080730 de exiliados LXIX

Llevo unos días sin escribir, pero porque el cacharro se me ha escacharrado, hemos perdido la conexión de internet. Y eso en un pueblo perdido como Beilngries, puede ser traumático.

Lo último que escribí fue que las niñas habían llegado bien, y hoy escribo para decir que siguen bien, que alguna ya se ha vuelto y que el resto lo hacemos mañana.

Las preguntas y comentarios tipo que he tenido que escuchar estos días han sido:

- Oye, ¿aquí hay Coca-Cola? (No, hija, la Coca-Cola es un producto typical Spanish, que sólo lo hay en España).
- Anda, mira, a este castillo de la foto (el de Neuschwanstein) es donde quería haber ido yo (La foto estaba pegada en una de las paredes laterales de castillo de Neuschwanstein).
- Que amable son estos alemanes (sólo te falta decir, que simpáticos, no parecen alemanes).
- Y si el revisor me pide el billete, ¿qué hago? (pues enseñarle el billete; que no se va a parar a hablar contigo del tiempo).
- ¿Y cómo pido un café? (pues o una de dos, o señalas lo que esté tomando alguien en otra mesa, o dices "café").
- ¿Y como pido un café descafeinado con leche corto de café? (mira, pide un café solo y acabamos antes, que eso de un coffee no caffeine, milk and little, little coffee es cualquier cosa menos algo que vaya a poder entender por aquí; ni por otros lados tampoco).

- ¿Y un vaso con un cubito de hielo para el café? (que te digo que pidas un café solo, que si además pides un glass with a block of ice, o te traen un helado o un vaso de agua fresquita, pero nunca te traeran un vaso con un cubito de hielo para que le eches el café dentro).

- ¡Qué agua tan frequita y tan rica! (Niña, deja de beber de fuentes donde haya un cartel de "kein Trinkwasser" (agua no potable) que te va a pegar una diarrea que en lugar de meterte en el horno crematorio, se te va a poder pasar por la licuadora).

En fin, que esto ya se acaba. Me han preguntado que cuando vuelvo; dentro de 5 o 6 ... años, espero.

No es verdad. A Beilngries siempre tengo ganas de volver. A mi empresa no tantas.

http://www.emailleschilder.com/hinweis.htm

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080725 de exiliados LXVIII

Llevan un par de horas aquí y ya me están poniendo la cabeza como un bombo.

¿Cuáaaanto falta? ¿Cuáaaanto falta?

La Virgen. Voy a poner un mercado de lamparillas. ¿Alguien me las compra?

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080724 de exiliados LXVII

El pájaro ya está en el nido. O la pájara.

Mañana más. Mañana dos más.

080723 de exiliados LXVI

Hoy es un día triste. La abuela ha muerto.

Si digo que a los 84 años ha muerto Estelle Getty, a muchos no les dirá nada.

Si digo que ha muerto Sofia, de Las chicas de Oro, a muchos no habrá ni que decirosque era la abuela del grupo de abuelas que protagonizaban la serie.

Los 80 fueron una época brillante para las series de televisión. Los efectos especiales no eran necesarios, se suplían con muy buenos guiones. Y aunque hay otros muy buenos ejemplos, para mí Las chicas de Oro conseguían que te metieras en la comedia, que fueses uno más del grupo (en mi caso, uno de los nieto). La guinda a esta década se la puso el estreno a finales de 1989 de Los Simspons, unos personajes que van a durar en televisión más que Franco, y además por méritos propios.

También es cierto que no habían desembarcado las televisiones privadas, por lo que sentarse alrededor de la televisión era un acontecimiento, no como ahora que roza el martirio.

En fin, ahora las series se pueden resumir en un episodio cualquiera de la serie House, a alguien que hace algo insustancial le pasa algo increíble, alguien que por casualidad pasa por allí intenta solucionarlo y lo empeora aún más, para por último llegar el protagonista de la serie que soluciona el problema de la manera más absurda y acabar el episodio rechazando la gloria mientras todos proclaman su genialidad. Soso, soso, soso.

Ya no hay guionistas como los de antes. Sin quitarte méritos, qué suerte tuviste, Estelle.

