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  • CALENDARIO DE CARRERAS - 2 010.


  • COMUNIONES 2 010.


  • 29 diciembre 2006

    061229 de despistes

    Ayer entré a la carrera en el centro comercial; era casi la hora de cierre y aún me faltaba un par de regalos por comprar. En el pasillo de entrada un hombrecillo se dirigió a mí en tono afable, pero apenas pude dirigirle alguna palabra para dejarle claro que no compraba lo que vendiese, fuese lo que fuese. Al llegar a la caja, la cajera miró el reloj, fastidiada porque ya era hora de estar en su casa. Entonces me sonó el móvil. Una amiga al otro lado del teléfono me preguntó que qué me había pasado con Luís; el tal Luís es un personaje curioso, pintoresco incluso, amigo común hacía unos años, pero a quien había perdido la pista hacía tiempo. No entendía por qué me preguntaba por él; sabía que habíamos perdido el contacto. Me contó que le acababa de llamar alterado e indignado porque me había visto y yo había despreciado su saludo; entonces caí, sí, el hombrecillo que se había dirigido a mí a la entrada del centro comercial.

    No tuve que darle muchas explicaciones, ella ya me conoce y sabe lo despistado que soy. Simplemente no lo reconocí y andaba, como siempre, apurado de tiempo. Algo así se había imaginado ella.

    Enlazando con esto, recuerdo hace unos años que iba por la calle y, al entrar en el metro esquivé en el último momento a una señora que se empeñaba en hacer espejo ante mí; cuando finalmente me zafé de ella y hacía cola en los tornos del metro, noté que algo golpeó mi cogote; no me abrió la cabeza, pero fue contundente. Miré al suelo y no encontré nada que se hubiera podido caer del techo, levanté la vista y nada vi colgado. Finalmente, miré hacia atrás y vi a la señora que acababa de esquivar blandiendo su bastón y diciéndome “Hijo, que soy tu madre”.

    28 diciembre 2006

    061228 de inocentadas

    - Tenemos una noticia que daros.

    Ante la familia expectante alrededor de la mesa de Navidad, todos miramos a mi hermana esperando cuál era esa noticia tan importante. La última vez que dijo algo parecido estaba embarazada, pero, claro, con este segundo hijo escarmentó, así que tenía que ser otra cosa. Se tomó su tiempo.

    - Por fin … tenemos … móvil.

    Gritos de alegría desaforada explotaron por aquí y por allá, se escucharon cánticos de aleluya, mi cuñado fue vilmente besuqueado con no pocas muestras de cachondeo. Cuando te has dedicado años a enorgullecerte de ser el último bastión anti teléfono móvil te arriesgas a esto; era una oportunidad para adelantar el día de los inocentes que no podíamos dejar escapar, y no lo hicimos.

    27 diciembre 2006

    061227 de honras

    Uno de los mandamientos de la ley de Moisés reza “Honrarás a tu padre y a tu madre”. Nada dice de hacerlos buenos cuando realmente sean nefastos.

    Una historia cuenta que hace muchos, muchos años existía un dictador que ocupó un pequeño país vecino, pequeño pero muy rico. Del otro lado del mar, un emperador mandó sus tropas para defender al rey del pequeño país, su amigo. Liberó el país y ocupó el país invasor, haciendo que sus súbditos se levantasen contra el dictador, pero cuando el dictador estaba en las últimas, los consejeros asesoraron al emperador haciéndole ver que si derrocaba al dictador tendría que ayudar a reconstruir el país y el consejo decidió que era mejor salir del país ocupante, dejando a los súbditos insurrectos a merced del maltrecho, aunque poderoso aún dictador, quien aplastó el levantamiento con una dureza nunca vista hasta entonces. Ante estos desmanes nada hizo el emperador, aduciendo que esos eran asuntos internos de la dictadura.

    Con el paso de los años el hijo del emperador se hizo con el trono y convencido de que tenía una misión divina, arrasó el país del dictador y lo hizo preso. Fue una operación sencilla, porque el ejercito del dictador ya había sido aniquilado en la primera guerra y éste había optado por no rearmarse con la esperanza de que así le dejasen tranquilo en su tiránico país. Lo que ni el nuevo emperador, ni sus consejeros previeron es que ya no quedaban insurrectos que esperasen como agua de mayo la llegada del ejercito salvador, porque todos habían muerto en las represalias del dictador; sólo quedaban fieles a éste, que veían al ejército del emperador no como tropas de liberación, sino invasoras. El emperador decidió ahorcar al dictador pensando que muerto éste, sus fieles se disolverían; sin saberlo estaba abriendo la caja de Pandora, y donde antes había un dictador surgieron decenas, cientos, miles y cada uno con su pequeño ejército, más o menos preparado, pero fieles a sus líderes hasta la muerte.

    Entonces, los ciudadanos del imperio pensaron que no era cierto lo que hasta entonces habían pensado de que el emperador padre había sido un mal gobernante porque no había entrado a sangre y fuego en los palacios del dictador, ejecutándolo y haciendo escarnio público de él, sino que era un gran estadista que había previsto lo que podía pasar, que ése era un país de bárbaros que no tenían solución y que había sido mejor dejar la situación como estaba. El emperador hijo, viendo lo bien que el pueblo hablaba de su padre decidió unirse al coro de alabadores, haciendo por todo el imperio fiestas en su nombre que duraron meses.
    En medio de tanta fiesta, nadie parecía recordar que las tropas del imperio aún estaban luchando contra las guerrillas surgidas en el país del dictador, siendo diezmadas a cada nueva embestida.

    El pergamino donde estaba escrita la historia se deterioró con el paso de los siglos y no se conoce su final, pero ningún final bueno es previsible.
    NOTA 1.- Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
    NOTA 2.- Ahora somos mucho más civilizados que en la antigüedad.
    NOTA 3.- Honra a tu padre y a tu madre, es tu responsabilidad; pero no cometas, ni disculpes sus errores simplemente por ser quienes son.
    NOTA 4.- Como tengamos que esperar a que una nueva generación siga la tradición y haga bueno al hijo del emperador, apañados vamos.

    26 diciembre 2006

    061226 de intimidades

    No es conveniente realizar viajes en determinadas fechas. Nosotros lo hicimos para ir a casa de mis padres a celebrar la Navidad; celebrar por decir algo, porque suele ser una reunión en la que se junta una tropa, todos con intereses distintos en cuanto a horarios y comidas y, para colmo, con mis padres agobiándose por todo, por la gente, por los horarios, por las comidas, en fin, por todo. Es una competición de pressing-catch psicológico en el que día sí, día también estamos tentados de arrojar la toalla. Pero también es una carrera de fondo en la que gana el que aguanta y sabe reservar fuerzas.

    Después de trabajar cogimos el coche para ir al pueblo; no es un trayecto largo, apenas hora y media por buena carretera, pero si a esto unes que ya llevábamos más de 14 horas desde que nos levantamos por la mañana, que me tocó ir a comprar las ultimísimas compras de Navidad, que mi mujer venía en tren y por alguna extraña razón no le expliqué bien cómo llegar y se bajó en la parada anterior y tuvo que esperar al siguiente tren y que nada más entrar por la puerta de casa de mis padres empezó a darme ese tufillo rancio de casa vieja, pues eso, que me dio un bajón y lo único que quería era irme a dormir, bien acompañado por supuesto, pero a dormir.
    En la cruda estepa manchega el frio se cuela por las rendijas, así que para no iniciados como mi mujer, lo mejor es hacerse con una buena remesa de mantas para la cama; 7 en este caso. Y aún así, normalmente no es suficiente. Puesto que ella había dormido algo en el viaje, ahí estaba mi mujer intentando mantenerme despierto y yo dando cabezazos y dormitando. Después de varios intentos, para intentar despertarme, me pidió un masaje de pies, que me encanta dárselo y, modestamente, creo que no lo hago mal del todo y entonces consiguió despertarme, sí, sobre todo cuando me puso el témpano de su pie en mi muslo. No me caí de la cama de la impresión porque el frío me tetanizó el resto del cuerpo y me quedé agarrotado. Niña, ese frío no es normal, háztelo mirar. La gente normalmente colabora con el medioambiente reduciendo el consumo, mi mujer combate ella sola el cambio climático con sus pies; tenemos un sumidero de calor en nuestra cama (debajo de 7 mantas) capaz de tragarse todos los desmanes del Jorge W. Arbusto ese. Bueno, al menos consiguió que me despertara; el tema es que después del masaje la que dormitaba era ella.
    Y que no había manera de hacerla viva, oye. Todo un año esperando la convocatoria del GlobalOrgasm y va y se duerme. En fin, ya no toca hasta el año que viene; para entonces ya sé dos cosas: que tengo que irme a la cama con traje de neopreno y que los masajes de pies son contraproducentes.

    22 diciembre 2006

    061222 de iniciativas

    En estas fechas en las que todo el mundo se desea lo mejor, sólo hay que abrir las noticias para darte cuenta de que la vida no es tan fácil.

    De todas formas, aunque no tenga que ver con la Navidad, rebuscando entre tanto desastre, siempre se puede encontrar alguna iniciativa curiosa, como ésta del orgasmo global por la paz, coincidiendo con el Solsticio de Invierno, el viernes 22 de diciembre.
    www.GlobalOrgasm.org
    http://www.cadenaser.com/articulo/sociedad/Convocan/orgasmo/global/paz/csrcsrpor/20061222csrcsrsoc_2/Tes/

    En fin, ya digo que no está muy relacionada con la Navidad, pero creo que puede ser lo que más se aproxime a ese espíritu de paz, amor, fraternidad, ... Bueno, fraternidad no; dejémoslo en buenas intenciones.

    Tenía una larga lista de deseos para el año que viene, pero me conformo con seguir teniéndoos cerca un año más.

    Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo.

    20 diciembre 2006

    061220 de necesidades

    Hace tiempo que opté por no dar limosna; no es que no entienda que hay gente necesitada, sino que algunos han conseguido quemarme.

    El primero del que tengo consciencia es un señor más o menos arreglado que me abordó por la calle diciéndome me necesitaba unas monedas para llamar por teléfono al hospital porque habían ingresado a su mujer y no recuerdo cuantas penalidades más. Pardillo de mí, busqué sin éxito alguna moneda en mis bolsillos, pero nada encontré, ni un mísero duro de los de antes. Al día siguiente me volvió a abordar el mismo señor, en el mismo lugar y con la misma historia. “Pues espero que alguien te diera monedas ayer, porque si aún no has llamado, es posible que tu mujer esté ya criando malvas”; reconozco que no es una respuesta muy elegante, pero creo que el personaje captó la nada sutil indirecta porque se alejó de mí sin decir palabra. Por tercera vez me abordó un día más tarde, pero esta vez sólo balbuceó algunas palabras cuando me reconoció y se giró como si no nos hubiésemos visto.

    Años más tarde recuerdo a un chaval en Ferrol que me pidió unas monedas para volver a su aldea, que se había quedado colgado en la estación de autobuses y le faltaban 100 pesetas para el billete. A la semana siguiente me volvió a suplicar ayuda porque se había vuelto a quedar colgado, pero esta vez su aldea natal era otra distinta. Esta segunda vez le di una solución práctica, le dije que anduviese unos 5 kilómetros hasta el otro lado de la Ponte das Pías, que ahí el billete era 100 pesetas más barato, y así dejaba de tocarnos …, bueno, lo que no tenía que tocarnos.

    Por último, hace no mucho un par de pijitas venían por la calle y al llegar a mi altura una se giró hacia mí y me pidió una monedas; perplejo, apenas pude reaccionar ante lo que considero soltura a la hora de humillarse y sólo pude responderle que si en algún momento se me pasaba por la cabeza dar limosna, se la daría, por ejemplo, a un hombre harapiento que a una cincuentena de metros de nosotros rebuscaba dentro de una papelera y no a una Barby recién salida de su caja como ella. No pareció importarle mucho, la verdad; de hecho dudo que se diera por aludida.

    Me duele de un modo egoísta porque en alguna situación podría verme en soluciones parecidas pero reales y que la desconfianza haga que sólo coseche desplantes. Lo siento por aquellos que sinceramente necesitan mi ayuda, pero éstas y otras vivencias me han endurecido.

    Pero como digo, del mismo modo que deje de dar limosna, ahora vuelvo a llevar unas monedas en mi bolsillo. Me siguen pidiendo a cada paso con las más variadas e inverosímiles razones, sí, pero éstas están ya reservadas; después de oír la dramática situación de la señora Presidenta de la Comunidad de Madrid que con un sueldo de 8 000 euros no consigue llegar a final de mes, le tengo guardadas estas monedas en las que he escrito la leyenda: Resiste, Esperanza, aunque no lo parezca siempre hay luz al final del tunel.

