Si en algo los políticos son expertos es en azuzar los miedos más íntimos de sus electores y erigirse como salvapatrias.
Se me viene a la memoria un personajillo sectario, llegado al poder precisamente por eso; ese es su único aval y no duda en sacar sus tendencias neonazis y de pureza de sangre para mantenerse en lo más alto. Capaz de hacer de tripas corazón y besar al hijo de quien considera una raza inferior sólo para guardar las apariencias y capaz, al mismo tiempo, de bromear con lo más sagrado de esas tribus, para él, inferiores; maldita la gracia. Inconsciente de su incapacidad, piensa que su país es más rico cuanto más pobres sean los de alrededor, por lo que mueve fichas para que sus mercenarios ataquen y saqueen los países vecinos; es de suponer que el regalo que le trajeron sus Santa Claus encapuchados en la Navidad del 2 006 lo habrán dejado satisfecho, ¿o hubiera preferido más sangre? ¡Cuánta gente no habrá en los manicomios que estén en mejores condiciones que éste elemento!; no los llamemos locos, las etiquetas son sólo para la ropa.
No, decididamente, no. No veo yo a Carod Rovira besando niños, así que no puedo referirme a él.
2 comentarios:
Pues entonces tien usted que referirse al señor Rodríguez.
Saludos.
Me parece perfecto que encuentres otras posibilidades que puedan encajar con las definiciones; sólo es un juego en el que digo a quien me dijeron y por qué no me refería a ellos. El abanico está abierto.
No pido pensar si tengo razón o no, que ya digo yo que no la tengo; simplemente me doy por satisfecho si se hace el ejercicio de ir entrada por entrada y comprobar si, al menos remotamente, pueden referirse a los líderes de tu tendencia política, sea la que sea, que es perfectamente válida y aceptable, por no decir acertada.
Nos ha tocado vivir una época de tinieblas, falta de políticos carismáticos, en la que se practica la política de baja intensidad. No están a la altura de las circunstancias y nos están arrastrando a su mismo fango. Tengo la esperanza de que del lodazal en el que nos encontramos surjan ideas que derriben las torres en las que se han blindado los que se saben carentes de talento; después de todo, la política con mayusculas se hace en la calle, no en las sedes climatizadas y de cómodos sillones que invitan más al sueño que a la reflexión.
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