Como curiosidad, ¿sabíais que la actriz que hacía de Sofía, Estelle Getty, era realmente 1 año más joven que la que hacía de Dorothy, Beatrice Arthur, su hija en la serie? La bobalicona Rose, Betty White, es en la realidad también 1 año mayor. La jovencita del grupo es la actriz que hacía de Blanch, Rue McClanahan, que en la actualidad tiene 74 años, 10 menos que Estelle.

Ahora os recomiendo que empecéis a hacer cuentas para calcular las edades. No vale usar la calculadora. Y aprovechad también para hacer el sudoku que hay en el lateral derecho del blog si queréis mantener la lucidez de las protagonistas de la serie (o al menos, intentarlo). Su mala uva no me atrevo a recomendaros que la cultivéis, aunque sí su retranca.

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080722 de exiliados LXV

Hace unos días tuvimos una reunión de departamento. Todo caras nuevas, salvo yo, ninguno lleva en la empresa más de un año, y todo gente joven, salvo yo también en este caso, savia nueva.

Se habló de varios temas y se planteó uno en el que vagamente había pensado y que me hizo enlazar con otros conceptos conocidos.

Era el concepto del cliente terrorista.

La empresa tiene distintos tipos de clientes. El ideal es el cliente apóstol, quien no sólo te compra, sino que también te hace proselitismo. Luego vienen los distintos tipos de clientes más o menos conformes con tu trabajo. En el extremo contrario están los que están tan descontentos de tu trabajo, que no sólo no te compran, sino que encima van echando pestes por ahí de ti.

Estos en principio eran los más peligrosos.

Pero con el concepto de cliente terrorista, cambia el panorama. Este cliente no es que sea torpe y la comunicación no sea fluida; sabe perfectamente lo que hace y va a aprovechar cualquier resquicio para sacarte las entrañas. Y sabe que tu producto es bueno, pero en su lógica terrorista va a buscar exprimirte, aunque con eso te lleve a la ruina, pierda un buen proveedor y eso lo lleve a la ruina a él. ¡Qué se puede esperar de la lógica de un terrorista!

En un extremo está el concepto WIN- WIN (yo gano, tú ganas, y así los dos ganamos) y en el extremo estaría el WIN - LOOSE (yo gano, tú pierdes, y lo que tú no pierdas lo pierdo yo).

Esto lo podemos extrapolar al terreno laboral.

Está por un lado el compañero profesional, que te va a apoyar, porque sabe que facilitándote el trabajo se lo facilita a él mismo y mejora la empresa.

Por otro lado está el compañero funcionario, que llega hace su trabajo, pero que nunca se preocupará por si lo que está haciendo es mejorable o no. Se contenta con ser un número y mimetizarse con el ambiente. Ya me están empezando a pitar los oídos; vale, el concepto funcionario quizás no siempre sea aplicable, pero todos sabemos a que me refiero.

Está el empleado tóxico; me niego a emplear aquí la palabra compañero. En la medida de lo posible va a dinamitar la empresa, pero rara vez es consciente de su fuerza y normalmente no lo hace adrede. Simplemente ocurre.

Y por último está el empleado terrorista. Éste sí que es peligroso, porque conoce su potencial y sabe cómo emplearlo. Con su lógica, claro.

Y llevando más allá el concepto, habrá que hablar del jefe tóxico y del jefe terrorista.

Por alguna extraña razón, me han tocado varios de ellos. Supongo que todos podemos decir algo parecido.

Curiosamente, pocos días después de esa reunión en la que se fijaron criterios a medio plazo, el jefe supremo vino a darnos una charla y nos dijo que por motivos personales el jefe de sección había pedido abandonar voluntariamente la empresa a final de este mes. Shock general. No digo que sea una gran perdida, pero sí le reconozco que a pesar de no tener ni la más remota idea del producto que estábamos produciendo y vendiendo, había conseguido crear un equipo que funciona razonablemente bien y que está facturando millones a la semana. Eso es lo exigible a un jefe, ¿no?

En fin, otros de los jefes, de mis muchos jefes, que sobre mí están hasta los becarios, procuran hacernos creer lo imprescindibles que son y no dudan que mostrarte lo prescindible que eres tú.

Intentaré no bajar escalones, pero ya me estoy empezando a plantear asentarme en funcionariado, aunque de ahí a la caída libre hay sólo un paso.

