... a cada cerdo le llega su San Martín, y a éste le ha llegado su San Marcelo, su San Honorato, su San Venancio, su San Ticiano, su San Sabino, ... que todos ellos celebran su día hoy y yo lo celebro con los beilngrisianos.
Me han vuelto a expatriar; esta vez para un par de semanas.
Y encima, en el extranjero y sin himno. Bueno, sin letra, porque se han cargado de un plumazo la enmiopinión mierda de letra propuesta para el himno. No sabía que mi entrada de hace un par de días iba a tener un efecto tan fulminante.
Lo siento.
Joder, pero si ni mi mujer me hace caso.
Bueno, tampoco lo siento mucho. A decir verdad, no lo siento en absoluto.
Según las noticias, el autor de la letra rechazada ha dicho que estaba dispuesto a renunciar a los derechos de autor de la letra a cambio de un empleo para él, otro para su mujer y una beca de estudios para su hijo.
Toma, y yo, y éste, y aquel.
Es cierto que el trabajador merece su salario, pero me parecería un poco fuerte que se nos impusiese una letra cuanto menos sin consenso por imperativo legal y tener que pagar una pasta cada vez que fuésemos a una competición. No viene a vernos ni Dios, y me veo a los de la SGAE en un partido de lacrosse para ver si cantamos el chunda-chunda o la letra de su protegido. Que no digo que no tenga derecho, pero, eso, que me parecería fuerte.
¿Habrá tenido que ver que la SGAE, una de las sociedades que, cuanto menos, más recelos provocan en este país estuviera detrás de la propuesta? Quizás si la letra no hubiera ido respaldada por ella el autor tuviera a estas horas el honor de haber puesto letra al himno; seguiría en el paro, sí, pero que le quitasen lo bailao. Siempre podría arrastrarse por programas basura y sacar una pasta. Más de lo que él o cualquiera de nosotros ganaríamos en un trabajo, digamos, normal. Todavía está a tiempo, de arrastrarse, digo, no de dar una patada a la SGAE, el cielo nos libre.
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