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SI ALGUIEN SE SIENTE ALUDIDO,
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  • CALENDARIO DE CARRERAS - 2 010.


  • COMUNIONES 2 010.


  • 29 septiembre 2006

    060929 de planchas y madres.

    La plancha siempre ha sido cosa de madres. En mi casa la mía nunca se fiaba de nosotros; esta tarea requería precisión y rapidez, y un marido, tres hijas y un hijo precisaban velocidad y trabajo bien hecho, muy lejos de lo que nosotros podíamos garantizar.
    A mí me enseñó la madre de mi primera pareja; no aceptaba nuestra relación, por lo que fue una manera de ganármela.
    En Inglaterra conviví un tiempo con una chica muy británica ella; lo digo porque no sabía ni lavar, ni cocinar, ni mucho menos planchar. Se atiborraba de mantequilla, por lo que mi estancia con los hijos de la Gran Bretaña fue un master de planchado, porque en sus pantalones cabían más de 3 personas de las que no han entrado en Cibeles por exceso de peso. Una persona encantadora, de aquellas que te dejan huella, y no lo digo sólo por si te pisa.
    Ahora, con mi mujer también plancho yo. Por un lado es que no me fío de ella, eso es cierto, pero por otro es porque me gusta, sobre todo ahora que viene el frío: ese olor a ropa limpia, el tacto de la pana, el blanco del algodón, el susurro de la seda, ese calorcito del tejido al paso de la plancha, … Sí, definitivamente me gusta.
    Hay hombres que nunca se acercarán a una plancha; ellos se lo pierden. Pero la plancha es una cosa de madres y, a pesar de que la barriga me está empezando a dificultar encaramarme a la tabla, el embarazo me lo está confirmando.

    26 septiembre 2006

    060926 de hombres y ligas

    Comienza la Segunda Liga Española de Lacrosse - 5.

    Si NO estás interesado, ni siquiera en las cervecitas tras los partidos, no hace falta que sigas con el texto; gracias por nada y lamento haberte molestado.

    Si sí lo estás, enhorabuena, perteneces al selecto club de los que estamos intentado mover la pesada rueda de los deportes minoritarios en este mundo mediatizado y futbolero.

    La competición está apoyada por el Madrid Club de Lacrosse y abierta a todo aquel que quiera participar, sea miembro del club o no, jugadores individuales o miembros de otros clubes; no está obligado a ello, pero se ofrece a suministrar material en la medida en que entienda que éste se trata correctamente y es responsabilidad de los participantes ir a buscar el material, montarlo, desmontarlo, guardarlo ordenadamente y devolverlo al lugar de origen. Aquí no hay criados, por lo que cada equipo proporcionará un utillero que será responsable de que su equipo esté listo para jugar, incluyendo que cada equipo se responsabilizará al menos de una de las porterías para el partido. Desde el club se intentará poner todas las facilidades, pero los participantes harán todo lo posible para repartir el trabajo.

    Importante: necesitamos gente, pero no gente demasiado voluntariosa que luego tiene demasiadas complicaciones para cumplir. Son una ayuda, pero no una solución y cada uno debe conocer sus limitaciones (que en mi caso son muchas). Si te ofreces para algo, cumple.

    25 septiembre 2006

    060925 de ascensores y arboles

    Ascensor del Vals.
    El domingo estuvimos en el cumpleaños de una de mis primas, guapa niña ella.

    En un momento de la fiesta terminamos ella, el marido de otra de mis primas, mi cuñado y yo en la cocina. Nos comentaba que su coche, que si no había llegado a la mayoría de edad poco le faltaría, había fallecido; descanse en paz. Comenzó diciendo que lo había llevado al taller porque tenía achaques de viejo, ruidos por aquí, pequeñas perdidas de líquidos por allá. Poco pudieron hacer en el taller, sino confirmar lo crónico de su estado.