Para quien quiera profundizar más:

http://www.quecursar.com/un_mal_jefe_provoca_una_alta_rotacion_de_personal.asp

http://www.quecursar.com/la_buena_gestion_del_talento.asp

http://www.quecursar.com/el_pensamiento_preventivo.asp

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080721 de exiliados LXIV

Hay días en los que es mejor no levantarse. Las últimas 24 horas se llevan la palma.

Ayer terminé La Regenta. Clarín tuvo mala suerte, unos siglos antes había nacido Cervantes por estas tierras; si no, La Regenta sería considerada la obra cumbre de la literatura española. De todas formas, el final, aun no siendo malo, deja un mal sabor de boca, y nunca mejor dicho, no por la acción en sí, sino porque me parece que había trama suficiente para haber redondeado la historia con 40 o 50 páginas más. No digo que la decisión fuese mala; simplemente la estoy digiriendo.

Anoche me desvelé y esta mañana me he quedado dormido.

He discutido con los de ofertas, he discutido con los de planos, he discutido con los de fabricación, he discutido con los de taller, he discutido con los de envíos, he discutido con los de facturación. Menos con la mujer de la limpieza, que es la abuelita Paz, he discutido con todos.

Un proveedor nos pasó una oferta para un pedido muy importante y cuando he ido a pasársela al cliente me he dado cuenta de que en lugar de discos de 15" los ha ofertado de 5", con lo que el precio no tiene nada que ver (o quizás sí, no lo sé), y además el cliente se va de vacaciones el jueves, así que no sé si dará tiempo a tramitarlo antes del verano o se nos habrá adelantado algún mindundi al que su proveedor le ofertó el material correcto.

He vuelto a discutir con los de ofertas, ...

He mandado a tomar viento a mi jefe. Varias veces, además. Y con pleno conocimiento de causa, además.

He cargado una información en la tarjeta del móvil, no la he desenchufado bien del ordenador y la he desconfigurado. Y tiene mal arreglo, me parece.

Se ha levantado el aire y se ha estropeado el día, lo cual aquí en Alemania no quiere decir mucho.

La cena en el hotel estaba especialmente insípida. Para colmo, hoy atendían las mesas la cara-pato y la abeja Maya. Por Dios, niña, vuelve a ponerte la falda por debajo de las rodillas, que sales ganando; te lo digo yo, que llevo demasiados días aquí y tengo el nivel tan bajo que hasta el perro rarito de Bea me esta empezando a parecer que tiene su aquella. Ponte una falda más larga antes de que provoques una estampida general, que la otra tiene la cara, pero tu le has quitado las piernas y los andares al Pato Lucas.

Al salir del restaurante, como siempre que me tomo medio litro de cerveza en la cena, o sea, como siempre aquí en Baviera, he salido dando tumbos y casi me he llevado a una abuela por delante, la cual me ha dedicado algo parecido a un saludo con la mano.

Menos mal que el ordenador está en la planta baja; no me atrevo a subir a mi habitación, hoy es un día propicio para que caiga dando vueltas por la escalera. Es posible que me quede a dormir hoy aquí; muy cómoda, muy cómoda no es la silla, pero hará un apaño. Y si no, me busco al perro de Bea.

He llamado a Isabel y me ha saltado el contestador, lo cual me cuesta una pasta. Todavía sigo sin entender por qué tiene activado el contestador, cuando la mayoría cuelga directamente cuando les salta y el resto dice incongruencias; de una manera o de otra, a los que llamamos nos cuesta la llamada y a ella también, porque al final tiene que devolvernos la llamada. En fin, mujeres.

A pesar de todo, haber pasado este día tiene una ventaja. Ya sólo quedan 3 hasta que venga mi chiquilla.

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080718 de exiliados LXIII

Cuando las cosas van rodadas, no nos damos cuenta del mucho trabajo que hay detrás, de los muchos recursos invertidos ahora, y sobre todo antes.

Nos parece normal una flor, pero no nos paramos a pensar lo que ha tenido que pasar desde que esa semilla o ese esqueje se plantó.

Mucho, pasa mucho. Horas de trabajo, euros invertidos, ensayos y errores, ...

De cara al exterior, todo ha sido fácil.