    Póbrecilla; y aún habrá mileurarios de esos tan comodones que no quieren marcharse de casa de sus padres que no aprecien a esta promujer.

    04 diciembre 2006

    061204 de bebidas

    Si bebes, no conduzcas … y en algunos casos, mejor ni salgas de casa.

    El sábado fuimos a celebrar la Cena de Navidad, con un mes de adelanto casi. Como esto siga así, vamos a celebrar la Cena de Navidad mezclados con Capuchinos de Semana Santa; “¿Tú de que vas?”, “Yo voy de entierro, ¿y tú?”, “Pues yo de bautizo. ¿Y cómo dices que se llamaba el difunto?”, “Jesús”, “¡Coño, igual que el de bautizo!; si es que este mundo es un pañuelo”.

    Pues eso, que fuimos a cenar y después, para satisfacer a nuestras mujeres, fuimos a bailar, o al menos eso intentamos.

    Fue una noche extraña.

    Al primer sitio al que fuimos, una de las del grupo nos presentó a una amiga con la que había coincidido. Muy educado fui a darle un par de castos besos. En fin, como eso de dar besos con las manos a la espalda está bien para las figuritas de Lladró pero es un rato incómodo porque en la vida real te puedes desequilibrar, tengo la costumbre de alargar también mi mano y coger a la chica por la cintura (¿coger o tomar, que nunca lo tengo claro?; bueno sujetar a la chica por la cintura). Pero en este caso, sea porque la chica era bajita, sea porque estaba demasiado agachada, mi mano terminó en uno de sus pechos. De soltero estas anécdotas están bien, porque ya tienes la mitad del camino andado con ella, pero de casado no es lo mismo, y no porque las comparaciones sean odiosas, que no tengo queja ninguna, sino porque te das cuenta de que ya no puedes sacarle partido a esas, digamos, casualidades del destino.

    En el segundo garito había un grupo de anoréxicas y siliconadas Venus flotando en la música. Esto para los amantes de los sacos de huesos puede estar bien; yo en cambio notaba cómo mis arrítmicos michelines se zarandeában de lado a lado mientras intentaba sin mucho éxito seguir su ritmo. Imposible. Al final subieron al escenario unas go-goes ligeras de ropa y pechos, y decidimos que nuestra humillación pública había llegado a su fin, por lo que era el mejor momento de una honrosa retidada. Bueno, realmente lo decidieron las mujeres, que nosotros estábamos dispuestos a sacrificarnos y formar parte de la babeante plebe de mirones que las rodeaban.

    Por último fuimos a un antro lleno de humo, música pachanguera y borrachos. Procuramos hacernos hueco en la pista y entre rumba, salsa y ritmos varios conseguimos formar un círculo. En un momento dado una de las chicas que por allí pululaban y que debía estar en celo, aparte de borracha, decidió que alguno de nosotros, o todos, que eso aún no está claro, iba a ser su plato principal esa noche.

    Dios mío, era como ver un documental de La 2 en pantalla panorámica; con movimientos espasmódicos empezó a acercarse y a hacerse hueco entre el personal. Comenzó a sobarse a través de su ajustada blusa de tirantes mientras subía y bajaba hasta casi sentarse en el suelo, al tiempo que su minúscula falda bajaba y subía hasta casi llegarle a la cabeza.

    Sus más que generosos pechos envestían a los circundantes para hacerse hueco. Y vaya que si se lo hacía; teníamos miedo de que nos sacase un ojo con un pezón.

    Visto que no conseguía sus objetivos, sacó su artillería pesada y nos brindó una serie de posturitas y movimientos que ni la propia autocensura de las películas porno permitiría en sus proyecciones.

    Para llamar la atención (¿más aún?) decidió acompañar la música con silbidos; se acercó a mí y haciendo un extraño malavar con la lengua me dijo que no sabía silbar porque no sabía cómo había que poner la lengua, que si le enseñaba. Uf, … uf, uf, uf; sopesando la situación le dije que tampoco yo sabía silbar. Frunció el ceño y dio unos pasos hacia atrás. La verdad es que se podía haber buscado otra excusa, porque silbar sí que silbaba; de hecho, dejó sordos a varios del garito y hasta las ovejas de mi pueblo se pusieron firmes al oírla.

    Volvió a la carga y esta vez se posicionó detrás de otro de los nuestros, lo agarró por la cintura y comenzó a restregarse contra él. Cuando sintió el sudoroso cuerpo en su culo, intentó dar un par de pasos para separarse de ella, pero ésta lo trincó aún más fuerte, de modo que era una patética representación de un animal de cuatro patas en las que las de delante intentaban andar y las de atrás se negaban a ello. Cuando por fin consiguió zafarse, su cara de pánico daba muestras de lo poco que le había gustado el achuchón.

    Finalmente entró en el círculo que habíamos formado e intentó restregarse con todos y cada uno de los que allí estábamos, independientemente de que fuera hombre o mujer, aunque creo que esto era más porque su estado etílico no le permitía ver más allá de bultos a un palmo de sus narices.

    Tampoco consiguió mucho; tuvo que ser frustrante para ella, casi tanto como lo ha sido para nosotros la mayoría de las noches que hemos bebido de más y nos hemos empeñado en demostrar que Travolta a nuestro lado es un aprendiz. Nos viene bien una noche de éstas de vez en cuando para saber lo que se siente al otro lado; no sólo me refiero a los hombre para saber lo que se siente al tener un personaje babeando alrededor nuestro, sino también a las mujeres que no se dan cuenta de los esfuerzos inadvertidos que muchas veces tienen lugar a pocos metros de ellas.

    Por fin las chicas decidieron que ya nos habían sobado suficiente y que tocaba irse a casa. Uno de nuestros maltrechos compañeros tuvo que pasar al lado del pulpo para coger su abrigo y volvió a caer en sus ventosas; consiguió zafarse esta vez justo cuando llegaba yo a su altura. La chica se volvió a mí y me preguntó “¿éste es chino, no?”, como intentando encontrar una razón a su falta de éxito. “Pues creo que sí”, le dije; espero que con eso se quedase su conciencia traquila y pudiese dormir (la mona) en paz. La diferencia cultural siempre es un blanco fácil para nuestras frustraciones y fracasos.

    Parte de bajas (entre otras):
    Isabel: con una luxación en un brazo provocada por un tetazo.
    Álvaro: en estado catatónico; si es que estos niños no están para nada.
    Cris: afónico después de dar un grito de espanto cuando la chica se le agarró a la cintura.
    Pedro: bueno, a Pedro nada, porque, para variar, no se enteró de las 2 horas de espectáculo de naturaleza salvaje en estado puro.

    27 noviembre 2006

    061127 de ingenieros y no tanto

    Este fin de semana me han llovido críticas por mi último artículo sobre informáticos. Eso está bien, quiere decir que alguien lee, aunque sean chorraditas como éstas; es más, alguien me lee, lo que demuestra que la gente está más ávida de lectura de lo que se pensaba.

    Bueno, que me han llovido críticas porque los informáticos también tiene su corazoncito. Eso me alegra, demuestran que tienen algo más que bytes circulando por sus venas. Dicen que ellos son también Ingenieros. Vale, seguid soñando, pobrecillos; no me habéis convencido y sigo sosteniendo mi tesis de que los Ingenieros son sólo los Industriales; el resto de mal llamadas ingenierías son realmente FPs avanzadas. No les quito merito, no señor, pero se quedan en Formación Profesional III como mucho.

    Y es que un ingeniero es aquel que utiliza el ingenio para resolver problemas, no para crearlos. Y si no, pongamos un pequeño ejemplo; Bill Gates, para no ir más lejos. A ver quién había oído hablar de stress hace 50 años, nadie. Había problemas, sí, pero eran de otro tipo, no existía stress. Que trabajar en el campo era duro: venía un ingeniero e inventaba el tractor. Que en las casas la velada era aburrida con esas noches de invierno tan largas: venía un ingeniero e inventaba la televisión. Que tu mujer te ponía la cabeza como un bombo porque no le cumplías: venía un ingeniero y se la cepillaba. Vamos, que la vida era mucho más sencilla. Mucho más sencilla hasta que llegó Gates, Guillermito Puertas para los amigos.

    La jornada en la fábrica era cómoda hasta que llegó un tipo que se apellida Puertas e inventa Ventanas; me recuerda al Pocero que hace Rascacielos. A partir de ahí, una nueva especie intenta imponer su hegemonía sobre la tierra: los informáticos. Que el programa de facturación no funciona: viene el informático a parchearlo (que no a solucionarlo). Que el programa de gestión de la máquina no funciona: viene el informático a parchearlo (nada de solucionarlo). Que el water se atasca: viene el informático a hacer acto de presencia y así el jefe de contabilidad se tranquiliza y se le corta la diarrea (tampoco lo soluciona, porque la que lo desatasca es la mujer de la limpieza).

    Cuando los Ingenieros (Industriales, claro) vieron el caos en el que estaba sumido el mundo, se reunieron y decidieron contraatacar para devolver el mundo a su orden lógico, y lo hicieron utilizando sus mismas armas: estudiando informática. Tras árduas y encarnizadas batallas, consiguieron resolver Enigma Windows y hacer más fácil la vida de los mortales, no con parches, sino con verdaderas soluciones y aplicaciones prácticas.

    Pero el Dr Gates y sus secuaces decidieron no aceptar quedarse relegados a un segundo plano y salieron de su cueva e inventaron el XP (ése ha sido un golpe bajo, lo sé).

    Lo ingenieros siguen luchando contra las fuerzas del mal y sus temidas armas; es una lucha dura, pero el mundo tiene esperanza porque sabe que sus héroes siguen ahí.

    En fin, que por mucho que lo diga un papel un FP informático nunca será Ingeniero, al igual que no es concebible un ingeniero forestal (¿qué coño tiene que ver plantar un pino con una ingeniería? Eso tiene que ver más con lo que lograron los informáticos con el XP, una cagada), o uno de obras públicas, sólo hay que ir por la A2 para ver que es difícil hacer peor una carretera, o uno de teleco, que donde había una solución, la comunicación, crearon un problema, el riesgo de cancer. De los aeronáuticos no digo nada, porque todavía no sé para qué sirven; cuando conozca a uno que no trabaje en una fábrica de tractores o en instalación de calderas os lo diré.

    Deberían copiar de los arquitectos, que conocen lo cortitos que son y sus limitaciones y no osan decir que son Ingenieros; sencillamente los contratan para resolver los problemas de insonorización e instalaciones que tienen sus desastrosas ideas.

    Los únicos que están contentos con los informáticos son los funcionarios, mira por donde; antes daba mala imagen ir a un edificio de la administración y que te atendiese una persona que tenía los naipes regados por la mesa. Ahora eso no pasa porque ves la parte trasera del monitor (una solución inventada por un Ingeniero, todo sea dicho de paso) y así no ves que está jugando un solitario. Informáticos, santos benefactores de funcionariado en general.

    En conclusión: Ingeniero es el que aplica el ingenio para resolver problemas. No confundir Ingeniero con ingenioso; mi padre es ingenioso, pero muchas veces es más un problema en sí mismo que una solución. Por eso, voy a escribir una carta al Ministerio de Educación proponiendo el cambio de titulación por algo más adecuado: Ingenioso informático, Ingenioso aeronáutico, … Conforme está la educación en este país, con cambios en el sistema cada 6 meses y siempre para peor, ésta podría ser una moción no tan descabellada como las ahora vigentes.

    24 noviembre 2006

    061124 de informáticos

    Cuando empecé a trabajar en mi anterior empresa, uno de los primeros días una máquina no funcionaba correctamente, por lo que tuve que ir a ver qué le pasaba. Bah, poco podía ser; además, yo era el nuevo, así que no iban a cargar sobre mí que la máquina no funcionase. Era una máquina de limpieza de cereal y me dieron un variador de frecuencia que nos habían mandado de nuestros talleres en Alemania para regular la velocidad.

