Pero es cuando consideran en peligro su parcela de poder cuando las respuestas de una mujer dejan de ser ambíguas y llegan a un punto de rozar la claridad meridiana.
NO: Sí.
SI: No.
TAL VEZ: No.
TÚ VERAS…: Como lo hagas te mato.
LO SIENTO, PERO…: Lo volveré a hacer igual…
DECIDE TÚ: Pero haz lo que yo digo.
ERES LIBRE DE HACER LO QUE QUIERAS: Ni se te ocurra hacerlo.
HAZ LO QUE QUIERAS: ... pero lo pagarás caro.
NO, NO ESTOY ENFADADA: ¡Por supuesto que estoy cabreada, imbécil!
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