De puertas adentro ... Ese es ya otro cantar.

Pero bueno, al final todo compensa.

Hoy mi flor roja está reventona, la envidia de toda la corrala.
Y estoy contento.

Rectifico: estoy muy contento.

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080717 de exiliados LXII

Para quien esté interesado en pasarse en los próximos días por Baviera, aquí va una pequeña guía de supervivencia.

1.- Avisar antes. Todo el mundo es bienvenido, pero eso se plantarse sin decir nada con una mano delante y otra detrás es cosa de Miguel, y aunque normalmente le sale bien, no es lo suyo.

2.- Pedir vacaciones en el trabajo. Imaginaros que vuestros jefes os tienen preparada una fiesta sorpresa de reconocimiento a vuestros esfuerzos; ¿qué cara se les quedaría si ese día no aparecéis? Hay que pensar un poquito en nuestros abnegados jefes.

3.- Mirar con tiempo el medio de transporte. Lo normal es que sea avión (unos 200 € ida y vuelta) y en la medida de lo posible me encargo yo.

4.- Mirar alojamiento. También me encargo yo. Hasta 10 personas cabemos en la habitación, lo comprobé el otro día con las compañeras de trabajo que me encontré en el Biergarten del hotel.

5.- Venir cenados. No es porque aquí no se coma bien, sino porque a las horas a las que se va a llegar a Beilngries no va a haber nada abierto, o al menos nada con comida. Y eso tampoco quiere decir mucho, porque a las 10 de la noche ni el Tato está por las calles.

6.- Venir con algo de abrigo. No mucho, esto no es Siberia, pero sí alguna chaquetilla de entre tiempo, algún chambergo ligero impermeable, ... El paraguas y el chubasquero son algo excesivo (aunque nunca se sabe).

7.- Traer calzado cómodo. Unas zapatillas deportivas pueden ser suficientes, aunque si las botas de senderismo son lo mejor. Y dentro del calzado se incluyen las chanclas, como cuando se va a cualquier hotel, vamos; si no, se corre el riesgo de volver con amiguitos en los pies.

8.- Acostumbrarse ha comer a las 7 de la mañana y a cenar a las 7 de la tarde. Aquí hay dos comidas fuertes, el desayuno, a base de fiambre, cereales, fruta, ..., y la cena, a base de carnes, ensaladas, pasta, ... Eso de comer a mediodía es una mariconez latina. Os recomiendo que os vayáis preparando poco a poco en casa antes de venir, porque si no, cuando te acostumbras, ya casi tienes que coger el avión de vuelta.

9.- Comerse todo lo que te ponen. Aquí no se rechaza nada, ni se dice que no a ninguna oferta. Os lo puedo asegurar, que me toca comerme hasta la salsa de rábano, que es lo único a lo que esta hormigonera con patas hace ascos.

10.- Venir con ganas de andar. Aquí se viene a ver cosas, ya sea naturaleza o monumentos (¡y cómo están las teutonas!). Eso de estoy cansado aquí no vale. Si te duelen los pies, te los cortas y sigues andando; al menos así no te doleran.

11.- Llegar provistos del kit de supervivencia del turista: cámara de fotos, pastillas para ir bien al baño (aunque con el café que tienen aquí eso no suele ser necesario), pastillas para no ir demasiado bien al baño, ropa de muy verano, ropa de verano, ropa de entre tiempo, ropa para fresquito (la ropa para frío la podéis dejar en casa, aunque nunca se sabe), ...

Si después de los días que pases aquí no llegas al avión y te duermes antes de que despegue y no te despiertas hasta que el que le tocó en la ventanilla te zarandea para que te despiertes porque ya hace 5 minutos que aterrizó el avión, no habrás aprovechado del todo tu viaje a Baviera. O al menos habrá habido momentos en los que podrías haberlo aprovechado más.

De todas formas, no os preocupéis, esto va a ser sólo un aperitivo. Te vas a quedar con ganas de volver.

Sencillamente relájate y disfruta.

Y no hay nada mejor que la red para hacerse una idea de lo que es esto:

www.baviera-turismo.com/main.html

www.viajeros.com/article417.html

http://travel.webshots.com/photo/2931034340062251604HYiWDiv

http://sehensw.hirnstetten.de/

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