    Hasta ahí todo correcto. El problema empezó cuando en planta hubo que conectar el cacharro en cuestión; no tenía cables y hubo que hacer un apaño con material sobrante que había por la fábrica. Cuando le dimos tensión, aquello no hacía nada; se encendía una lucecilla, pero poco más. Fui probando con los distintos botones y lo único que conseguí fue un corro de operarios a mi alrededor dictaminando: “Tienes que apretar el botón rojo”, “Tienes que apretar el botón azul”, Tienes que girar la ruleta”, …

    Después de unas improductivas horas decidí llamar a Alemania. Me dijeron que funcionaba perfectamente cuando salió de allí; después de hablar con varias personas (si es que se puede llamar hablar a lo que hago con ese idioma de bárbaros), conseguí que localizaran a la última persona que estuvo trabajando con el artilugio, un informático. “Ah, sí, el viejo variador de frecuencia. Sí, ya recuerdo. Funcionaba bien, sí. Lo único es que para ponerlo en marcha tienes que quitarle la cubierta, desmontar una pequeña placa que hay debajo de la pantalla, aflojar el tornillo de la derecha y, cuando le das corriente, volver a apretarlo antes de girar la ruleta de la frecuencia, porque si no, se bloquea y entonces hay que desmontar la batería de la parte trasera y darle unos golpecitos”.
    Vale, la cara de pócker que tuve que poner tuvo que ser suficientemente expresiva como para que mi compañero se echase a temblar. A ver cómo explico yo que con mi poco alemán tengo que hacer esa serie de rutinas que apenas sé cómo se dicen en castellano, y que si me he equivocado y echa a arder, a ver con qué cara le digo a mi jefe que es eso exactamente lo que entendí. Con más miedo que vergüenza comencé la secuencia. Y curiosamente funcionó. Todavía está el viejo variador de frecuencia por la oficina, aunque dudo que si alguien lo necesita sea capaz de ponerlo en marcha.

    He recordado la anécdota porque en mi nueva empresa heredé un cascajo de ordenador que esta semana ha reventado; el informático ha reinstalado programas y lo ha dejado como nuevo, sin salida para altavoces, pero funcionando.
    Bueno, funcionaba parcialmente, porque aunque me salía el icono de Word, cuando intentaba abrir algún fichero en ese formato, daba un pantallazo y se cerraba el ordenador completo. Me eché a temblar cuando pasó; el informático se acababa de ir y allí estaba yo ante la bestia. Probé varias cosas, incluso lo de apagar y volver a encender que siempre funciona, y nada, seguía igual. Ya decidí llamarlo y, tras pensarlo unos segundos, me dijo de una tacada: “Ah, claro, es que te he instalado el Word 2003 y el Project 2000, entonces, claro, no funciona. Lo que tienes que hacer es abrir Word, entrar en Herramientas, ir a Opciones, deshabilitar Revisar ortografía mientras escribe y así ya funciona. Pero, claro, no cierres el primer documento en blanco con el que abras Word, porque si no, no te deja guardar cambios del resto de archivos”.

    Vuelta a poner cara de pócker. ¿Me está tomando el pelo o simplemente se está descojonando de mí?

    El caso es que funciona.
    Y digo yo, ¿cómo cojones llega alguien a la conclusión de que teniendo un programa con versión del 2003 y otro distinto con versión del 2000, si deshabilitas una opción de uno, funcionan los dos? ¿O cómo descubre uno que accediendo a un tornillo inaccesible, un variador de frecuencia funciona?

    No es la primera vez que me pasa algo parecido, por eso nunca entenderé a los informáticos. Los ingenieros somos más sencillos: botón de marcha, botón de paro, y si hace algo raro es porque hay que cambiar la máquina por una nueva y así hacer caja; no nos buscamos cosas del tipo "enciende la luz del pasillo de al lado, mientras abres el grifo del baño y cierras la ventana con el pie" para que funcione una máquina.
    ¡¡¡Informáticos!!!

    Es que me recuerda a los anuncios del DACIA LOGAN; cortas-largas, cortas-largas, se abre-se cierra, se abre-se cierra; increíble, ¿no? Supongo que el tío es un informático que no acierta a entender que con sólo un pequeño movimiento algo funciona y la mujer es una ingeniera, porque aparte de la cara de marimacho que tiene, lo mira como preguntándose: “¿pero qué coño hago yo casada con un personajillo como éste? ¿Qué hice en otra vida para merecer este castigo?”.

    13 noviembre 2006

    061113 de timos y timados

    Este fin de semana me he visto envuelto en varios de lo que a mi entender han sido timos; mejor dicho, los he sufrido. No sé si jurídicamente es el término correcto, pero como en mi fuero interno me siento timado, por eso los he llamado así.

    De por mí, soy ingenuo, por lo que con el tiempo he aprendido a estar expectante ante posibles encerronas; aún así, no puedo evitar caer en algunas.

    La primera fue el sábado; mi madre necesitaba ir a la peluquería a cortarse su menguado pelo y la acompañé. Para que no tuviera que dejar abandonada su cartera en la chaqueta, la dejó en casa y dije que ya llevaba yo dinero. Mi mujer, sabiendo lo desastre que soy, me dijo que si estaba seguro, porque sabe que soy de los que piensa que más de 5 euros por cortar el pelo es mucho. Pero sí, lo estaba; soy consciente de las cantidades ingentes que se gastan las mujeres en peluquería, salones de belleza y demás, por eso llevaba 20 euros.

    Cuando llegamos a la Guiseppe Galli en cuestión, nos atendió una chica en la puerta e inmediatamente mi madre estaba sentada entre un gigantesco espejo y un mulato que me miraba más a mí que a su pelo. Le pregunté que cuánto iban a tardar y me dijo que una media hora, por lo que aproveché para volver a casa y tender la ropa de la lavadora. Al volver, mi madre ya me estaba esperando, al igual que la chica que iba a cobrarnos. 19,40 euros. Tuve la sensación de no haber oído bien, como cuando estás en el extranjero y dudas si te han dicho 9 o 19. Pero sí, me confirmó que por lo que le habían hecho cobraban 19,40 euros, y eso que se acababa de duchar y no necesitó que le lavasen el pelo.

    Reconozco mi ignorancia en estos temas, incluso habrá quien me pida la dirección porque lo considere barato, pero para mí era un precio desorbitado, y para mi madre, que había estado allí hacía unos meses y que le habían cobrado menos, debió ser antes de la subida de precios, y para mi mujer, que cuando se lo dije me miró con cara de “ya te l’han colao, macho”. Pero no, era así; había lista de precios en la pared e increiblemente para mí, esos eran los sablazos a aplicar.

    La segunda fue el domingo; una amiga propuso ir a la feria del SIMO en Madrid y nos pareció bien aprovechar la mañana viendo ordenadores y chorraditas informáticas. Llevo yendo años al SIMO y edición tras edición pierde calidad e interés, convirtiéndose en un certamen del todo a cien. 10 euros por la entrada a un salón que sólo teníamos la mañana para visitarlo, al que llegamos 1 hora tarde porque la promotora de la quedada se durmió y del que salimos 1 hora antes de que cerrasen porque era un bodrio.

    Y digo yo, 40 euros / hora no los cobro yo todos los días, pero sí que te los cobra un peluquero y la gente los paga tan a gusto, igual miles de personas pagan 10 euros por asistir a una feria que ha ido derivando en show de go-gos y mercadillo de chinos, sin dejar fuera los 3 euros que te cobran por una cerveza y los entre 10, 15 o incluso 20 por una copa en un tugurio de mala muerte. ¿Y nos quejamos de lo cara que está la vida y lo bajos que están los salarios?; la vida está cara, sí, pero los salarios no deben estar tan bajos, sólo hay que darse una vuelta por la ciudad. ¿Y nos quejamos de la inmigración?; pero cómo no van a arriesgar su vida en un cayuco cuando ven que nos gastamos en que nos corten el pelo lo que su familia tiene para sobrevivir un mes.

    03 noviembre 2006

    061103 de respuestas previsibles

    Hace unos años mi mujer tuvo una desagradable experiencia cuando le rompieron la ventanilla de coche para robarle el radio-cassette, un impresionante artilugio que cuando menos te lo esperabas se tragaba la cinta y la escupía a trocitos, un sacrilegio tratándose de The very best of King África o Mojinos Escocíos. Lo desagradable no fue que forzasen y violasen la propiedad particular, lo realmente irritante fue que pasó noches en vela hasta que finalmente los del seguro le arreglaron el cristal los del seguro.

    Por fin, después de años con un cascajo de coche, para colmo sin radio-cassette, que nunca lo repuso, el mes pasado decidió comprarse un flamante BMW.
    Cuando lo pidió dijo claramente que lo quería sin reproductor de CDs, que había escarmentado. No es lo normal, por eso tardaron 2 semanas más de lo habitual en dárselo, pero allí estaba ese precioso coche, todo nuevo, aparcado en el garaje. Para evitar tentaciones, se fue al ordenador e imprimió con grandes letras un cartel que decía ESTE COCHE NO TIENE REPRODUCTOR DE CDs, y cuando el coche tenía que salir del garaje de casa se lo ponía en el salpicadero.
    Cuando ayer fue al aparcamiento tras terminar el trabajo, en su plaza de garaje se encontró el cartel en el suelo, en cuyo reverso habían escrito: NO TE PREOCUPES, EL REPRODUCTOR YA SE LO PONEMOS NOSOTROS; GRACIAS POR EL COCHE.
    Durante unos segundos, no supo si reír o llorar.

    30 octubre 2006

    061030 de solidaridad

    El domingo estuvimos en una subasta solidaria; realmente fue comida solidaria, en la que cada uno ponía algo de comida y pagaba una cantidad a un fondo general, seguida subasta solidaria, en la que cada uno llevaba cosas para subastar al mejor postor.

    Esa era la idea, porque al final sólo algunos llevaron algo de comida y no se cobró ninguna cantidad por comer; en cuanto a la subasta, que a todas luces era ilegal, por muy buenas intenciones que tuviera, fue con mucho lo más útil de la jornada: sirvió para que la gente se librase de trastos inútiles que siempre terminan dando vueltas de un sitio para otro sin encontrarles utilidad. Por el contrario, tuvo algunos resultados nocivos, ya que en primer lugar sacó un espíritu consumista enfermizo que nos hizo adquirir artículos que nunca en nuestra vida utilizaremos, arrastramos a unas inocentes niñas a la ludopatía hasta el punto de hacerse ellas con el martillo de la subasta y, por ende, con el control del cotarro y por último volver a llenar nuestras casas con trastos inútiles, a la espera de una próxima subasta en la que nos podamos deshacer vilmente de ellos. En fin, en un momento conseguimos unos 300 euros que ayudaran a muchas personas, empezando por nosotros mismos, que con una mínima aportación conseguimos tranquilizar nuestras ya de por sí tranquilas conciencias, al menos hasta la próxima subasta.

    El único objeto útil, una jaula para meter el móvil o las chocolatinas y así dificultar el acceso a su consumo, fue unos de los varios objetos que no encontraron salida; en fin, ya estoy preparando mi cartera para adquirirlo en la próxima subasta que será antes de Navidades, para adquirir los regalos comprometidos para esas fechas, o la siguiente después de Navidades, para deshacernos de esos regalos inútiles que alguien ha considerado que no sabe cómo hemos podido vivir sin ellos hasta ahora.

    27 octubre 2006

    061027 de evolución

    Me acaba de llamar mi prima para decirme que va a ser niña el bebé que está esperando. Es algo que me esperaba; la última vez que la vi hace un mes lo vi claro, aunque tuve que nadar contra corriente porque todo el mundo esperaba que esta vez fuera niño: entre mis 2 primas y mis 3 hermanas juntan 8 chicas y sólo 2 chicos.

    No me coge de sorpresa porque, aunque puede que no sea muy científico, la barriga de las embarazadas tiene una forma distinta dependiendo de si lo que está en camino es chico o chica, y parece ser que me estoy especializando en distinguirla, porque hasta la fecha pocas veces me he equivocado, por no decir ninguna. Pero también estaba convencido porque la naturaleza es sabia y busca la supervivencia de la especie, eliminando a los elementos menos útiles: hasta hace no muchos años, la fuerza física y la necesidad de inseminación natural para la procreación hacían al hombre imprescindible y lo colocaban en una posición privilegiada dentro de la pirámide evolutiva; en un mundo cada vez más tecnificado, en el que la fuerza ha perdido peso frente a la inteligencia y en el que la inseminación ya no puede dejarse al azar, los hombres, convenzámonos de ellos, somos un animal en peligro de extinción, en pocos años no serviremos ni siquiera para los trabajos más burdos. Subir los escalones de la evolución ha costado millones de años, pero desde el momento en el que las mujeres se dieron cuenta de que el placer que les damos es fácilmente sustituible e incluso mejorable, estamos demostrando la ley física de que todo lo que sube tiende a bajar.

    Mi cuñado dijo al nacer su hija: “Pobre hija mía que te va a tocar vivir en este mundo tan machista”; yo cambiaría la sentencia por: “Pobres de nosotros, hijos de un dios menor, que estamos abocados a arrastrarnos en un mundo cuyo futuro pertenece a las mujeres”.

