Los Estados Unidos son un país en el que muchos tienen puesto su punto de mira, unos idealizándolo como la tierra de promisión, y otros más literalmente como Bin Laden.
Personalmente me da miedo, y de hecho es el único país al que expresamente tengo prohibido en mi contrato de trabajo que se me destine. Y no sólo porque si no estás de acuerdo puedes terminar en Guantánamo o siendo invadido para camuflar un lío de faldas, sino porque aunque adores a los yankees y pretendas adaptarte a su sistema de vida siempre habrá algo que hagas con más o menos buena intención y que te haga terminar con tus huesos en chirona.
Para muestra, un botón:
Personalmente me da miedo, y de hecho es el único país al que expresamente tengo prohibido en mi contrato de trabajo que se me destine. Y no sólo porque si no estás de acuerdo puedes terminar en Guantánamo o siendo invadido para camuflar un lío de faldas, sino porque aunque adores a los yankees y pretendas adaptarte a su sistema de vida siempre habrá algo que hagas con más o menos buena intención y que te haga terminar con tus huesos en chirona.
Para muestra, un botón:
En Europa el sistema es distinto, pero siempre encontraremos quien utiliza los tribunales como altavoz de sus bufonadas.
Habrá quien piense que el juicio del 11-M es la pista central de un circo en el que el abogado de la AVT dice cosas como que "Al Qaeda no está aquí porque no está procesado Bin Laden". Tampoco lo está Otegui; y si ese que terminó la carrera de derecho hace unos años sabe algo, su obligación es decirlo.
Tampoco lo está el Fari (ay, Fari, la de cosas que te vas a perder por haberte ido), ni el Dioni, … Y afortunadamente tampoco estoy yo.
También ha habido acusaciones cruzadas, como la de sufrir esquizofrenia procesal; ¿y estos elementos son los que en su caso no tendrán que juzgar o defender?
En fin, los conspiranoicos se están mesando de sus escasos cabellos, mientras el resto respiramos aliviados porque esto llega a su fin; o al menos, eso parece.
Pero mientras se venda el alma al diablo por un palmo de cuota de poder y haya estómagos agradecidos capaces de vender a su madre por un puñado de lentejas, esto no tiene visos de solucionarse.
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