Éste ha sido un fin de semana prolijo en eventos deportivos; esta saturación no compensa los períodos de abstinencia de buen deporte que nos ha tocado sufrir a lo largo del año, ni los que nos tocarán.
Mientras Lorenzo arrasaba con su moto a ritmo de rock-n-roll, Alonso se las veía y se las deseaba para acabar sin que su monoplaza terminara en el desguace que se convirtió el circuito canadiense.
El Barça rozaba el cielo y caía al infierno en el mismo minuto que el Madrid huía del infierno para rozar el cielo.
Corricolari organizaba una nueva edición de sus 100 km solidarios, mientras los ciclonudistas ruborizaban a la diosa Cibeles.
Baloncesto, balonmano, ciclismo, …
Sin lugar a dudas, de entre todas destaca la jornada final de la 1ª Liga Española de Intercrosse.
Cuatro equipos se disputaron las semifinales hace 10 días, Monkeys frente a Pitufos y Mirrors contra Gatos Salvajes (ya os vale, ¡vaya nombres!; o ponéis nombres en condiciones o no vuelvo a hacer crónicas de la liga). Todos los finales fueron apretados y cualquiera de los 4 podrían haber estado en la gran final.
Pero sólo 2 podían jugarla.
La última jornada comenzó con una lucha por el tercer puesto entre Pitufos y Gatos Salvajes, y evidentemente quien se llevó el gato al agua en el seco campo de intercrosse fueron los Pitufos.
La lucha por el primer puesto la disputaron Monkeys y Mirrors. Los Monkeys pudieron hacerse con un par de valiosas incorporaciones de última hora, con lo que su técnica ganó enteros. Los Mirrors optaron por un juego más clásico, patadón y tentetieso, que traducido a intercrosse es coge la pelota y corre.
Alberto, la última incorporación de los espejos, demostró haberle cogido el tacto al palo y acribilló la portería contraria; a esto ayuda ser un jugador de baloncesto que saca medio metro y más de 20 kilos a los jugadores contrarios. Cande sacó fuerzas de donde no había para frenar a los contrarios y correr en el patatal del campo de la Almudena. Akua consiguió frenar su ímpetu y dejó de insultar a los jugadores contrarios cuando le daban pelotazos; chica, eres la portera, ¿qué esperas? Miguel er Cordobé ha demostrado que se puede aplicar el salto de la rana al intercrosse y consiguió ser el máximo goleador de la final. Había un quinto jugador, un tal José Vicente, que lo único que hizo fue recibir un par de pelotazos y gritar como un loco por todo el campo (Sigue, sigue, sigue. Corre, corre, corre. Entra, entra, entra. Tira, tira, tira), amén de un puñado de goles; bueno, estuvo en la final y por eso hay que hacer referencia a él, no por otra cosa.
Por parte de los monos, Álvaro, el capitán, subía escoltado por Nico y Teresa, abriéndose hueco con pases precisos hasta plantarse en la cocina contraria. Sergio, la revelación, aprovechaba su habilidad para zafarse de los contrarios y sorprender con tiros a media distancia. Cristina desde al portería demostró que ya tenemos cancerbera para el equipo nacional.
El toma y daca puede resumirse en juego bonito de pases de los Monkeys contra juego preciso de velocidad de los Mirrors. Dos visiones del mismo deporte.
Al final, los ataques kamikaze de los Mirrors, lanzándose en picado contra la pared de lanzas contrarias, consiguió el efecto deseado y salvo un par de pequeñas remontadas de los Monkeys, siempre se mantuvo en una cómoda ventaja.
Las balas doradas atravesaban una y otra vez las defensas verdillas sin que éstas tuviesen tiempo para recomponerse.
Tras el partido no hubo invasión de campo de la masa enardecida, la marabunta no se os tiró al cuello y os cubrió de besos y lágrimas, no se os sacó en hombros del estadio, tampoco recibisteis telegrama de la Casa Real felicitándoos por tan épica victoria. De todas formas, Mirrors, cuando dentro de unos años (muchos) el ingrato espejo os eche en cara que la barriga ya no está donde solía y que las arrugas surcan vuestra cara, podréis echar mano de la memoria y responderle “sí, pero yo gané la 1ª Liga Española de Intercrosse y tú no”.
¡¡¡UN, DOS, TRES, CON LAS TE…
Ah, no que esa no era.
