El sábado tuvo lugar la inauguración de la Escuela Infantil de Lacrosse de Madrid.
Las clases se imparten a nivel casi individual y el profesorado está compuesto por miembros del combinado nacional español y otros jugadores de contrastadas habilidades.
Además, se imparten en inglés, aunando deporte e idiomas.
Pero lo más importante es cómo se lo pasan los aprendices. 4 horas corriendo sin parar y sin querer que terminase.
¿Qué otra actividad mezcla deporte, trabajo en equipo, naturaleza, idiomas y sobre todo diversión?
4 horas y no querían que acabase. Al llegar a casa rebañaron el plato y por la noche cayeron rendidos.
Reconozcámoslo, esto se paga. Y se paga muy bien.
Quien esté interesado en que sus hijos, sobrinos, nietos o demás conocidos se desarrollen en un ambiente multicultural, no puede dejar pasar la oportunidad de inscribirlos en lacrosse.
Dicho en otras palabras, los padres, tíos, abuelos o demás sufridores que quieran librarse de esos pequeños terroristas en potencia durante unas horas y tenerlos suavitos para todo el fin de semana, o se encomiendan al santo Job o los inscriben en lacrosse.
Las edades varían entre los 7 y 10 años. Un par de años mayores o menores podrían entrar en el grupo. Para otras edades, que se encarguen sus puñeteros padres, tíos, abuelos, …; la escuela no es una ONG para casos perdidos (aunque a veces lo parezca).
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