Cuando la política ronda los arrabales de la violencia, se mancha de barro y sangre, y estas manchas son difíciles de limpiar. Una cosa es que jueguen contigo; otra muy distinta es que te maten.
¿Quién me puede decir un político que se mantenga en lo más alto gracias a terroristas (que evidentemente no lo tienen ahí de valde), que busque justificarlos a base de mentiras, desviando la atención y responsabilidad a quien pase por allí, que ponga su mejor y patética cara de circunstancias cuando el terrorismo selectivo le sale mal y tiene que acompañar con su corte de bufones a las víctimas y que el negocio del sicariato le reporte pingües beneficios?
Que no, coño; ¿qué va a ser Ibarretxe? Ibarretxe no cobra de los sicarios, al menos que yo sepa.
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