¡¡¡UN, DOS, TRES, MIRRORS!!!
Y para el año que viene (dentro de unos meses), más.
Mientras Lorenzo arrasaba con su moto a ritmo de rock-n-roll, Alonso se las veía y se las deseaba para acabar sin que su monoplaza terminara en el desguace que se convirtió el circuito canadiense.
El Barça rozaba el cielo y caía al infierno en el mismo minuto que el Madrid huía del infierno para rozar el cielo.
Corricolari organizaba una nueva edición de sus 100 km solidarios, mientras los ciclonudistas ruborizaban a la diosa Cibeles.
Baloncesto, balonmano, ciclismo, …
Sin lugar a dudas, de entre todas destaca la jornada final de la 1ª Liga Española de Intercrosse.
Cuatro equipos se disputaron las semifinales hace 10 días, Monkeys frente a Pitufos y Mirrors contra Gatos Salvajes (ya os vale, ¡vaya nombres!; o ponéis nombres en condiciones o no vuelvo a hacer crónicas de la liga). Todos los finales fueron apretados y cualquiera de los 4 podrían haber estado en la gran final.
Pero sólo 2 podían jugarla.
La última jornada comenzó con una lucha por el tercer puesto entre Pitufos y Gatos Salvajes, y evidentemente quien se llevó el gato al agua en el seco campo de intercrosse fueron los Pitufos.
La lucha por el primer puesto la disputaron Monkeys y Mirrors. Los Monkeys pudieron hacerse con un par de valiosas incorporaciones de última hora, con lo que su técnica ganó enteros. Los Mirrors optaron por un juego más clásico, patadón y tentetieso, que traducido a intercrosse es coge la pelota y corre.
Alberto, la última incorporación de los espejos, demostró haberle cogido el tacto al palo y acribilló la portería contraria; a esto ayuda ser un jugador de baloncesto que saca medio metro y más de 20 kilos a los jugadores contrarios. Cande sacó fuerzas de donde no había para frenar a los contrarios y correr en el patatal del campo de la Almudena. Akua consiguió frenar su ímpetu y dejó de insultar a los jugadores contrarios cuando le daban pelotazos; chica, eres la portera, ¿qué esperas? Miguel er Cordobé ha demostrado que se puede aplicar el salto de la rana al intercrosse y consiguió ser el máximo goleador de la final. Había un quinto jugador, un tal José Vicente, que lo único que hizo fue recibir un par de pelotazos y gritar como un loco por todo el campo (Sigue, sigue, sigue. Corre, corre, corre. Entra, entra, entra. Tira, tira, tira), amén de un puñado de goles; bueno, estuvo en la final y por eso hay que hacer referencia a él, no por otra cosa.
Por parte de los monos, Álvaro, el capitán, subía escoltado por Nico y Teresa, abriéndose hueco con pases precisos hasta plantarse en la cocina contraria. Sergio, la revelación, aprovechaba su habilidad para zafarse de los contrarios y sorprender con tiros a media distancia. Cristina desde al portería demostró que ya tenemos cancerbera para el equipo nacional.
El toma y daca puede resumirse en juego bonito de pases de los Monkeys contra juego preciso de velocidad de los Mirrors. Dos visiones del mismo deporte.
Al final, los ataques kamikaze de los Mirrors, lanzándose en picado contra la pared de lanzas contrarias, consiguió el efecto deseado y salvo un par de pequeñas remontadas de los Monkeys, siempre se mantuvo en una cómoda ventaja.
Las balas doradas atravesaban una y otra vez las defensas verdillas sin que éstas tuviesen tiempo para recomponerse.
Tras el partido no hubo invasión de campo de la masa enardecida, la marabunta no se os tiró al cuello y os cubrió de besos y lágrimas, no se os sacó en hombros del estadio, tampoco recibisteis telegrama de la Casa Real felicitándoos por tan épica victoria. De todas formas, Mirrors, cuando dentro de unos años (muchos) el ingrato espejo os eche en cara que la barriga ya no está donde solía y que las arrugas surcan vuestra cara, podréis echar mano de la memoria y responderle “sí, pero yo gané la 1ª Liga Española de Intercrosse y tú no”.
¡¡¡UN, DOS, TRES, CON LAS TE…
Ah, no que esa no era.
¡¡¡UN, DOS, TRES, MIRRORS!!!
Y para el año que viene (dentro de unos meses), más.
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