    Hablaba de culata, cojinetes y retenes con una soltura que no pude por menos que recordar un programa de radio que escuché por la mañana en el que hablaban de cómo la mujer se estaba poniendo al día en asuntos de tecnología y maquinaria, especialmente la del coche, coto de caza hasta ahora reservado para el hombre.

    Al cárter y carburador siguieron la bomba de agua y filtro de aceite con la misma soltura.

    Sólo cuando entró en el tema de la polea chirrió un poquito, y no me refiero sólo a la polea, que también lo hacía, sino porque dijo, palabras textuales, “No se cómo, ni porqué, después de unos cientos de metros, los bajos del coche comenzaron a sonar como cuando vas por un rastrojo”. Claro, ¿quién no sabe como suena un coche cuando vas a toda velocidad por un rastrojo? Es más, ¿quién no sabe lo que es un rastrojo? Ay, mancheguita mía.

    Pero volvió a retomar coherencia cuando pasó a hablar de correa del alternador, del ascensor del Vals, del diferencial, …

    - Espera, espera, - pensé - ¿Ascensor del Vals? Mi coche es más o menos de la misma quinta, y nunca oí hablar del tal ascensor del Vals.

    A todo esto ella ya había pasado por motor de arranque y estaba llegando al ventilador.

    El marido de mi otra prima, que tuvo que pasar por el mismo estado de duda que yo, la interrumpió.

    - Perdona, cuando dices ASCENSOR DEL VALS, ¿a qué te refieres exactamente? ¿No será al ÁRBOL DE LEVAS?

    - ¿Árbol de levas?, pues sí, supongo que sería eso; yo qué sé, ¿tú te crees que me enteré de algo cuando me lo dijo el del taller?

    Y retomando el hilo de un tema del que según ella misma no se había enterado absolutamente de nada, continuó desmembrando al enfermo crónico con la misma diligencia. Poco más pudimos oír, porque la risa nos hizo salir de la cocina.


    Puesta en común.
    Con no pocas sonrisas, comentamos la anécdota con varios de los asistentes. Cuando se la comenté a mi mujer me di cuenta de que la suya no era sincera.

    - Sólo una cosa, ¿te estás enterando de algo de lo que te estoy diciendo?

    - Pues no; ¿qué coño es un árbol de nosequé?, ¿y qué coño hace dentro de un coche?, ¿y qué tiene que ver eso con que no funcione? Claro, si metes un árbol dentro de un coche, como no sea un bonsái, pues no cabe. ¿Es un bonsái?

    Bien, somos iguales, pero evidentemente hombres y mujeres hablamos distintos idiomas.


    Sin solución.
    Volví a la cocina, pero no me dio tiempo a avisar al marido de mi prima, quien se lo estaba contando a su mujer. La contestación de ella fue más o menos la misma: ¿árbol de qué? Bueno, por lo menos ésta entendió árbol y no ascensor.

    Nosotros somos más prácticos y vosotras más empáticas, por eso se volvió a la viuda de coche y le preguntó:

    - Bueno, vale, hay algo que no funciona, pero ¿tienes solución?
    Ahí no pude aguantar más y contesté:

    - Pues no, hasta que la cambiemos por una nueva o evolucione el transplante de cerebro, tu prima no tiene solución. ¿Tanto tiempo y aún no la conoces?

    22 septiembre 2006

    060922 de epitafios

    No llores delante de esta lapida, no te lamentes por mí; tranquilízate, ya me conoces, siempre llego tarde y, no iba a ser una excepción, llegué tarde a mi propio entierro.

    21 septiembre 2006

    060921 de momentos especiales

    Mi amigo abrió el cajón de la mesita de noche de su mujer y sacó un paquetito envuelto en un papel blanco.

    - Éste, dijo, no es un simple paquete, es ropa interior.

    Tiró el papel y observó la preciosa seda del conjunto.

    - Lo compró la primera vez que fuimos a New York, hace 8 ó 9 años... Nunca lo usó. Lo guardaba para una ocasión especial. Bien. Creo que ésta es la ocasión adecuada.

