Nos vamos unos días de vacaciones. Hemos adelantado las vacaciones de Semana Santa y nos vamos unos días a Martinica.

Hay los tres tipos de comentario:

- ¡Qué morro!

¿Cómo que qué morro? Coño, aligera tú tu bolsillo y coge el avión, que no se necesita visado especial para ir.

- ¡Qué suerte!

¿Cómo que qué suerte? La suerte no existe, se aprovechan las oportunidades.

Además, de suerte nada: me voy a nosedonde, a tirarme 13 horas de vuelo para ir y otras tantas para volver, a estar a 30º a la sombra, a tener una humedad del 80% y, lo que es peor, vamos a ser un grupo de 8 en el que 7 son chicas, chicas a la mayoría de las cuales prefiero no tener a menos de 700 km de mí, chicas que no me van a hacer ni caso, incluída mi mujer (o especialmente ella), chicas que van a estar todo el día hablando de los atributos de los morenos de la isla, chicas que no me van a dejar que me acerque a las morenas de la isla, ...

En fin, ¿suerte? Menos mal que ya he localizado un sitio para hacer submarinismo; es lo único que me queda. Bueno, y si se vienen las chicas conmigo, seguro que siguen hablando debajo del agua con el snorquel puesto.

- Bueno, que no os pase nada.

En fin, ¿suerte? Menos mal que ya he localizado un sitio para hacer submarinismo; es lo único que me queda. Bueno, y si se vienen las chicas conmigo, seguro que siguen hablando debajo del agua con el snorquel puesto.

- Bueno, que no os pase nada.

¿Que no os pase nada? Joder, la alegría de la huerta. Este es de mi madre. Y es que madre no hay más que una (afortunadamente).

¿A alguien le interesaría un billete baratito para ir a nosedonde? Barato, barato.
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