Voy a tener que aprender alemán. Sí; decididamente voy a tener que ponerme a estudiar.
Esta mañana llovía, para variar. Como buenamente he podido he ido al restaurante a desayunar, procurando no manchar mucho, porque tengo que pasar por un patio y los zapatos los llevaba mojados.
Al salir del desayuno me he encontrado con la mujer de la limpieza que, para que os hagáis una idea, es como la hermana fea de Rossy de Palma con peor leche de Freddy Cruger.
Venía hacia mí y, muy educado a pesar de las horas y del mal tiempo, le he dicho Guten Morgen.
- Guten Morgen, guten Morgen ....
A partir de ahí me ha soltado una parrafada que no puede transcribir, sencillamente porque no la he entendido.
Bitte?, apenas llegué a balbucear.
La segunda parrafada tampoco la he entendido. La he tendido que cortar para decirle que no entendía lo que me estaba diciendo. El caso es que me pareció ver que señalaba el servicio de mujeres y como salía del de hombres pensé que me quería decir que si necesitaba usarlo que pasase al otro. Pero su tono de voz no denotaba eso.
Dos o tres veces le dije que repitiese y otras tantas le dije que no entendía. Me ha tenido cinco minutos hablándome y yo con la sensación de que había hecho algo mal, no sé el qué, pero algo debía haber hecho y con el presentimiento casi cierto de que la fregona terminaba de peineta en mi cabeza (fregona no, que aquí utilizan un trapo en la punta de un palo). Y podéis hacer la prueba, cinco minutos es muuuucho tiempo.
Al final se ha callado y se me ha quedado mirando como si esperase respuesta. Y todavía debe seguir esperando, porque nada he podido responderle.
Se ha dado media vuelta y se ha ido.
Y yo me he quedado ahí, pasmado, sin saber si había hecho algo mal (pensé en si me echaba la bronca por haber pisado el suelo con los zapatos mojado; pero ya te vale, ponerte a fregar el suelo a la hora del desayuno), o si había hecho algo mal (aunque esa cara de poseída no lo reflejaba), o si me estaba pidiendo un kiki en el servicio de mujeres (que creo que va a ser que tampoco).
Nada, que ahí me he quedado con lo que supongo ha sido la primera bronca del día y que nunca sabré el porqué.
Y hablando de mochos, aunque este sea el baile y poco tenga que ver con el tema, pero me ha resultado cuanto menos curioso.
Para que luego nos quejemos de lo mal que nos trata la vida y lo oscuro que lo vemos todo.
Esta mañana llovía, para variar. Como buenamente he podido he ido al restaurante a desayunar, procurando no manchar mucho, porque tengo que pasar por un patio y los zapatos los llevaba mojados.
Al salir del desayuno me he encontrado con la mujer de la limpieza que, para que os hagáis una idea, es como la hermana fea de Rossy de Palma con peor leche de Freddy Cruger.
Venía hacia mí y, muy educado a pesar de las horas y del mal tiempo, le he dicho Guten Morgen.
- Guten Morgen, guten Morgen ....
A partir de ahí me ha soltado una parrafada que no puede transcribir, sencillamente porque no la he entendido.
Bitte?, apenas llegué a balbucear.
La segunda parrafada tampoco la he entendido. La he tendido que cortar para decirle que no entendía lo que me estaba diciendo. El caso es que me pareció ver que señalaba el servicio de mujeres y como salía del de hombres pensé que me quería decir que si necesitaba usarlo que pasase al otro. Pero su tono de voz no denotaba eso.
Dos o tres veces le dije que repitiese y otras tantas le dije que no entendía. Me ha tenido cinco minutos hablándome y yo con la sensación de que había hecho algo mal, no sé el qué, pero algo debía haber hecho y con el presentimiento casi cierto de que la fregona terminaba de peineta en mi cabeza (fregona no, que aquí utilizan un trapo en la punta de un palo). Y podéis hacer la prueba, cinco minutos es muuuucho tiempo.
Al final se ha callado y se me ha quedado mirando como si esperase respuesta. Y todavía debe seguir esperando, porque nada he podido responderle.
Se ha dado media vuelta y se ha ido.
Y yo me he quedado ahí, pasmado, sin saber si había hecho algo mal (pensé en si me echaba la bronca por haber pisado el suelo con los zapatos mojado; pero ya te vale, ponerte a fregar el suelo a la hora del desayuno), o si había hecho algo mal (aunque esa cara de poseída no lo reflejaba), o si me estaba pidiendo un kiki en el servicio de mujeres (que creo que va a ser que tampoco).
Nada, que ahí me he quedado con lo que supongo ha sido la primera bronca del día y que nunca sabré el porqué.
Y hablando de mochos, aunque este sea el baile y poco tenga que ver con el tema, pero me ha resultado cuanto menos curioso.
Para que luego nos quejemos de lo mal que nos trata la vida y lo oscuro que lo vemos todo.
1 comentario:
En dos palabras: Im - presionante
Pipi
Publicar un comentario