    Se acercó a la cama y apoyó el conjunto al lado de la ropa que llevaría a la funeraria: su mujer acababa de morir.

    Se giró hacia mí y me dijo:

    - Nunca guardes nada para una ocasión especial, cada día que vives, cada momento que estás con tu mujer es una ocasión especial.

    20 septiembre 2006

    060920 de barbaridades

    Hace no mucho, viendo los sinsentidos de la guerra, una persona a la que tengo por poseedora de una de las cabezas mejor amuebladas que conozco y a la que no dudo en dirigirme cuando necesito consejo me dijo:
    - Puede que sea una barbaridad lo que digo, pero visto lo que está haciendo Israel en Palestina y Líbano, hay momentos en los que me planteo si lo que hicieron los nazis con los israelíes no se lo buscaron ellos mismos.

    - Estoy de acuerdo contigo: es una barbaridad lo que dices.

    Si por la cabeza de una persona sensata y cuerda como pocas puede pasar esta idea peregrina y descabellada, ¿qué podemos esperar de psicópatas con un cociente intelectual muy por debajo de la media al frente de clanes más o menos numerosos?

    15 septiembre 2006

    060915 de muertos y no tanto

    Entre los tabúes de nuestra civilización, el que se lleva con mucho la peor parte es el referido a la muerte. Es un drama que acalla risas y quiebra alientos. La gente envejece por la pérdida y evita que los que desaparecieron entren en sus conversaciones como si eso hiciera que la conclusión de sus contratos de alquiler de los cuerpos no hubiera tenido nunca lugar.

    En los pueblos es distinto que en las grandes urbes; es cierto que por temas de caza o ganadería, la muerte es un vecino más que nos visita regularmente, pero siempre me sorprendió la escenificación del dolor en las comunidades pequeñas, ya sea porque la relación es más directa con el fallecido, ya sea por el qué dirán.

    Soy de los que el manto de la muerte le ha pasado cerca en muchas ocasiones, no sólo porque alguna vez sin yo saberlo la haya podido esquivar en el último momento, sino sobre todo cuando ha venido a hacer su trabajo en cuerpos ajenos.

    Por esto o porque la muerte propia no deja de ser un mal menor, cuando hablo de muertos me refiero a ellos como si siguieran respirando; es más, no puedo evitar tratarlos con el mismo tono de respetuosa guasa que cuando estaban vivos, porque si en su día me lo consintieron, no creo posible que ahora se enojen porque les tome el pelo. Siempre tienen la opción de venir a rebatírmelo; los espero, lo discutiremos alrededor de unas cervezas, que supongo que no se habrán hecho abstemios por cambiar de lugar de residencia y ni creo en un cielo en el alcohol esté prohibido, ni el infierno será tal infierno mientras esté permitido beber.

    14 septiembre 2006

    060914 de debilidades

    Qué fácil resulta hablar de amores y desamores cuando no se es parte interesada. ¿Quién no conoce algún caso crítico en el que hasta las piedras claman por su inviabilidad, quién no se ha asombrado de aquellos que no encuentran motivos suficientes para unirse cuando todos los ven como mitades de un mismo todo?

    Qué frágil es la memoria cuando se trata de recordarnos que nosotros en algún momento estuvimos ahí, que el velo era tan opaco que ni la luz lo atravesaba, que el encantamiento era tal que los molinos eran gigantes como nunca los hubo y que, en fin, la carne es débil, pero más débil aún es la materia gris.

    13 septiembre 2006

    060913 de censores

    Esto de ser censor no mola; es un trabajo sacrificado, rodeado de cultura y todo eso. Sí, es sacrificado, y encima la gente no lo entiende, piensan que nos vendemos a poderes superiores.

