La segunda jornada de la 1ª Liga Española de Intercrosse se celebró este pasado fin de semana en Madrid con resultado nada previsible.
Para empezar los Rompecorazones achacaron la derrota inicial al nombre y decidieron cambiarlo. Tras arduas deliberaciones, el comité de la liga aceptó el cambio y desde ahora pasan a llamarse Pitufos; no es que hayan ganado empaque con el nombre, pero es su decisión y esta es una liga libre.
El primer partido lo disputaron estos Pitufos contra los Mirrors y fue un festival de goles; uno de los espejitos logró 7 dianas y podía haber logrado otras tantas más de no ser por el portero Papá Pitufo, por las Pitufinas defensas y, sobre todo, porque es malo a rabiar.
El segundo partido fue entre Monkeys y Gatos Salvajes, un encuentro de lo más animal que terminó con 2 lesionadas por sendos esguinces. Esto, ya sabemos, hay que agradecérselo a los lanzadores de martillo que nos tienen el patatal del campo de la Almudena como un criadero de topos (Bea, mira, se mueve la tierra; ah, no, que es Cris. Un chino haciendo un zapateado hace moverse un montoncito de tierra; imagina lo que pasaría si saltaran a la vez 1 000 millones de chinos).
Para la próxima jornada esperamos haber recuperado jugadores: al menos, las 2 lesionadas no dan muestras de resentirse y se las ha visto en varios saraos dando clases de baile a Farruquito (¿o era a Falete?; no sé, mi avanzado estado de descomposición etílica pudo hacer que me equivocara).
Para empezar los Rompecorazones achacaron la derrota inicial al nombre y decidieron cambiarlo. Tras arduas deliberaciones, el comité de la liga aceptó el cambio y desde ahora pasan a llamarse Pitufos; no es que hayan ganado empaque con el nombre, pero es su decisión y esta es una liga libre.
El primer partido lo disputaron estos Pitufos contra los Mirrors y fue un festival de goles; uno de los espejitos logró 7 dianas y podía haber logrado otras tantas más de no ser por el portero Papá Pitufo, por las Pitufinas defensas y, sobre todo, porque es malo a rabiar.
El segundo partido fue entre Monkeys y Gatos Salvajes, un encuentro de lo más animal que terminó con 2 lesionadas por sendos esguinces. Esto, ya sabemos, hay que agradecérselo a los lanzadores de martillo que nos tienen el patatal del campo de la Almudena como un criadero de topos (Bea, mira, se mueve la tierra; ah, no, que es Cris. Un chino haciendo un zapateado hace moverse un montoncito de tierra; imagina lo que pasaría si saltaran a la vez 1 000 millones de chinos).
Para la próxima jornada esperamos haber recuperado jugadores: al menos, las 2 lesionadas no dan muestras de resentirse y se las ha visto en varios saraos dando clases de baile a Farruquito (¿o era a Falete?; no sé, mi avanzado estado de descomposición etílica pudo hacer que me equivocara).
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