La política está llena de personajes oscuros que, por muy buenas intenciones que tengan, nunca conseguirán ser creíbles; son una mala parodia de sus propios muñecos del guiñol. Este es el caso del siguiente elemento.
Va perdiendo votos día sí y día también, y a pesar de todo sigue ahí, en la cabeza de su clan, que a pesar de todo lo mantiene sin fisuras (y si hay fisuras, se las extradita y punto). Miente cual bellaco a la hora de asumir responsabilidades de la debacle, que por supuesto no asume y carga las tintas contra el resto del mundo, como si la gente no tuviese nada mejor que hacer que buscarse enemigos ficticios. Su falta de coherencia y gracia lo hacen difícil de imitar como personaje serio, pero a la vez es un filón como sujeto a parodiar; consciente de ello y de que ésta es la única manera que tiene de llegar a la mayoría de las casas acepta de buen grado a su imagen de látex, aunque sus mensajes sean totalmente contrapuestos; a tal punto puede llegar la simpleza del ser humano. Y si la escasez de votos supone una limitación geográfica, se repliegan velas y pasa al saco intensivo, que siempre habrá quien se deje saquear con una sonrisa.
No, hombre, no; ¿qué va a ser Llamazares? ¿Acaso conoce alguien un sitio gobernado por su coalición? Sólo Córdoba, y creo que no es el caso. ¿Alguien puede decir que sí lo sea?
1 comentario:
Para mí es la descripción del politico en general, y del afán de poder de éstos.
Tu blog me parece original, por eso me gustaría saber tu opinión sobre el mío.
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