    20 octubre 2006

    061020 de guarderías

    Mi primer recuerdo de infancia es mi madre entrando en mi viejo dormitorio de pueblo y diciéndome “venga, niño, arriba, no vayas a llegar tarde el primer día". Entonces se llamaba parvulario y era el mundo exterior que nos aguardaba, lo desconocido, la aventura que afrontábamos con más admiración que miedo.

    Ahora soy yo el que despierta a mi hija. En su primer día he utilizado las mismas palabras que mi madre empleó conmigo, esperando que la reacción fuera semejante y que el recuerdo perdurase.
    No, creo que no ha sido igual; ha soltado algún tipo de gruñido ininteligible y ha dicho, en su corto lenguaje, que si tan interesado estaba, que fuese yo; ¡Ay, hija mía, si yo pudiese …!

    19 octubre 2006

    061019 de negociaciones

    Las peores negociaciones de mi vida han tenido lugar en el campo de batalla de casa. Y normalmente han sido por nimiedades.

    Cuando estás en una reunión con el director general de una multinacional sabes que si has llegado hasta allí es porque tu producto es bueno y él lo sabe, por lo que la negociación tiene sentido. En casa es distinto, eres consciente de que no hay verdades absolutas y de que aunque tengas el 99.9% de los argumentos a tu favor, el 0.1% restante hará que fracases.

    Dejé de discutir con mi mujer por el papel higiénico del cuarto de baño cuando mis hijas fueron adolescentes; yo utilizo normalmente un pequeño aseo que hay en el exterior de la casa, pero por h o por b la culpa de que en el baño principal el papel no se repusiese no era de ellas, por lo que tenía que ser mía, supongo. Una discusión enlazaba con otra, y al final terminábamos ellas enfurruñadas y yo cubierto hasta el cuello de lo que el papel tenía que haber limpiado.

    Decidí aplicar las técnicas de negociación que había aprendido, un MBA debía servir para algo, y empecé por introducir las nuevas tecnologías: ahora hay un teléfono en el baño principal para que avisen cuando el papel está agotado.

    17 octubre 2006

    061017 de deportes minoritarios

    Vivimos en un mundo mediatizado por el fútbol y todo lo que no sea correr detrás de un trozo de cuero dándole patadas es salirse de lo establecido, ser un bicho raro. Yo he formado parte de esas hordas inquisidoras que no aceptan otra religión distinta del deporte rey, pero Dios me dotó de piernas torcidas, por lo que jugando al fútbol el único futuro seguro que tenía era tropezar y caer. Probé en otros deportes como el baloncesto o el balonmano; a pesar de no ser pequeño, tampoco soy grande, por lo que mi bagaje es un ojo morado y una costilla rota. Ciclismo y ajedrez me han dado mayores satisfacciones; es posible que tener las piernas torcidas haya favorecido un poco, no lo sé.

    El deporte está bien en tu época de estudiante, te ayuda a relacionarte con la gente, a ligar en el mejor de los casos, a mantenerte en forma. Cuando empiezas a trabajar pasa de ser algo divertido a algo imprescindible; es curioso cómo la barriga crece exponencialmente al tiempo que permaneces en el potro de tortura del ordenador. Desesperadamente buscas un medio drástico para perder los kilos que has ganado en esos pocos primeros meses de trabajo. Piensas en un gimnasio, pero ni es divertido, ni tienes tiempo y/o dinero; buscas equipos de lo que sea, pero no tardas en darte cuenta de que una mega ciudad apenas tiene gente que coincida con tus horarios. Finalmente, cuando ya estás a punto de darlo todo por perdido, de pensar que tu barriga no parará de crecer hasta el infinito, de que pronto tendrás que optar por zapatos sin cordones y un calzador de medio metro para no tener que agacharte, hojeas un periódico o alguien te cuenta de un deporte rarísimo o un grupo de locos (que normal y curiosamente están más relacionados de lo que pudiera parecer), que entrenan no muy lejos de tu casa.

    Esto es lo que me pasó a mí. Nunca había oído hablar del lacrosse, ni siquiera sabía cómo se pronunciaba, pero allí estaba yo, con un palo que no sabía coger en mis manos, recibiendo y dando pelotazos (no, el juego no consiste en dar pelotazos ni palos, pero cuando no sabes es lo que ocurre) y entonces te preguntas cómo has podido vivir tantos años sin ese deporte. Muchos han pasado por nuestro grupo, nuestra secta de lacrossianos, pero pocos han quedado, muchos han sido los llamados, pero pocos los elegidos. Con el tiempo se ha ido formando un grupo capaz de sacrificar vacaciones y salud por una idea; nunca se agradecerá, es más, sólo se recibirán desplantes por ello. Esto poco me importa; sólo puedo decir que me ha mantenido vivo y que no cambio ninguna de las anécdotas que hemos pasado, batallitas que contamos una y otra vez, por la cómoda vida del no hacer nada y esperar que todo te venga del cielo, mientras te quejas de lo poco emocionante que es la vida en la ciudad.

    11 octubre 2006

    061011 de Olimpiadas

    Hace un para de fines de semana se produjo un hecho que no por previsible deja de ser alarmante; un grupo de jóvenes se enzarzó en una pelea dentro de un vagón del Metro a altas horas de la madrugada. La batalla campal terminó con la intervención de la policía y varias personas, civiles y combatientes, contusionadas.

    Lo previsible no viene de que los jóvenes encuentren que su única diversión es terminar borrachos en la madrugada del sábado y utilicen cualquier excusa para arrasar con mobiliario urbano, se metan en peleas o empleen el suburbano para demostrar, que no demostrarse, lo machitos que son cruzando vías; eso entraría dentro de lo esperable y, en cierto modo, lógico de 70 kilos de testosterona en pura efervescencia.

    En realidad es previsible porque sólo hay que darse una vuelta a cualquier hora del día o de la noche por la ciudad y ver cómo señoras respetabilísimas pierden la compostura y hasta las uñas por entrar en el vagón del Metro a empujones, que jóvenes de aspecto de estudiante de seminario empujan a embarazadas para adelantarse a ellas y sentarse en los asientos reservados, que calzonazos sacan el monstruo que llevan dentro cuando se sientan al volante y no dudan en achuchar a los temerarios vejetes que osan cruzar los pasos de cebra para que se den prisa, a padres que agreden si no de un modo físico, al menos sí verbal a los profesores que han cometido la blasfemia de reprender a sus maleducados retoños.

    Por alguna extraña razón, los líderes de nuestro clan se han enzarzado en una curiosa empresa, la de hacer de esta ciudad sede de unos Juegos Olímpicos. Es evidente que si algo les mueve a esto es la cantidad de dinero que mueve y el prestigio interclanes que genera. Para esto se necesita algo que es posible que se haya pasado por alto a nuestros afamados líderes de unos y otros partidos: que la empresa se lleve a buen término. Es una premisa sencilla, pero creo que no han caído en ella. ¿Creen en realidad que es bueno para la ciudad que durante un mes las televisiones del mundo estén transmitiendo el Gran Hermano de uno de los lugares menos cívicos del planeta? Supongo que sus jefes de prensa ya habrán pensado en ello y contratarán a extras y modelos para mostrar al planeta el mundo feliz en el que vivimos y la suerte de hacerlo en esta nuestra comunidad.

    06 octubre 2006

    061006 de principios y religiones

    Como ya sabéis, me he reincorporado a la vida laboral. Muchos me han dado la enhorabuena; para aquellos que aún no lo hayan hecho y estén tentados de hacerlo, que sepan que yo soy católico, y para los católicos el trabajo es un castigo, no una bendición. Si hubiera nacido … qué sé yo … protestante (que no protestón, que eso ya lo soy), el trabajo sería un modo de orar; pero no soy protestante. Y si hubiera nacido budista (el que tenga barrigota y sea calvo no quiere decir que lo sea), el trabajo sería un modo de encontrarme a mí mismo, pero no soy budista. Mi tradición es católica, así que el que quiera felicitarme por hacer algo contrario a mi religión, mejor que no me lo restriegue por la cara.

    29 septiembre 2006

    060929 de planchas y madres.

    La plancha siempre ha sido cosa de madres. En mi casa la mía nunca se fiaba de nosotros; esta tarea requería precisión y rapidez, y un marido, tres hijas y un hijo precisaban velocidad y trabajo bien hecho, muy lejos de lo que nosotros podíamos garantizar.
    A mí me enseñó la madre de mi primera pareja; no aceptaba nuestra relación, por lo que fue una manera de ganármela.
    En Inglaterra conviví un tiempo con una chica muy británica ella; lo digo porque no sabía ni lavar, ni cocinar, ni mucho menos planchar. Se atiborraba de mantequilla, por lo que mi estancia con los hijos de la Gran Bretaña fue un master de planchado, porque en sus pantalones cabían más de 3 personas de las que no han entrado en Cibeles por exceso de peso. Una persona encantadora, de aquellas que te dejan huella, y no lo digo sólo por si te pisa.
    Ahora, con mi mujer también plancho yo. Por un lado es que no me fío de ella, eso es cierto, pero por otro es porque me gusta, sobre todo ahora que viene el frío: ese olor a ropa limpia, el tacto de la pana, el blanco del algodón, el susurro de la seda, ese calorcito del tejido al paso de la plancha, … Sí, definitivamente me gusta.
    Hay hombres que nunca se acercarán a una plancha; ellos se lo pierden. Pero la plancha es una cosa de madres y, a pesar de que la barriga me está empezando a dificultar encaramarme a la tabla, el embarazo me lo está confirmando.

    26 septiembre 2006

    060926 de hombres y ligas

    Comienza la Segunda Liga Española de Lacrosse - 5.

    Si NO estás interesado, ni siquiera en las cervecitas tras los partidos, no hace falta que sigas con el texto; gracias por nada y lamento haberte molestado.

    Si sí lo estás, enhorabuena, perteneces al selecto club de los que estamos intentado mover la pesada rueda de los deportes minoritarios en este mundo mediatizado y futbolero.

    La competición está apoyada por el Madrid Club de Lacrosse y abierta a todo aquel que quiera participar, sea miembro del club o no, jugadores individuales o miembros de otros clubes; no está obligado a ello, pero se ofrece a suministrar material en la medida en que entienda que éste se trata correctamente y es responsabilidad de los participantes ir a buscar el material, montarlo, desmontarlo, guardarlo ordenadamente y devolverlo al lugar de origen. Aquí no hay criados, por lo que cada equipo proporcionará un utillero que será responsable de que su equipo esté listo para jugar, incluyendo que cada equipo se responsabilizará al menos de una de las porterías para el partido. Desde el club se intentará poner todas las facilidades, pero los participantes harán todo lo posible para repartir el trabajo.

    Importante: necesitamos gente, pero no gente demasiado voluntariosa que luego tiene demasiadas complicaciones para cumplir. Son una ayuda, pero no una solución y cada uno debe conocer sus limitaciones (que en mi caso son muchas). Si te ofreces para algo, cumple.

    25 septiembre 2006

    060925 de ascensores y arboles

    Ascensor del Vals.
    El domingo estuvimos en el cumpleaños de una de mis primas, guapa niña ella.

    En un momento de la fiesta terminamos ella, el marido de otra de mis primas, mi cuñado y yo en la cocina. Nos comentaba que su coche, que si no había llegado a la mayoría de edad poco le faltaría, había fallecido; descanse en paz. Comenzó diciendo que lo había llevado al taller porque tenía achaques de viejo, ruidos por aquí, pequeñas perdidas de líquidos por allá. Poco pudieron hacer en el taller, sino confirmar lo crónico de su estado.

    Hablaba de culata, cojinetes y retenes con una soltura que no pude por menos que recordar un programa de radio que escuché por la mañana en el que hablaban de cómo la mujer se estaba poniendo al día en asuntos de tecnología y maquinaria, especialmente la del coche, coto de caza hasta ahora reservado para el hombre.

    Al cárter y carburador siguieron la bomba de agua y filtro de aceite con la misma soltura.

    Sólo cuando entró en el tema de la polea chirrió un poquito, y no me refiero sólo a la polea, que también lo hacía, sino porque dijo, palabras textuales, “No se cómo, ni porqué, después de unos cientos de metros, los bajos del coche comenzaron a sonar como cuando vas por un rastrojo”. Claro, ¿quién no sabe como suena un coche cuando vas a toda velocidad por un rastrojo? Es más, ¿quién no sabe lo que es un rastrojo? Ay, mancheguita mía.

