A continuación la asociación de ideas llevó a un personaje de sonrisa Profident y colmillos de lobo herido. El azar cronológico lo hizo sentarse en el sillón que había ocupado un predecesor con carisma, con muchos y graves errores, pero de reconocido prestigio. Esto siempre es un arma de doble filo, por no decir de un único filo que apunta hacia ti.
Con anterioridad ya había pagado favores futuros, por lo que su llegada a lo más alto estaba cantada; los favores, sobre todo monetarios, abren puertas y derriban murallas. Siendo vox pópuli que cada contrato llevaba aparejado un canon extraoficial a abonar directamente a esta persona, gritaba ante los micrófonos que eran habladurías, infamias, para acto seguido disculparse por no poder continuar la conversación porque tenía cosas importantes que hacer (¿ir a cobrar tal vez? No es conveniente tener el puesto cerrado; no faltarán solicitantes de favores, ni mercaderes sedientos de quitarte el sitio). Pese a su continua sonrisa, la gracia no era lo suyo; ni la vida lo ha tratado bien, ni las urnas le han dado la ventaja pretendida. Hasta la mafia tiene sus códigos y la familia ocupa un lugar preferente; este político no pertenece a la mafia, eso es cierto, por eso no entiende de familia y por eso sería capaz de vender a su padre si con eso consiguiera una ventaja en la guerra del día a día.
¿Ártur Mas? ¿Qué tiene que ver mister 3% con todo esto? ¿O era mister 5%? Uhm …, déjame pensar, déjame pensar ... No, decididamente no. Y lo del porcentaje tampoco.
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