGÚN MOMENTO EBRIO ME CONTÓ.
SI ALGUIEN SE SIENTE ALUDIDO,
SEGURO QUE NO TIENE RAZÓN.
TODAS LAS SITUACIONES Y PERSONAS,
INCLUSO NOMBRES, SON FICTICIOS.
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1 comentario:
Las barbaridades que pueden pueden decir algunos envidiosos,y todo por que al final va a resultar que va a ser una buena conductora, y sera ella la que conducca,mientras tu das una cabezadita tranquilo y relajado sin notar ni los baches.
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