    Lo que peor llevo es que nos ningunean. No se dan cuenta de que nuestro trabajo deja de serlo y pasa a transformarse en una necesidad. Que no somos unos mandados, que el que no mandemos en nuestras propias casas no quiere decir que aquí no seamos nosotros los que tengamos la sartén por el mango. Tenemos el poder absoluto para dar o quitar la vida al arte; somos más que sus autores, porque una obra sin público, por buena que sea, cae en el olvido. ¿Quién puede nombrar alguna obra censurada?; alguna se puede haber escapado al implacable fuego del olvido, pero las conocidas son aquellas a las que la censura concedió su beneplácito.

    Es cierto que a veces hay piezas que no están mal del todo, pero, qué quieres que te diga, en este mundo de figuritas, todos queremos estar en el candelero y eso sólo se consigue haciendo las cosas a lo grande. Nadie es conocido por censurar lo censurable; el golpe de efecto es ir a contracorriente, en dar un golpe de mano y coger por los pelos lo que casi es calvo para sacarlo de entre el público y meterlo en el cajón del olvido. Siempre habrá quien hable mal de nosotros por la atrocidad de censurar una pieza de teatro de casi obligada asistencia, pero, por lo menos, se hablará de nosotros.

    12 septiembre 2006

    060912 de juegos reglados

    En todos los deportes los jugadores tienen ansia por jugar desde el principio, por eso cuando el entrenador no nos saca al inicio sentimos que el banquillo es una condena. El lacrosse no es menos y miramos desde el banco a los elegidos para la gloria; no nos damos cuenta de que desde esta posición privilegiada podemos ver puntos débiles del contrario, y lo que es más importante, sus puntos fuertes que a los que salen de inicio les pillan desprevenidos. La ventaja que tenían los delanteros suplentes que jugaron contra Poyton es que vieron como el 9 era demoledor y como el 3 utilizaba cualquier mala maña para sacar partido, sin mirar si esto lesionaba al contrario.

    Ahora que la Infantería de Marina va a Líbano, no puedo menos que respirar algo tranquilo cuando te veo en el banquillo, porque sé que si la misión se alarga y da tiempo a recuperarte irás, es tu trabajo y para eso estás ahí, pero por lo menos lo harás cuando hayas podido estudiar como juegan el resto de las partes. Aunque en esta puta vida, la guerra tiene poco de juego reglado.

    11 septiembre 2006

    060911 vida hogareña

    Este fin de semana lo tenía complicado; mi madre quería ir a las fiestas del pueblo y mi mujer a las del pueblo de una de sus amigas.

    Entre la espada y la pared, conseguí zafarme, mandé a cada una a una punta del país y yo me quedé sólo en casa con la excusa de un trabajo que tenía que terminar.

    En realidad lo que necesitaba era descansar; el sábado sí que me levanté algo más tarde, no mucho, a eso de las 10 de la mañana, pero por la noche me fui a dormir pronto y el domingo a las 8 estaba despierto y sin sueño. Hoy a las 6 de la mañana estaba fresco y listo para levantarme.

    Cuando vino mi mujer me preguntó que si la había echado de menos; me di cuenta de que me encanta tenerla a mi lado, pero que conforme estuve de ocupado durante el día y que las noches las reservaba para dormir, la verdad es que no la extrañé mucho. Mi madre al regresar me preguntó si me había apañado bien sin una madre a mi lado; me di cuenta de que para nada eché en falta sus guisos y sus cuidados.

    Creo que no les gustó cuando les dije que esto teníamos que repetirlo, a poder ser cada fin de semana.

    Supongo que, con algo de antelación, estoy entrando por la puerta de la placentera, tranquila y asexuada vida del hombre maduro.

    08 septiembre 2006

    060908 cuerpo del deseo

    La madre naturaleza, sabia como pocas, me colmó con un cuerpo atlético, digno de Apolo. El tiempo y la cerveza se encargaron de esculpir esta obra renacentista hasta darle el perfil de botijo que ahora tiene, con un único abdominal rodeando mi periferia estomacal como si de un flotador se tratase. Pero las apariencias engañan y no es un flotador, porque tiene una densidad mayor que el agua y en una piscina en lugar de flotar como un nenúfar o al menos bucear como un pez tropical me hundo en picado como el Titanic y apenas chapoteando puedo mantenerme a flote, lejos de lo que mi agraciado cuerpo solía hacer no ha mucho.