    Pero volvió a retomar coherencia cuando pasó a hablar de correa del alternador, del ascensor del Vals, del diferencial, …

    - Espera, espera, - pensé - ¿Ascensor del Vals? Mi coche es más o menos de la misma quinta, y nunca oí hablar del tal ascensor del Vals.

    A todo esto ella ya había pasado por motor de arranque y estaba llegando al ventilador.

    El marido de mi otra prima, que tuvo que pasar por el mismo estado de duda que yo, la interrumpió.

    - Perdona, cuando dices ASCENSOR DEL VALS, ¿a qué te refieres exactamente? ¿No será al ÁRBOL DE LEVAS?

    - ¿Árbol de levas?, pues sí, supongo que sería eso; yo qué sé, ¿tú te crees que me enteré de algo cuando me lo dijo el del taller?

    Y retomando el hilo de un tema del que según ella misma no se había enterado absolutamente de nada, continuó desmembrando al enfermo crónico con la misma diligencia. Poco más pudimos oír, porque la risa nos hizo salir de la cocina.


    Puesta en común.
    Con no pocas sonrisas, comentamos la anécdota con varios de los asistentes. Cuando se la comenté a mi mujer me di cuenta de que la suya no era sincera.

    - Sólo una cosa, ¿te estás enterando de algo de lo que te estoy diciendo?

    - Pues no; ¿qué coño es un árbol de nosequé?, ¿y qué coño hace dentro de un coche?, ¿y qué tiene que ver eso con que no funcione? Claro, si metes un árbol dentro de un coche, como no sea un bonsái, pues no cabe. ¿Es un bonsái?

    Bien, somos iguales, pero evidentemente hombres y mujeres hablamos distintos idiomas.


    Sin solución.
    Volví a la cocina, pero no me dio tiempo a avisar al marido de mi prima, quien se lo estaba contando a su mujer. La contestación de ella fue más o menos la misma: ¿árbol de qué? Bueno, por lo menos ésta entendió árbol y no ascensor.

    Nosotros somos más prácticos y vosotras más empáticas, por eso se volvió a la viuda de coche y le preguntó:

    - Bueno, vale, hay algo que no funciona, pero ¿tienes solución?
    Ahí no pude aguantar más y contesté:

    - Pues no, hasta que la cambiemos por una nueva o evolucione el transplante de cerebro, tu prima no tiene solución. ¿Tanto tiempo y aún no la conoces?

    22 septiembre 2006

    060922 de epitafios

    No llores delante de esta lapida, no te lamentes por mí; tranquilízate, ya me conoces, siempre llego tarde y, no iba a ser una excepción, llegué tarde a mi propio entierro.

    21 septiembre 2006

    060921 de momentos especiales

    Mi amigo abrió el cajón de la mesita de noche de su mujer y sacó un paquetito envuelto en un papel blanco.

    - Éste, dijo, no es un simple paquete, es ropa interior.

    Tiró el papel y observó la preciosa seda del conjunto.

    - Lo compró la primera vez que fuimos a New York, hace 8 ó 9 años... Nunca lo usó. Lo guardaba para una ocasión especial. Bien. Creo que ésta es la ocasión adecuada.

    Se acercó a la cama y apoyó el conjunto al lado de la ropa que llevaría a la funeraria: su mujer acababa de morir.

    Se giró hacia mí y me dijo:

    - Nunca guardes nada para una ocasión especial, cada día que vives, cada momento que estás con tu mujer es una ocasión especial.

    20 septiembre 2006

    060920 de barbaridades

    Hace no mucho, viendo los sinsentidos de la guerra, una persona a la que tengo por poseedora de una de las cabezas mejor amuebladas que conozco y a la que no dudo en dirigirme cuando necesito consejo me dijo:
    - Puede que sea una barbaridad lo que digo, pero visto lo que está haciendo Israel en Palestina y Líbano, hay momentos en los que me planteo si lo que hicieron los nazis con los israelíes no se lo buscaron ellos mismos.

    - Estoy de acuerdo contigo: es una barbaridad lo que dices.

    Si por la cabeza de una persona sensata y cuerda como pocas puede pasar esta idea peregrina y descabellada, ¿qué podemos esperar de psicópatas con un cociente intelectual muy por debajo de la media al frente de clanes más o menos numerosos?

    15 septiembre 2006

    060915 de muertos y no tanto

    Entre los tabúes de nuestra civilización, el que se lleva con mucho la peor parte es el referido a la muerte. Es un drama que acalla risas y quiebra alientos. La gente envejece por la pérdida y evita que los que desaparecieron entren en sus conversaciones como si eso hiciera que la conclusión de sus contratos de alquiler de los cuerpos no hubiera tenido nunca lugar.

    En los pueblos es distinto que en las grandes urbes; es cierto que por temas de caza o ganadería, la muerte es un vecino más que nos visita regularmente, pero siempre me sorprendió la escenificación del dolor en las comunidades pequeñas, ya sea porque la relación es más directa con el fallecido, ya sea por el qué dirán.

    Soy de los que el manto de la muerte le ha pasado cerca en muchas ocasiones, no sólo porque alguna vez sin yo saberlo la haya podido esquivar en el último momento, sino sobre todo cuando ha venido a hacer su trabajo en cuerpos ajenos.

    Por esto o porque la muerte propia no deja de ser un mal menor, cuando hablo de muertos me refiero a ellos como si siguieran respirando; es más, no puedo evitar tratarlos con el mismo tono de respetuosa guasa que cuando estaban vivos, porque si en su día me lo consintieron, no creo posible que ahora se enojen porque les tome el pelo. Siempre tienen la opción de venir a rebatírmelo; los espero, lo discutiremos alrededor de unas cervezas, que supongo que no se habrán hecho abstemios por cambiar de lugar de residencia y ni creo en un cielo en el alcohol esté prohibido, ni el infierno será tal infierno mientras esté permitido beber.

    14 septiembre 2006

    060914 de debilidades

    Qué fácil resulta hablar de amores y desamores cuando no se es parte interesada. ¿Quién no conoce algún caso crítico en el que hasta las piedras claman por su inviabilidad, quién no se ha asombrado de aquellos que no encuentran motivos suficientes para unirse cuando todos los ven como mitades de un mismo todo?

    Qué frágil es la memoria cuando se trata de recordarnos que nosotros en algún momento estuvimos ahí, que el velo era tan opaco que ni la luz lo atravesaba, que el encantamiento era tal que los molinos eran gigantes como nunca los hubo y que, en fin, la carne es débil, pero más débil aún es la materia gris.

    13 septiembre 2006

    060913 de censores

    Esto de ser censor no mola; es un trabajo sacrificado, rodeado de cultura y todo eso. Sí, es sacrificado, y encima la gente no lo entiende, piensan que nos vendemos a poderes superiores.

    Lo que peor llevo es que nos ningunean. No se dan cuenta de que nuestro trabajo deja de serlo y pasa a transformarse en una necesidad. Que no somos unos mandados, que el que no mandemos en nuestras propias casas no quiere decir que aquí no seamos nosotros los que tengamos la sartén por el mango. Tenemos el poder absoluto para dar o quitar la vida al arte; somos más que sus autores, porque una obra sin público, por buena que sea, cae en el olvido. ¿Quién puede nombrar alguna obra censurada?; alguna se puede haber escapado al implacable fuego del olvido, pero las conocidas son aquellas a las que la censura concedió su beneplácito.

    Es cierto que a veces hay piezas que no están mal del todo, pero, qué quieres que te diga, en este mundo de figuritas, todos queremos estar en el candelero y eso sólo se consigue haciendo las cosas a lo grande. Nadie es conocido por censurar lo censurable; el golpe de efecto es ir a contracorriente, en dar un golpe de mano y coger por los pelos lo que casi es calvo para sacarlo de entre el público y meterlo en el cajón del olvido. Siempre habrá quien hable mal de nosotros por la atrocidad de censurar una pieza de teatro de casi obligada asistencia, pero, por lo menos, se hablará de nosotros.

    12 septiembre 2006

    060912 de juegos reglados

    En todos los deportes los jugadores tienen ansia por jugar desde el principio, por eso cuando el entrenador no nos saca al inicio sentimos que el banquillo es una condena. El lacrosse no es menos y miramos desde el banco a los elegidos para la gloria; no nos damos cuenta de que desde esta posición privilegiada podemos ver puntos débiles del contrario, y lo que es más importante, sus puntos fuertes que a los que salen de inicio les pillan desprevenidos. La ventaja que tenían los delanteros suplentes que jugaron contra Poyton es que vieron como el 9 era demoledor y como el 3 utilizaba cualquier mala maña para sacar partido, sin mirar si esto lesionaba al contrario.

    Ahora que la Infantería de Marina va a Líbano, no puedo menos que respirar algo tranquilo cuando te veo en el banquillo, porque sé que si la misión se alarga y da tiempo a recuperarte irás, es tu trabajo y para eso estás ahí, pero por lo menos lo harás cuando hayas podido estudiar como juegan el resto de las partes. Aunque en esta puta vida, la guerra tiene poco de juego reglado.

    11 septiembre 2006

    060911 vida hogareña

    Este fin de semana lo tenía complicado; mi madre quería ir a las fiestas del pueblo y mi mujer a las del pueblo de una de sus amigas.

    Entre la espada y la pared, conseguí zafarme, mandé a cada una a una punta del país y yo me quedé sólo en casa con la excusa de un trabajo que tenía que terminar.

    En realidad lo que necesitaba era descansar; el sábado sí que me levanté algo más tarde, no mucho, a eso de las 10 de la mañana, pero por la noche me fui a dormir pronto y el domingo a las 8 estaba despierto y sin sueño. Hoy a las 6 de la mañana estaba fresco y listo para levantarme.

    Cuando vino mi mujer me preguntó que si la había echado de menos; me di cuenta de que me encanta tenerla a mi lado, pero que conforme estuve de ocupado durante el día y que las noches las reservaba para dormir, la verdad es que no la extrañé mucho. Mi madre al regresar me preguntó si me había apañado bien sin una madre a mi lado; me di cuenta de que para nada eché en falta sus guisos y sus cuidados.

    Creo que no les gustó cuando les dije que esto teníamos que repetirlo, a poder ser cada fin de semana.

    Supongo que, con algo de antelación, estoy entrando por la puerta de la placentera, tranquila y asexuada vida del hombre maduro.

    08 septiembre 2006

    060908 cuerpo del deseo

    La madre naturaleza, sabia como pocas, me colmó con un cuerpo atlético, digno de Apolo. El tiempo y la cerveza se encargaron de esculpir esta obra renacentista hasta darle el perfil de botijo que ahora tiene, con un único abdominal rodeando mi periferia estomacal como si de un flotador se tratase. Pero las apariencias engañan y no es un flotador, porque tiene una densidad mayor que el agua y en una piscina en lugar de flotar como un nenúfar o al menos bucear como un pez tropical me hundo en picado como el Titanic y apenas chapoteando puedo mantenerme a flote, lejos de lo que mi agraciado cuerpo solía hacer no ha mucho.

    Es verdad que de pequeño me faltaban algunos kilos, kilos que por cierto me sobran ahora multiplicados por 10. De hecho, en los colegios de pueblo, cortos de presupuesto además de profesorado, no existe ese fantástico esqueleto que puebla los homólogos de las películas yankees, así que en clase de Ciencias Naturales, que así se llamaba y no Conocimiento del Medio como ahora, lo que hacía don Mariano era sacarme a la pizarra y hacer que me levantase la camiseta: ahí tenía mis doscientos y pico huesos marcados perfectamente; vamos, que los esqueletos americanos tenían más chicha que el mío.

    Afortunadamente, cuando llegamos al curso en el que se explicaban los aparatos reproductores ya disponíamos de sofisticados medios audiovisuales (un triste proyector), de modo que no tuve que bajarme mis apreciados gallumbetes en clase; con lo que me ha dotado la naturaleza, si para los huesos mi cuerpo era un libro abierto, para otros temas las niñas hubiesen seguido sin descubrir gran diferencia entre sus zonas no visitables y las de los niños.

    07 septiembre 2006

    060907 amores y desamores

    ¿Amores reñidos son los más queridos? Que se lo pregunten a la cincuentena de personas que han muerto en lo que llevamos de año a manos de sus reñidos amores.

    Sólo espero que nunca nadie me quiera tanto.

    06 septiembre 2006

    060906 de culpas compartidas

    Desde que nuestros padres griegos nos legaron la democracia, la elección de representantes se ha demostrado como la mejor forma de gobierno. Desde el delegado de alumnos hasta el líder del mundo mundial, el elegido representa a sus votantes hasta que estos consideran que hay otro más válido y lo cambian sin darle explicaciones de su desamor, volviendo a iniciar el ciclo de la vida democrática.

