El otro día comentábamos el asunto de las incompatibilidades de los políticos y alguien dijo que, por ley, toda actividad política debería ser incompatible con cualquier actividad privada, con lo que se conseguiría que los políticos dedicasen el 100% de su tiempo a ejercer como tales y así se conseguiría una mejora de los estamentos legislativo y ejecutivo.
- Interesante, contesté, pero teniendo en cuenta que en este país el 99% de la clase política, y no sé si me quedo corto, se podría englobar entre las categorías de A.- Estómagos agradecidos que se autoproclaman únicos interlocutores válidos, pero que cuando las cosas se ponen feas el miedo les atenaza y son incapaces pensar con coherencia, B.- Mentirosos compulsivos capaces de poner en peligro la Corona, el Gobierno y un millón de ciudadanos más en una manifestación ante el punto de mira de los terroristas sólo por no admitir su negligencia, C.- Bufones de medio pelo que buscan su segundo de gloria llamando marrano al Presidente del Gobierno y disculpándolo como una antigua acepción del diccionario y D.- Piratas del urbanismo que no dudan en arrasar una rica zona y conformarse con sus más o menos valiosos despojos; teniendo en cuenta esto, digo, ¿no sería mejor que, por ley, los políticos tuviesen otra ocupación aparte de la propia de su cargo público que les ocupase el 90% de su tiempo?
Ésta es mi opinión personal y muy posiblemente esté equivocado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario