El Partido Popular ha presentado recurso contra la Ley de Igualdad, esa que además de buscar la equiparación de salarios y oportunidades, impone las listas paritarias (60-40) a los partidos políticos.
Sus opositores ya le han saltado a la yugular; que si se ha presentado a mala fe, que si se han esperado a después de las elecciones porque sabían que les iba a quitar votos, que si lo han hecho a escondidas porque saben que está mal.
En fin, el recurso hace aguas por todos lados. No creo que prospere. Son reminiscencias de un triste pasado que caerá más pronto que tarde.
De todas formas, a quienes se las dan de progres por redactar leyes, les diría que se aplicasen el cuento. A día de hoy, la única Presidenta de Comunidad Autónoma es del Partido Popular, Esperancita, de las principales ciudades, Rita Barberá es alcaldesa de Valencia, y, como futurible, la Botella será alcaldesa de Madrid con el beneplácito de Gallardón y el cadáver político de Rajoy. Incluso es factible que coloque al primer homosexual en La Moncloa.
No soy partidario de esa ley, no porque no crea que no sea necesaria la discriminación positiva, sino porque creo que la sociedad empieza a estar suficientemente madura como para que el cambio de roll se produzca de modo natural. Más de la mitad de la población son mujeres, más del 60% de los universitarios son mujeres, las empresas con componente tecnológico se empiezan a decantar por las mujeres porque tienen mejores capacidades que los hombres. Me niego porque, y eso lo veremos, llegará un momento que esta ley nos beneficie a los hombres, manteniendo en lo más alto a un 40% de ineptos que están ahí sólo por ser hombres. ¿Por qué se han prohibido listas integradas sólo por mujeres?, ¿es que van a ser mejores si hay algún hombre entre ellas?
Una chica que conocí en Alemania utilizaba la expresión “Es muy de izquierdas” para indicar que algo estaba muy bien. No sé dónde aprendió esa coletilla, pero la utilizaba constantemente y para cualquier tema: Está muy bien, es muy de izquierdas. Un día no pude menos que contestarle: "Niña, que estamos hablando de la cerveza; puede ser ácida o suave, fresquita o del tiempo, pero lo que nunca será es ni de derechas, ni de izquierdas".
Esta ley será muy de izquierdas, pero su aplicación no; ¿alguien puede decirme el nombre de 2 de las 8 ministras del Gobierno Zapatero?, ¿las reconoceríamos por la calle? Yo he tenido que mirarlo en Internet y me he dado cuenta de que creo que una es vecina mía.
Sus opositores ya le han saltado a la yugular; que si se ha presentado a mala fe, que si se han esperado a después de las elecciones porque sabían que les iba a quitar votos, que si lo han hecho a escondidas porque saben que está mal.
En fin, el recurso hace aguas por todos lados. No creo que prospere. Son reminiscencias de un triste pasado que caerá más pronto que tarde.
De todas formas, a quienes se las dan de progres por redactar leyes, les diría que se aplicasen el cuento. A día de hoy, la única Presidenta de Comunidad Autónoma es del Partido Popular, Esperancita, de las principales ciudades, Rita Barberá es alcaldesa de Valencia, y, como futurible, la Botella será alcaldesa de Madrid con el beneplácito de Gallardón y el cadáver político de Rajoy. Incluso es factible que coloque al primer homosexual en La Moncloa.
No soy partidario de esa ley, no porque no crea que no sea necesaria la discriminación positiva, sino porque creo que la sociedad empieza a estar suficientemente madura como para que el cambio de roll se produzca de modo natural. Más de la mitad de la población son mujeres, más del 60% de los universitarios son mujeres, las empresas con componente tecnológico se empiezan a decantar por las mujeres porque tienen mejores capacidades que los hombres. Me niego porque, y eso lo veremos, llegará un momento que esta ley nos beneficie a los hombres, manteniendo en lo más alto a un 40% de ineptos que están ahí sólo por ser hombres. ¿Por qué se han prohibido listas integradas sólo por mujeres?, ¿es que van a ser mejores si hay algún hombre entre ellas?
Una chica que conocí en Alemania utilizaba la expresión “Es muy de izquierdas” para indicar que algo estaba muy bien. No sé dónde aprendió esa coletilla, pero la utilizaba constantemente y para cualquier tema: Está muy bien, es muy de izquierdas. Un día no pude menos que contestarle: "Niña, que estamos hablando de la cerveza; puede ser ácida o suave, fresquita o del tiempo, pero lo que nunca será es ni de derechas, ni de izquierdas".
Esta ley será muy de izquierdas, pero su aplicación no; ¿alguien puede decirme el nombre de 2 de las 8 ministras del Gobierno Zapatero?, ¿las reconoceríamos por la calle? Yo he tenido que mirarlo en Internet y me he dado cuenta de que creo que una es vecina mía.
GOBIERNO ZAPATERO
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