    El tiempo pone a cada uno en su lugar y hay decisiones que, a pesar de su amplio consenso, no son acertadas.

    Pero es curioso cómo la historia se erige en juez y parte y condena, no sin cierta lógica, a las cabezas visibles por haber cometido el monstruoso crimen de decir en voz alta lo que pensaban. Puesto que locos ha habido siempre, mi duda está en si los que a las calladas los pusieron ahí tienen defensa diciendo que hubieran actuado de otro modo de haber sido informados de lo que en verdad escondían sus lideres. No estamos hablando de lobos con piel de cordero; nunca un nacionalismo escondió un alma cándida, sino que conoce las debilidades de sus electores, sus miedos más profundos, y los exprimen al máximo.

    Tan responsables son los electores, como los elegidos de las barbaridades de éstos. Si las barbaridades son económicas, poco pueden quejarse aquellos de haber perdido el dinero de sus impuestos en la ruleta rusa de la política. Cuando las barbaridades afectan a los derechos de las personas, a su integridad física, no hay cárceles en el mundo suficientes para que los Tribunales encierren a quienes pusieron ejércitos en manos de psicópatas.

    Lo menos que se puede pedir a los electores equivocados es que enmienden su error a la primera oportunidad; de no ser así, que no tengan la menor duda de que ellos serán los siguientes en sufrir los desmanes de sus elegidos, porque cuando tengan poder suficiente sus ideas sectarias les convencerán de lo conveniente de defenderse de quien no esté dispuesto a sacrificarlo todo por ellos.

    05 septiembre 2006

    060905 Deporte e idiomas

    El domingo estuvimos viendo la final de baloncesto entre España y Grecia; gran final, a pesar del triste partido de los griegos.

    Al acabar, se cantaron las canciones de rigor en honor de los campeones y no faltó quien cantó el himno español, a pesar de no tener letra.

    A la salida, el fervor invadía a los asistentes, se cortó el tráfico y las bocinas no paraban de sonar con más o menos ritmo.

    Una señora que iba detrás de mí llamó a algún conocido por el móvil y le contaba a gritos lo bien que se lo había pasado.

    - Sí, sí. El partido muy bien; hemos gritado, hemos saltado, hemos cantado. Hasta hemos cantado la canción esa de CUÍN

    Queen, gran grupo que nos regaló la canción We are the Champions, un himno para deportistas y aficionados, imprescindible en toda final, que saca lo mejor de uno mismo y que …

    - … sí, hija, sí. Esa de CUÍN … como sigue … ah, sí, CUÍN AN DE CHAMPIONS.

    ¿CUÍN AN DE CHAMPIONS? ¿La reina y los campeones? La verdad es que es el mejor homenaje que se podía hacer a Mercury y su grupo. Esta señora leyó en el subconsciente del cantante, ¡para que luego digan que en este país no sabemos hablar idiomas, si hasta lo hablamos en telepatía con el más allá! Eso no lo hacen todos los ingleses, por muy hijos de la Gran Bretaña que sean.

    04 septiembre 2006

    01 septiembre 2006

    060901 ¿Para qué sirve un ingeniero?

    He empezado a trabajar en una bonita empresa llena de siglas que me ha mandado a una obra que está en el extranjero (para mí, todo lo que sea fuera de la ciudad es el extranjero, lo desconocido), así que no me queda más remedio que coger el coche cada día para ir; de hecho no tenía coche y he tenido que agenciarme uno. Para un urbanita como yo, que se mueve siempre en transporte público el tener que conducir a diario es una aventura; ya no soy yo el que insulta a los cafres que se saltan un paso de cebra, ahora soy yo el cafre que no distingue el rojo del verde en los semáforos, y ya no soy yo el que recibe los pitidos por cruzar como peatón por sitios indebidos, ahora soy yo el que pita.

    Para estos primeros día y esperando a ver si el trabajo merece la pena del suplicio diario del coche, la mejor opción era pedir uno de la familia; no fue difícil conseguirlo (alguien que está ahí arriba me quiere mucho; gracias, guapas), la condición era pasar la ITV, que, bueno, no iba a ser ningún problema, porque salvo que necesitaba pasar por un túnel de lavado, el coche estaba perfecto, una maravilla de la tecnología alemana. El único inconveniente era que el portón del maletero no cerraba, así que le tuve que poner una cuerda y rezar para que no me lo robaran la primera noche (me encantan estas soluciones temporales españolas que terminan siempre siendo definitivas). Vamos, que me veía como Mr Bean poniéndole un cerrojo y un candado al coche.

    Cuando fui a pasar la dichosa revisión, el operario no pudo evitar felicitarme por lo bien que sonaba el motor (hay que decir que el coche es casi de la época de Felipe II); su cara cambió cuando empezó a hacerle las pruebas pertinentes:
    1. Dispositivo de luces de cruce defectuoso: la primera en la frente. El chaval me dijo: - Uy, esto está un poco roto. - Mierda, pensé, pero eso ¿es grave? - Para mí no, contestó, pero está roto. - Pues si para ti no es grave, para mí tampoco, sigue. Y siguió.
    2. Dispositivo de luz de marcha atrás defectuoso: la segunda. - Uy, pues la protección de la luz de marcha atrás también está rota. - Pero el piloto no está fundido, ¿verdad?, pregunté, así que no es grave, aseveré. - No, fundido no está, grave no es, dijo. - Pues si para ti no es grave, para mí tampoco, sigue. Y siguió.
    3. Luz de la placa de matrícula trasera: la tercera. - Uy, la cubierta de la luz de la matrícula se ha caído. - Pero luce, ¿no? - Sí, luce, … y no es grave. - Pues si para ti no es grave, para mí tampoco, sigue. Y siguió.
    4. Luces de posición: ¿Luces de posición? ¿Quién utiliza las luces de posición? Yo miré las cortas y las largas, pero ¿las de posición?; si no sé ni cuando hay que utilizarlas. El chaval me dijo: - Uy, esto está fundido. Ya no me dio tiempo a decirle nada, directamente dijo: No, no es grave y ya sé que para ti tampoco; sigo. Y siguió.
    5. Emisiones de humo en el límite, muy en el límite. - Que sepas que aunque no es grave y a ti no te importe, está en el límite de emisiones.
    6. Pérdidas de aceite sin goteo. Si hasta ahora no ha goteado es que las juntas ya se han sellado.
    7. Defectos en estado de guardapolvos. Esto no sé lo que es, pero tampoco es grave.

    A todo esto, hay otra serie de desperfectos menores tales como que el limpia parabrisas trasero echa agua pero no gira, o que no tiene cinturones de seguridad traseros, o que uno de los retrovisores está remachado, o que uno de los parasoles se baja poco a poco durante la marcha, lo mismo que el retrovisor interior, lo cual es, cuanto menos, incómodo. Esto unido a que cada vez que se cambiaba una llave se unía una llave más al juego, hace que para un coche se necesiten 6 llaves distintas (porque otra cosa no, pero dispone de 2 antirrobos; dime a mí de qué sirve si te dejas el portón trasero abierto por la noche en pleno zona chunga de Madrid). También el tapón de la gasolina tiene truco; menos mal que en la gasolinera había otro cliente que tenía una vespino y me dijo cómo abrirlo, que esto del tapón de la vespino tiene que ser alta tecnología, oye.

    Así que me puse manos a la obra a solucionar estos problemas que me quitaban el sueño. Lo primero era lo primero, así que si la solución de los informáticos es apagar y volver a encender, la de los ingenieros es dar un golpecito para que se recoloque todo. Quité la cuerda que hacía de improvisado cierre de seguridad y vi que rozaba en un punto. Esto me servirá, pensé. Cerré de golpe y no, no sirvió. Un poco más fuerte; más fuerte y seguía sin funcionar. Quizás empujando de un lateral; tampoco. Quizás de los dos; nada. Ya vi que un golpecito no iba a ser suficiente, así que tomé impulso para aumentar el impacto; la primera vez poco conseguí, es difícil controlar tus limitadas fuerzas en el portón trasero, la segunda fue algo mejor, y ya la tercera fue la definitiva. Hay pocas cosas que no pueda conseguir un ingeniero: a base de ingenio conseguí que la bombilla volviese a hacer contacto y ahora vuelvo a tener luces de posición; sigo sin saber cuándo usarlas, pero ya tengo luces.

    Esta maniobra tuvo un efecto secundario y es que cuando puse en marcha el coche tenía pulsada una de las palanquitas al lado del volante y se puso también en marcha el limpiaparabrisas trasero, que ahora sé que también funciona.

    Dos por el precio de uno.

    Bueno, tres, porque con tanto golpe, el portón trasero se cerró bien; pensé que la cuerda no quedaba mal, incluso la posibilidad del candado me atraía, pero ya que tengo la llave (que es otra de las muchas que arrastro, como si fuera el amo del calabozo), pues voy a utilizarla. Así que ahora ya el que quiera robar lo tiene más complicado, no muy complicado, pero sí más complicado que antes; lo que no tengo claro es lo que van a poder robar, ¿los cinturones traseros, que no tiene?

    Para las emisiones de humo no pienso poner un catalizador, pondré un mechero en el tubo de escape y que se vayan quemando los CO y NO, para las pérdidas de aceite lo único que hay que hacer es, como las heridas, no quitar la costra de fuera y esperar que haga de cierre y para el guardapolvos he visto una cinta adhesiva en el Todo a 100 que creo que me va a hacer un apaño.
    Eso sí, la trócola está bien, por lo menos no me han dicho que tenga que cambiarla.

    31 agosto 2006

    060831 sueño

    Estar de Rodríguez es una bendición, es justo decirlo; tienes toda la casa para ti solo, puedes salir con los amigos hasta las tantas, no importa que algo de ropa se quede descuidada por la habitación (o por la cocina, o por la sala de estar, …). Pero, reconozcámoslo, como el tener a tu pareja a tu lado, apoyándote sin esperar nada a cambio, sin fisuras, respetando y comprendiendo tus errores, no hay nada en el mundo ni fuera de él.

    Hace unos días mi mujer fue a casa de su madre para un par de semanas; el trabajo fue la excusa perfecta para librarme del suplicio de tener que aguantar a mi suegra durante tantos días, así que, aunque incluso me dijeron en la oficina que no había problema para coger unos días libres, me busqué un supuesto proyecto urgente con un cliente importantísimo para convencerlos de que, muy a mi pesar y sacrificándome por la empresa, tenía que quedarme. A mi mujer no le hizo mucha gracia, la verdad, pero coló.

    Ayer volvió, y como la T4 de Barajas la tiene que haber diseñado un arquitecto (que un protosimio borracho la hubiera diseñado con mucho más estilo y más funcional), para evitar el previsible caos me pidió que fuera a buscarla (supongo que algo de represalia por haberme escaqueado del viaje también había).

    El vuelo llegó a las 23:30, con media hora de retraso, algo dentro de lo previsible en estas fechas. El caso es que lo hizo en la Terminal satélite, así que hasta después de media noche no llegó a la T4 propiamente dicha.

    Bueno, ahora tocaba esperar las maletas, que, por supuesto, aún no habían llegado.

    30 minutos más tarde algunos de los pasajeros veían con alivio que sus maletas comenzaban a salir por la bocana de la cinta; por supuesto, el destino se había aliado con las ansias de represalia de mi mujer y la suya no estaba entre las elegidas.

    Cuando a la 1 dejaron de salir maletas, 2 o 3 sufridos pasajeros estaban todavía delante de la cinta aún con la esperanza de que apareciese su equipaje. Minutos después comenzó a salir la carga de otro vuelo que acababa de aterrizar, curiosamente, hacía sólo unos minutos, tan pocos que aún no habían llegado allí los pasajeros.

    Resignados, fueron al mostrador de reclamaciones, sí, ese que siempre está lleno de gente reclamando, que cuando lo veo no puedo más que tener la impresión de que siempre tienen más gente quejándose que pasajeros. Después de vagas y confusas reclamaciones (siempre nos dan las mismas a todos; sería más sencillo que pusiesen una grabación y que el formulario de reclamación nos lo diesen ya relleno junto con el billete), por fin terminó y salió ella donde yo estaba; a todo esto ya era más de la 1:30.

    En otra vida tenemos que haber sido muy mala gente para en ésta tener que sufrir el infierno de aguantar a los políticos que nos gobiernan, así que la única manera de volver a casa desde tan incomunicado desierto era con taxi (30 euracos por una bonita visita turística por una ciudad medio a oscuras).