    Es verdad que de pequeño me faltaban algunos kilos, kilos que por cierto me sobran ahora multiplicados por 10. De hecho, en los colegios de pueblo, cortos de presupuesto además de profesorado, no existe ese fantástico esqueleto que puebla los homólogos de las películas yankees, así que en clase de Ciencias Naturales, que así se llamaba y no Conocimiento del Medio como ahora, lo que hacía don Mariano era sacarme a la pizarra y hacer que me levantase la camiseta: ahí tenía mis doscientos y pico huesos marcados perfectamente; vamos, que los esqueletos americanos tenían más chicha que el mío.

    Afortunadamente, cuando llegamos al curso en el que se explicaban los aparatos reproductores ya disponíamos de sofisticados medios audiovisuales (un triste proyector), de modo que no tuve que bajarme mis apreciados gallumbetes en clase; con lo que me ha dotado la naturaleza, si para los huesos mi cuerpo era un libro abierto, para otros temas las niñas hubiesen seguido sin descubrir gran diferencia entre sus zonas no visitables y las de los niños.

    07 septiembre 2006

    060907 amores y desamores

    ¿Amores reñidos son los más queridos? Que se lo pregunten a la cincuentena de personas que han muerto en lo que llevamos de año a manos de sus reñidos amores.

    Sólo espero que nunca nadie me quiera tanto.

    06 septiembre 2006

    060906 de culpas compartidas

    Desde que nuestros padres griegos nos legaron la democracia, la elección de representantes se ha demostrado como la mejor forma de gobierno. Desde el delegado de alumnos hasta el líder del mundo mundial, el elegido representa a sus votantes hasta que estos consideran que hay otro más válido y lo cambian sin darle explicaciones de su desamor, volviendo a iniciar el ciclo de la vida democrática.

    El tiempo pone a cada uno en su lugar y hay decisiones que, a pesar de su amplio consenso, no son acertadas.

    Pero es curioso cómo la historia se erige en juez y parte y condena, no sin cierta lógica, a las cabezas visibles por haber cometido el monstruoso crimen de decir en voz alta lo que pensaban. Puesto que locos ha habido siempre, mi duda está en si los que a las calladas los pusieron ahí tienen defensa diciendo que hubieran actuado de otro modo de haber sido informados de lo que en verdad escondían sus lideres. No estamos hablando de lobos con piel de cordero; nunca un nacionalismo escondió un alma cándida, sino que conoce las debilidades de sus electores, sus miedos más profundos, y los exprimen al máximo.

    Tan responsables son los electores, como los elegidos de las barbaridades de éstos. Si las barbaridades son económicas, poco pueden quejarse aquellos de haber perdido el dinero de sus impuestos en la ruleta rusa de la política. Cuando las barbaridades afectan a los derechos de las personas, a su integridad física, no hay cárceles en el mundo suficientes para que los Tribunales encierren a quienes pusieron ejércitos en manos de psicópatas.

    Lo menos que se puede pedir a los electores equivocados es que enmienden su error a la primera oportunidad; de no ser así, que no tengan la menor duda de que ellos serán los siguientes en sufrir los desmanes de sus elegidos, porque cuando tengan poder suficiente sus ideas sectarias les convencerán de lo conveniente de defenderse de quien no esté dispuesto a sacrificarlo todo por ellos.

    05 septiembre 2006

    060905 Deporte e idiomas

    El domingo estuvimos viendo la final de baloncesto entre España y Grecia; gran final, a pesar del triste partido de los griegos.

    Al acabar, se cantaron las canciones de rigor en honor de los campeones y no faltó quien cantó el himno español, a pesar de no tener letra.

