Un político hablaba ayer de por qué había que ilegalizar al Partido Comunista de las Tierras Vascas.
En su argumentario había razones de peso tales como que utilizaban el estado de derecho para dinamitar el sistema desde dentro, que manipulaban la información para atacar al gobierno, que no acataban el sistema judicial, tildándolo de parcial cuando no les daba la razón, que desde su posición legalizada utilizaban información publica para su bien particular, sin dudar el poner en peligro a la ciudadanía, sobre todo si ésta no les era afín, que salían a la calle desafiando la lógica en manifestaciones sectarias, que utilizaban las plataformas de comunicación para hacer apología del fascismo y, finalmente, que justificaban acciones terroristas camuflándolas como acciones de guerra legítima, negándose a condenar los atentados.
- Entonces …, ¿van a ilegalizar al Partido Popular?
Nos giramos hacia ella; su ingenua pregunta no escondía un cierto grado de maldad. No nos miró; se limitó a seguir escuchando la entrevista mientras sorbía su consomé. En sus labios se esbozaba una sonrisa pícara.
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