    Casi a las 2 de la mañana lo único que deseaba era dejarme caer en la cama y dormir, no sólo porque me había levantado a las 6 el día anterior, sino porque en poco más de 4 horas iba a volver a sonar el despertador. Pero el diablo tenía otros planes para mí, así que mi mujer se sentó al borde de la cama y comenzó a despotricar del personal del aeropuerto. Apenas con monosílabos podía seguirle la conversación, y cuando Morfeo conseguía asirme de las manos para arrastrarme con él, ella se encendía más y levantaba el tono de voz, con lo que mi asustadizo amigo salía huyendo.

    Casi a las 3 todavía seguía hablando. Y hablaba, y hablaba. Y lo que es peor, me pedía que interviniese en la conversación; como si estuviera yo para disponer libremente de mi boca, que apenas acertaba a escupir sonidos guturales. En este punto ya había dejado de echar pestes de los aviones y de lo mal preparados que están los trabajadores de determinada compañía aérea bien conocida, y sufrida, por todos. Ahora, si mal no recuerdo, que todo es posible, recordaba (en voz alta, claro) lo bien que se lo había pasado en el viaje, de lo mucho que me hubiera divertido con ella.

    Silencio, silencio es lo único que necesitaba para haber caído rendido. Pues no, esta mujer tiene que estar reñida con él y se encarga de destrozarlo como si fuese algo personal. Apenas podía entender lo que decía, pero eso daba igual; sólo recuerdo que su voz, muy agradable normalmente, se había transformado en una especie de zumbido ininteligible que me impedía dormir. De vez en cuando intentaba escuchar y seguirle la conversación, pero era imposible; sólo palabras sueltas y muchas veces inconexas entraban por mis oídos y se quedaban rebotando dentro de mi cabeza.

    Finalmente, oh desdichado de mí, entendí algo referente a mi suegra y lo mucho que le hubiera gustado que yo hubiese ido al viaje. Hay que entender que en ese estado precatatónico en el que me encontraba, uno no es consciente de lo que masculla. Realmente no sé bien lo que dije, pero no tuvo que ser muy agradable. Allí tumbado boca abajo en la cama, lo único que recuerdo es mi cabeza hundiéndose contra el colchón tras el impacto no sé bien si de la almohada o de un libro, que todo es posible, en mi cogote y que el tono de voz de mi mujer había subido varios, bastantes, decibelios.

    Sinceramente, no sé lo que pude decir; sólo sé que de la nada había surgido una tempestad en la que estaba inmerso sin saber porqué. Intenté aclarar la situación, pero entre que no sabía qué era lo que había dicho y que mi cerebro no regía correctamente, creo que lo único que conseguí fue empeorar la situación.

    En un momento dado dijo esa frase terrible que nunca sabemos cómo interpretar, pero que lo hagamos como lo hagamos, siempre el resultado final será mucho peor del peor escenario posible esperado: “Bien, vale, de acuerdo, no pasa nada. Buenas noches”. Y se dio media vuelta.

    Eso ocurrió hace casi 2 horas. Ahora estoy aquí, tumbado en la cama, desvelado, a 5 minutos de que vuelva a sonar el despertador para que la cama me vomite a la triste realidad de mi trabajo diario, al lado de una persona que me odia cuya respiración profunda me demuestra que está teniendo un placentero affaire con el capullo de mi amigo Morfeo y sin saber exactamente cuanto le durará el cabreo, días o semanas.

    Me queda la esperanza de que todo esto haya sido un mal sueño y al menos el consuelo de que, de haber sido realidad, mi suegra, que Dios tenga en su gloria a poder ser más pronto que tarde, está a miles de kilómetros de distancia sin saber que sus ruegos han sido oídos y que los cielos me han castigado con esta noche diseñada por el lado más oscuro de su subconsciente.

    30 agosto 2006

    060830 de la Vega

    La tomatera sigue en alza.

    La última es hacernos creer que la boda o no boda de María Teresa Fernández de la Vega es interesante, casi una cuestión de estado; incluso lo he visto lanzado como primicia dada desde algún foro. Fernández de la Vega es una mujer de armas tomar, al menos a mí así me lo parece, que ha sabido adelantarse a su tiempo e imponerse en un mundo político dominado por hombres (así nos va). El que se case o deje de hacerlo es una cuestión personal suya; tanto ella como su pareja son mayores de edad y si realmente se han casado, que sea para bien. Es curioso que cuando por fin se ha conseguido que las parejas que no consideran casarse entre sus prioridades vitales dejen de ser estigmatizadas, parece que hay un nuevo resurgir de los matrimonios en todas sus modalidades.

    También se habla de la boda o no boda de María Escario; pues lo mismo, si realmente ha sido así, el que Escario sea periodista no la incapacita para casarse con y cuando quiera.

    Quien intenta hacer noticia de que alguien se casa o con quién o en qué circunstancias, o que tiene un hijo, o que se acuesta por dinero o placer con famosillos del tres al cuarto quizás sea porque sus neuronas, suponiendo que tenga más de una, no están preparadas para pensar y ven su triste vida pasar en el reflejo de los otros. ¡Qué triste, el mito de la caverna sigue tan vivo como hace miles de años!

    Y lo peor de todo es que muchos se hacen llamar periodistas.

    29 agosto 2006

    060829 Temporada 06-07

    La temporada 05-06 de lacrosse en España ha terminado con el mejor torneo de todo el sur de Europa. La calidad de varios de los equipos, con jugadores de los más importantes equipos europeos que jugaron en el Mundial de Canadá así lo demuestra. Esta ha sido sólo la guinda de un año en el que por primera vez hubo liga regular, se comenzó un plan de enseñanza de lacrosse en colegios y en el que un combinado nacional español nos representó en un Mundial, con un más que meritorio resultado global.

    A temporada acabada, temporada comenzada. Pendientes del fin de semana de Valencia, se da el pistoletazo de salida a la nueva temporada 06-07. Los hitos a perseguir en el curso que comienza son:
    - Segunda liga de lacrosse. Mike volvió a Estados Unidos; aunque no participó en la faceta administrativa, fue el auténtico motor de la liga, siempre dispuesto a jugar. Eso es lo que necesitamos para esta segunda liga, gente dispuesta a jugar en todo momento. Vamos a ver la posibilidad de extenderla fuera de las fronteras de Madrid, con equipos en Cádiz en cuanto David vuelva a agarrar el palo y Barcelona; veremos si podemos conseguirlo. Ya hay jugadores apuntados; lo ideal sería tener más de 3 equipos y empezar antes de que acabe el año para no acumular partidos al final. Esta temporada pasada sólo se pudo jugar liga masculina, pero también habría que plantearse la femenina, aunque esto suponga algunos refuerzos (mínimos) con chicos; vosotras ya sabéis con quién podéis contar y quienes son peligrosos.
    - Se van a potenciar actuaciones estables en colegios y universidades. Se ha comenzado la tarea de colocar carteles, pero lo más importante es ponernos en contacto con los profesores de educación física y planificar la temporada con varias jornadas prácticas. La posibilidad de una liga escolar queda todavía lejana.
    - Torneos: aparte del 5º Torneo de Madrid, se ha solicitado la organización del Newcomers en España. La ELF no nos ha contestado aún, pero esperamos que la respuesta sea positiva. No hay mucho tiempo, por lo que el trabajo va a ser duro.

    Objetivo: seguir jugando el mejor lacrosse del sur de Europa e ir acercándonos a nuestros primos del norte.

    Para todo esto se necesita ayuda. ¿Cómo se puede colaborar?
    - Evidentemente lo primordial son los jugadores, por lo que este año todos tenemos que hacer un esfuerzo para entrenar y jugar al máximo nivel. Van a haber entrenadores que son los que van a llevar el peso de los entrenamientos; el resto de jugadores, llegar a tiempo, ver, oír, callar y, sobre todo, jugar y aprender, ¿vale, Ingeniero?
    - De entre el grupo de jugadores, quien tenga algo que aportar en el aspecto deportivo está invitado a hacerlo, sobre todo haciéndose cargo de los entrenamientos, ya sean en su parte física, como en la técnica. Por favor, gente más o menos voluntariosa pero con poca gracia y menos saber hacer como el manta del Ingenirillo, que se abstengan de ofrecerse, porque más que ayudar, boicotean el grupo, y aquí se necesita gente que sume, no Ingenierines de pacotilla.
    - Administrativamente, se necesita todo el apoyo posible, por lo que hay que organizar grupos de trabajo que se encarguen desde ya de organizar departamentos de publicidad y prensa, gestión de la información, relación con organismos oficiales, proveedores, informática, traducciones, … Algunos ya trabajáis en esto o conocéis a alguien que puede echar una mano. Estáis invitados a colaborar.
    - El tema de los colegios es primordial, por lo que quien pueda disponer de alguna hora para responsabilizarse de ir a algún colegio, el club le suministrará el material necesario, así como información. Lo más cómodo es que busque colegios por la zona donde viva o trabaje y que utilice éstos como punto de partida. Vuelvo a reiterar que gente poco sociable como el Ingeniero no es lo mejor para representarnos ante alumnos; se necesita gente con un mínimo de don de gentes.
    - Quien esté interesado en ir a algún torneo, lo mejor sería que lo comunicase lo antes posible, de modo que se pueda hacer una planificación de la temporada y se estudie la posibilidad de enviar un grupo completo.
    - Quien quiera participar en la liga, que lo comunique igualmente y, si así lo quiere, que se vaya organizando su propio equipo desde ya mismo; no supondrá problema que alguien quiera presentar un equipo cerrado formado sólo por jugadores manchegos. Ya hay varios jugadores apuntados, pero no se va a dar por supuesto que el medio hombre del Inge quiere participar si no lo ha expresado por escrito con anterioridad.
    - El Madrid Club de Lacrosse se consolida, pero hay que dar el paso e ir más allá. Quien se vea capacitado para acometer la gestión de un club deportivo, se le invita a que entre en la Junta Directiva y lo ponga en práctica; pero es más, también se invita a aquellos que así lo deseen a que monten clubes independientes: es la única manera de crecer. Se les apoyará en todo lo posible para que lo lleven a buen puerto, no interesan clubes abocados a una triste muerte súbita. Parte del material del MCL fue suministrado por el Comité de Desarrollo de la ILF para promocionar el lacrosse en España, por lo que para eso debe ser usado. También el Comité está abierto a nuevas solicitudes. Este año deberíamos conseguir al menos un par de clubes más si queremos seguir creciendo. Planteároslo, por favor.

    28 agosto 2006

    060828 Placeres prohibidos

    Para los que estamos acostumbrados a vivir cerca del trabajo, tardar más de media hora en llegar a la oficina es ya un suplicio, sobre todo si dependes de un sistema de transporte público relativamente caótico.

    Bueno, no lo estoy llevando mal ahora que tardo hora y media en llegar y otro tanto en volver, al menos he recuperado la lectura, placer prohibido en estos tiempos extraños. Podía haber optado por muchos de los millones de libros que me faltan por disfrutar y, en algunos casos, sufrir, pero en este mundo de locos estoy convencido de que no hay mejor opción que El Quijote.

    Si aguanto más en el trabajo es porque quiero completarlo, si no, ya hubiera presentado mi dimisión irrevocable; debe ser la primera vez en la historia que el límite laboral en una empresa está fijado por la lectura de un libro.

    No es que quiera acelerar mi marcha de la empresa, pero es que Cervantes engancha y no puedo evitar encontrar momentos para leer algún párrafo más, aparte de mi condena diaria de 3 horas, claro.

    25 agosto 2006

    060825 Idioma palmero

    Estuve unos días en La Palma. Es un sitio impresionante, sobre todo para urbanitas como yo. La vida se detiene y las prisas no existen. Los coches rara vez se pueden poner en cuarta velocidad, porque la recta asfaltada más larga tiene sólo unos centenares de metros de longitud (también es verdad que es la pista de aterrizaje del aeropuerto, por lo que tampoco es muy conveniente utilizarla si no es en el avión).

    Es curioso como la teoría de la relatividad espacio-tiempo adquiere aquí una nueva dimensión. Todo se ralentiza y las grandes preocupaciones pierden parte de su importancia.
    El primer consejo que se da a los que llegan del continente es que cambien su modo de andar, porque si siguen al mismo ritmo en un día se les acaba la isla y caen al mar (el espacio es relativo). Y si ya de por sí es complicado que te atiendan con celeridad en la terracita de un bar, aquí más vale que no llegues con sed, porque puedes morir antes de que el camarero siquiera se haya dado cuenta de los aspavientos que hacen los clientes desde las mesas (el tiempo es también relativo, al igual que lo es el caso que te hacen los camareros, que más que relativo es ninguno, pero eso es parte de otra teoría).