    A la salida, el fervor invadía a los asistentes, se cortó el tráfico y las bocinas no paraban de sonar con más o menos ritmo.

    Una señora que iba detrás de mí llamó a algún conocido por el móvil y le contaba a gritos lo bien que se lo había pasado.

    - Sí, sí. El partido muy bien; hemos gritado, hemos saltado, hemos cantado. Hasta hemos cantado la canción esa de CUÍN

    Queen, gran grupo que nos regaló la canción We are the Champions, un himno para deportistas y aficionados, imprescindible en toda final, que saca lo mejor de uno mismo y que …

    - … sí, hija, sí. Esa de CUÍN … como sigue … ah, sí, CUÍN AN DE CHAMPIONS.

    ¿CUÍN AN DE CHAMPIONS? ¿La reina y los campeones? La verdad es que es el mejor homenaje que se podía hacer a Mercury y su grupo. Esta señora leyó en el subconsciente del cantante, ¡para que luego digan que en este país no sabemos hablar idiomas, si hasta lo hablamos en telepatía con el más allá! Eso no lo hacen todos los ingleses, por muy hijos de la Gran Bretaña que sean.

    04 septiembre 2006

    01 septiembre 2006

    060901 ¿Para qué sirve un ingeniero?

    He empezado a trabajar en una bonita empresa llena de siglas que me ha mandado a una obra que está en el extranjero (para mí, todo lo que sea fuera de la ciudad es el extranjero, lo desconocido), así que no me queda más remedio que coger el coche cada día para ir; de hecho no tenía coche y he tenido que agenciarme uno. Para un urbanita como yo, que se mueve siempre en transporte público el tener que conducir a diario es una aventura; ya no soy yo el que insulta a los cafres que se saltan un paso de cebra, ahora soy yo el cafre que no distingue el rojo del verde en los semáforos, y ya no soy yo el que recibe los pitidos por cruzar como peatón por sitios indebidos, ahora soy yo el que pita.

    Para estos primeros día y esperando a ver si el trabajo merece la pena del suplicio diario del coche, la mejor opción era pedir uno de la familia; no fue difícil conseguirlo (alguien que está ahí arriba me quiere mucho; gracias, guapas), la condición era pasar la ITV, que, bueno, no iba a ser ningún problema, porque salvo que necesitaba pasar por un túnel de lavado, el coche estaba perfecto, una maravilla de la tecnología alemana. El único inconveniente era que el portón del maletero no cerraba, así que le tuve que poner una cuerda y rezar para que no me lo robaran la primera noche (me encantan estas soluciones temporales españolas que terminan siempre siendo definitivas). Vamos, que me veía como Mr Bean poniéndole un cerrojo y un candado al coche.

    Cuando fui a pasar la dichosa revisión, el operario no pudo evitar felicitarme por lo bien que sonaba el motor (hay que decir que el coche es casi de la época de Felipe II); su cara cambió cuando empezó a hacerle las pruebas pertinentes:
    1. Dispositivo de luces de cruce defectuoso: la primera en la frente. El chaval me dijo: - Uy, esto está un poco roto. - Mierda, pensé, pero eso ¿es grave? - Para mí no, contestó, pero está roto. - Pues si para ti no es grave, para mí tampoco, sigue. Y siguió.
    2. Dispositivo de luz de marcha atrás defectuoso: la segunda. - Uy, pues la protección de la luz de marcha atrás también está rota. - Pero el piloto no está fundido, ¿verdad?, pregunté, así que no es grave, aseveré. - No, fundido no está, grave no es, dijo. - Pues si para ti no es grave, para mí tampoco, sigue. Y siguió.
    3. Luz de la placa de matrícula trasera: la tercera. - Uy, la cubierta de la luz de la matrícula se ha caído. - Pero luce, ¿no? - Sí, luce, … y no es grave. - Pues si para ti no es grave, para mí tampoco, sigue. Y siguió.
    4. Luces de posición: ¿Luces de posición? ¿Quién utiliza las luces de posición? Yo miré las cortas y las largas, pero ¿las de posición?; si no sé ni cuando hay que utilizarlas. El chaval me dijo: - Uy, esto está fundido. Ya no me dio tiempo a decirle nada, directamente dijo: No, no es grave y ya sé que para ti tampoco; sigo. Y siguió.
    5. Emisiones de humo en el límite, muy en el límite. - Que sepas que aunque no es grave y a ti no te importe, está en el límite de emisiones.
    6. Pérdidas de aceite sin goteo. Si hasta ahora no ha goteado es que las juntas ya se han sellado.
    7. Defectos en estado de guardapolvos. Esto no sé lo que es, pero tampoco es grave.