    Otra cosa que hay que tener en cuenta es el idioma: también el idioma es relativo. Allí se habla una mezcla de todos los idiomas del mundo, cogiendo de cada uno los vocablos más melódicos y las carencias más rítmicas. No existe la palabra “bueno”, se dice “bueeeno”. Para referirte a alguien no se le dispara un simple “oye”, se le regalan los oídos con “oooye, mi niiiño”. Y lo que es más importante, el “tú” y el “vosotros” no existen, siempre se nos trata de usted, que en este mundo en el que se lleva años perdiendo las formas siempre es muy de agradecer.

    Las plantas, que también en eso han sabido seleccionar las más espectaculares de la tierra tienen, por supuesto, sus rebuscados nombres.

    Íbamos por una de las muchas carreteras que rodean los volcanes, despacito, porque no puede ser de otro modo. Las hojas de los helechos acariciaban el lateral del autobús, pidiendo a gritos que se les devolviera el favor. Y así lo hice; a esa velocidad el frescor y la textura de la planta mimaban la palma de mi mano.
    - No saques la mano, mi niño, que por aquí hay tuneras.
    - ¿Tuneras? ¿Qué son, árboles?
    - No, no. Son … de lo que salen los tunos.
    - ¿Tunos?
    - Sí, sí, son los frutos. Se pueden comer directamente, o en mermelada, …
    Al recordar frambuesas y demás moras de tallo espinoso, un escalofrío recorrió mi cuerpo de tal manera que hizo que mi brazo se encogiese.
    - ¿Zarzas?
    - No, mi niño - esto me tranquilizó y volvió a relajar mi brazo - son …, bueno, tuneras.
    Veinte minutos más tarde estábamos en un centro de salud intentando sacarme las púas de un higo chumbo que atravesaban mi mano.
    - ¿De verdad le dio una bofetada desde la guagua a un tuno, mi niño? - me preguntaba incrédula la enfermera.

    24 agosto 2006

    060824 Monogamia

    Al igual que en religión hay quien dice que es creyente, pero no practicante, dando a entender que todos los males de la Iglesia, y del mundo por extensión, proceden del púlpito (y parte de razón no les falta), en cierto modo igual pasa con la monogamia: en mi caso, no soy creyente, pero sí practicante. Nunca he creído y difícilmente se me podrá convencer para que lo haga; otra cosa es que la practique, porque quien manda, manda.

    Me resulta curioso ese estado en el que una persona consagra su vida entera, o al menos parte importante, a otra, muchas veces con la convicción de que a las primeras de cambio se le pagará con una moneda de inferior valor.

    No puedo obligar a nadie a hacer algo en lo que en mi fuero interno no creo, por eso dejo libertad de elección, incluso preferiría que no se perdiesen oportunidades (oportunidad es siempre que realmente merezca la pena), porque lo peor que puede pasarle a uno es que se pase la vida entonando la letanía del qué hubiera sido de mi vida si …

    Por contra, lo único que pido es que se me deje en la más feliz de las ignorancias, no porque me importe, no, sino porque podría quedarme ese regustillo agridulce de sentirme comparado.

    23 agosto 2006

    060823 AKlan

    Los animales somos territoriales, siempre lo hemos sido y ese gen no se ha perdido con el paso de los siglos. Es más, ha encontrado caldo de cultivo privilegiado en el ser humano.

    Necesitamos poco para sentir nuestro bastión atacado; alguien que se cuela en NUESTRO carril, porque es nuestro porque circulamos por él desde hace unas decenas de metros, alguien que se acerca a hablar con NUESTRA pareja, porque es nuestra porque tenemos un contrato nunca escrito de exclusividad unilateral, alguien que osaba respirar NUESTRO aire, porque es nuestro porque los dioses lo pusieron ahí para nuestro exclusivo uso y disfrute.

    En esta necesidad de defensa ante tan intolerables agresiones de los otros encuentran su banco donde echar redes los clanes, nacionalismos más o menos exclusivos en los que hacer crecer la idea de pertenencia a grupo (grupo en el que los otros no están y a los que nunca se les permitirá estarlo, faltaría más).

    Sea por color, RH, lengua o religión, un vistazo rápido a la Historia permite identificar una serie de clanes que se han considerado tocados por el dedo divino, como si Dios no tuviera cosas más importante que hacer. Los microclanes, arrastrados por sus instintos más básicos, cobran impulso en la era de la globalización.

    22 agosto 2006

    060822 Lacrosse

    Un año más vuelve puntual el IV Torneo de Lacrosse de Madrid. Para aquellos poco o nada habituados con este deporte, deciros que es como el balompié o el balonmano, pero que no se juega ni con los pies, ni con las manos, sino con un palo coronado por una red, que es como el baloncesto, pero que no consiste en meter la pelota en un cesto, sino en una portería y que es como el tenis, pero en el que no se golpea la pelota con una raqueta, sino que se recibe con el artilugio en cuestión.

    Bueno, es complicado explicarlo si no se ha visto antes. Es un deporte de equipo que consiste en coger una pequeña pelota, correr por todo el campo sin que te la quite el contrario y meter gol en la portería contraria. Hasta aquí todo sencillo; la cosa se complica cuando la pelota no la puedes coger con la mano, el contrario puede cargar directamente contra ti, el campo tiene 100 m de largo y la portería es diminuta comparada con el voluminoso portero que la defiende. Por eso no es nada parecido a cualquier otro deporte que hayáis visto. Quien lo ha visto, ha repetido, quizás sea porque es el deporte más rápido jugado sobre dos piernas, porque las cargas son espectaculares, porque la pelota alcanza velocidades superiores a los 150 km/h o simplemente porque en agosto hay poco que hacer en Madrid.

    El espectáculo comienza el viernes 25 por la noche con la presentación del torneo, continúa el sábado 26 con las series clasificatorias (mañana y tarde, con un descanso a medio día para darse un chapuzón en la piscina y la fiesta nocturna) y finalizan el domingo 27 con los partidos finales de hombres y mujeres. Los partidos se disputarán en el Estadio de Vallehermoso (Metro Canal o Islas Filipinas).

    Los que ya nos conocéis no podéis faltar y los que no, no podéis dejar pasar la oportunidad. Muchos de los jugadores que nos defendieron en el Mundial de Canadá jugarán y esperamos que congreguen al menos la mitad de público que movilizaron allí.

    21 agosto 2006

    060821 Cinta roja

    Hace un tiempo (10 años o 10 días, que a lo que hace a esta historia poco importa eso) estuve trabajando en temas de calidad, ese maremágnum que engloba diversas disciplinas y que en su forma más simple consiste en comprobar que lo que se está haciendo se hace bien.

    Uno de los días vi que el tubo corrugado por el que se introduce el cable eléctrico estaba cortado y empalmado con cinta adhesiva. Esto es un inconveniente, porque cuando hay que pasar el cable por dentro, se engancha la unión y no hay Dios que lo haga avanzar.

    Fui a hablar con el encargado de instalaciones eléctricas (de hecho era el primer día que hablaba con él) y le dije que eso no podía ser.
    - Es más, le dije, llama la atención que hay incluso una de las paredes en las que se ven hasta 8 anomalías de este tipo, encintadas todas ellas con aislante rojo.
    - No, eso no está bien, me respondió. No te preocupes, que esto lo arreglo yo en seguida.
    Y así quedamos.

    Esa misma tarde, haciendo la rutinaria visita por obra vi como este encargado bajaba con otro operario por la escalera de la zona en cuestión. Como el edificio estaba en obras, no pude ir directamente hacia donde ellos estaban, así que decidí continuar la visita.

    Cuando pasé por delante de la pared mancillada, pasó desapercibida ante mí.
    - ¿Eh? Se me ha pasado por alto la habitación, y eso que venía adrede a verla.

    Volví sobre mis pasos, la miré y no vi los encintados sobre los que habíamos estado hablando en la mañana. Nuevo había un andamio y algo de material sobrante.
    - Ah, pues sí que se han dado prisa en arreglarlo.

    Me acerqué a la pared y me quedé perplejo ante lo que mis ojos veían. No podía menos que darle la razón: eso no estaba bien y lo arregló en seguida, había puesto encima de la cinta roja otra cinta adhesiva gris, del mismo color del tubo, para taparla. Evidentemente, ya no llamaba tanto la atención. Razón ahí sí que tenía.

    Con quienes lo comenté de mi oficina no podían menos que soltar una carcajada; yo lo hubiera hecho también si no pensase en el coste que suponía llevar y montar un andamio y tener a uno o dos operarios tapando lo que estaba mal y que, por poco más, hubiesen solucionado el problema.

    A los pocos días, antes de poder hablar con el encargado en cuestión, tuvimos una reunión con uno de sus jefes. Preferí no decir nada en tanto no hablase antes con él, pero en uno de los momentos este jefe intentó sacar partido de uno de los puntos a debate y una de mis compañeras detectó la oportunidad de tirarse a la yugular y no dudó en aprovecharla; le soltó el zarpazo, dejando al pobre hombre desarmado.

    Una hora más tarde, delante de la oficina estaba el encargado de electricistas andando de lado a lado del pasillo como tigre enjaulado, hablando en tono exaltado por el móvil.

    Le dije a mi colega que íbamos a tener visita, a lo cual ella contestó con un “No se atreverá”.

    Efectivamente yo tenía razón; entró como toro saliendo de toriles.
    - Oye, ¿qué es eso de que hemos encintado en gris para que no se vea lo encintado en rojo?

    Con lo que no contaba era que soy un amante de las nuevas tecnologías, sobre todo esas pequeñas cámaras digitales que te hacen maravillosas fotografías.

    Sin mediar palabra le alargué un documento en el que había impreso varias fotografías tomadas cuando la cinta roja era roja y, a continuación, otras desde exactamente el mismo ángulo cuando la cinta, oh milagro, se había decolorado a gris.

    Sólo pudo mascullar algo así como “No me lo puedo creer”. Se dio media vuelta, y al igual que había entrado como toro picado por puya, salió como perro con el rabo entre las piernas.

    A lo cual, unas consideraciones:
    Si tienes que hacer algo, hazlo bien a la primera, o, por Dios, al menos arréglalo bien y no hagas chapuzas.
    Si tu jefe se ha enterado, tiembla y no vayas de listillo.
    Y lo más importante, no le busques las cosquillas a un ingeniero, porque lo normal es que salgas escaldado.

    18 agosto 2006

    060818 Declaración de principios

    Antes que nada, hacer una declaración de principios para que nadie se lleve a equívocos, que en este país llamado Tierra somos muy dados a ello.

    Todo lo que escribo y todo lo que digo no tiene por qué ser cierto. Es más, la mayoría son versiones de historias y anécdotas que nunca tuvieron lugar, salvo en la mente de aquel que las inventó en una madrugada etílica. El que yo diga que estoy casado con el diablo no es más cierto que el que diga que soy sacerdote célibe, y tampoco lo es menos. El que aparezca una personalidad reconocible no quiere decir que sea esa persona, o quizás sí. Que se hable de una coyuntura histórica no tiene por qué ser la misma que alguien conoce, aunque tal vez remotamente tenga algo que ver.

    Por filosofía de vida, los personajes que aparezcan tendrán que ver con personas reconocibles, porque personalizando historias es como más cómodo me siento; esto no quiere decir que haya sido así, es más, muy posiblemente nunca ocurriera de tal modo, si es que alguna vez tuvo lugar el hecho. Si alguien se siente identificado muy probablemente es porque no tiene nada que ver con la experiencia narrada y le gustaría haber estado allí.

    Todo el mundo tiene derecho a equivocarse; es más, está obligado a hacerlo, porque equivocándonos es como aprendemos. El que tropieza y no cae, avanza el doble. Yo soy un maestro en tropezar, siempre lo he sido.

    Si alguien piensa que el humor no está íntimamente unido a la tragedia, lo único que puedo decir es que no pertenecemos al mismo club, porque para mí ni uno ni otro son espectáculos, son emociones de las que se salta de una a otra sin solución de continuidad. A mi velatorio no vengáis a llorarme, porque vuestros sollozos me impedirán reír a gusto; no os lamentéis, porque me desconcentraréis de eso tan divertido que estaba recordando.

    Estos son mis principios, los cuales, en contra de lo que decía aquel, no estoy dispuesto a cambiar. Lo que sí puedes hacer si no te gustan es reinterpretarlos a tu antojo de modo que donde dice nunca, diga siempre y donde dice día, diga noche, porque tu derecho a opinar lo que te dé la gana está por encima incluso de mi torpe deliberación. Es posible que incluso consigas convencerme de que has encontrado una versión más acertada de lo que pretendo en la vida.