    A todo esto, hay otra serie de desperfectos menores tales como que el limpia parabrisas trasero echa agua pero no gira, o que no tiene cinturones de seguridad traseros, o que uno de los retrovisores está remachado, o que uno de los parasoles se baja poco a poco durante la marcha, lo mismo que el retrovisor interior, lo cual es, cuanto menos, incómodo. Esto unido a que cada vez que se cambiaba una llave se unía una llave más al juego, hace que para un coche se necesiten 6 llaves distintas (porque otra cosa no, pero dispone de 2 antirrobos; dime a mí de qué sirve si te dejas el portón trasero abierto por la noche en pleno zona chunga de Madrid). También el tapón de la gasolina tiene truco; menos mal que en la gasolinera había otro cliente que tenía una vespino y me dijo cómo abrirlo, que esto del tapón de la vespino tiene que ser alta tecnología, oye.

    Así que me puse manos a la obra a solucionar estos problemas que me quitaban el sueño. Lo primero era lo primero, así que si la solución de los informáticos es apagar y volver a encender, la de los ingenieros es dar un golpecito para que se recoloque todo. Quité la cuerda que hacía de improvisado cierre de seguridad y vi que rozaba en un punto. Esto me servirá, pensé. Cerré de golpe y no, no sirvió. Un poco más fuerte; más fuerte y seguía sin funcionar. Quizás empujando de un lateral; tampoco. Quizás de los dos; nada. Ya vi que un golpecito no iba a ser suficiente, así que tomé impulso para aumentar el impacto; la primera vez poco conseguí, es difícil controlar tus limitadas fuerzas en el portón trasero, la segunda fue algo mejor, y ya la tercera fue la definitiva. Hay pocas cosas que no pueda conseguir un ingeniero: a base de ingenio conseguí que la bombilla volviese a hacer contacto y ahora vuelvo a tener luces de posición; sigo sin saber cuándo usarlas, pero ya tengo luces.

    Esta maniobra tuvo un efecto secundario y es que cuando puse en marcha el coche tenía pulsada una de las palanquitas al lado del volante y se puso también en marcha el limpiaparabrisas trasero, que ahora sé que también funciona.

    Dos por el precio de uno.

    Bueno, tres, porque con tanto golpe, el portón trasero se cerró bien; pensé que la cuerda no quedaba mal, incluso la posibilidad del candado me atraía, pero ya que tengo la llave (que es otra de las muchas que arrastro, como si fuera el amo del calabozo), pues voy a utilizarla. Así que ahora ya el que quiera robar lo tiene más complicado, no muy complicado, pero sí más complicado que antes; lo que no tengo claro es lo que van a poder robar, ¿los cinturones traseros, que no tiene?

    Para las emisiones de humo no pienso poner un catalizador, pondré un mechero en el tubo de escape y que se vayan quemando los CO y NO, para las pérdidas de aceite lo único que hay que hacer es, como las heridas, no quitar la costra de fuera y esperar que haga de cierre y para el guardapolvos he visto una cinta adhesiva en el Todo a 100 que creo que me va a hacer un apaño.
    Eso sí, la trócola está bien, por lo menos no me han dicho que tenga que cambiarla.