La coplista está triste, ¿qué tendrá la coplista? Pues tiene que le ha tocado pasar la noche en prisión, o al menos en comisaría; es lo que tiene flirtear con un presunto delincuente, que te encenaga.
Y Cachuli, en un alarde de altruismo (podía haberlo sido antes, cuando el dinero de Marbella terminaba en bolsas de basura, y no precisamente con destino al basurero municipal) se ha puesto en huelga de hambre en protesta por tanta vejación.
¿Se ha puesto en huelga de hambre por la entrada en prisión de su chica?
Desde que entró en prisión ha perdido peso, y pidió salir de la cárcel, luego dijo que el corazón le fallaba, y pidió salir de la cárcel, más tarde vinieron las depresiones, y pidió salir de la cárcel. Y digo yo, coño, si me meten en la cárcel lo primero que hago, después de ponerme un candado en el culito, es perder peso; y lo segundo es pillar una congoja que me da jamacucos; y lo tercero es que me dé una depresión por no poder echar mis partiditos de lacrosse. Vamos, que quien diga que la primera vez que entra en prisión gana peso y sale bronceado, o es un tragaldabas o es que le gusta la marcha.
Nuestro sistema judicial está respondiendo de una manera curiosa a los pulsos de los delincuentes (de delinquir, cometer un delito). Farruquito mata a un señor y casi exige que no le ingresen en prisión porque tiene compromisos artísticos. Un conductor circula a más de 200 km/h y se considera que no pone en peligro la vida de nadie. El etarra de Juana se pone en huelga de hambre y en lugar de favorecerle que pase a mejor vida, porque la de asesino es de todo menos buena, se le excarcela y se le deja que dé paseitos por la calle (y se le pone a dos policías a tiro por si se aburre).
Algo pasa con este sistema judicial; los farruquitos están proliferando y desde arriba no se les pone coto.
Y arriba está el Ministerio de Justicia, más lento que nunca en tomar medidas. A Zapatero le está haciendo aguas el Consejo de Ministros y el de Justicia es el ministerio por donde la vía de agua es más grande (sobre todo porque al resto de ministerios apenas les quedan competencias).
Evidentemente todos los encarcelados lo están por haber cometido algún delito tipificado en el código penal y quien da el visto bueno al código es un estamento político. Por tanto, todos los presos se pueden considerar presos políticos, porque si a algún lumbreras del Ministerio se le hubiera ocurrido que el robo de un cerdo no fuera delito, varios delincuentes dejarían de serlo.
KATXULI ASKATU!
Y Cachuli, en un alarde de altruismo (podía haberlo sido antes, cuando el dinero de Marbella terminaba en bolsas de basura, y no precisamente con destino al basurero municipal) se ha puesto en huelga de hambre en protesta por tanta vejación.
¿Se ha puesto en huelga de hambre por la entrada en prisión de su chica?
Desde que entró en prisión ha perdido peso, y pidió salir de la cárcel, luego dijo que el corazón le fallaba, y pidió salir de la cárcel, más tarde vinieron las depresiones, y pidió salir de la cárcel. Y digo yo, coño, si me meten en la cárcel lo primero que hago, después de ponerme un candado en el culito, es perder peso; y lo segundo es pillar una congoja que me da jamacucos; y lo tercero es que me dé una depresión por no poder echar mis partiditos de lacrosse. Vamos, que quien diga que la primera vez que entra en prisión gana peso y sale bronceado, o es un tragaldabas o es que le gusta la marcha.
Nuestro sistema judicial está respondiendo de una manera curiosa a los pulsos de los delincuentes (de delinquir, cometer un delito). Farruquito mata a un señor y casi exige que no le ingresen en prisión porque tiene compromisos artísticos. Un conductor circula a más de 200 km/h y se considera que no pone en peligro la vida de nadie. El etarra de Juana se pone en huelga de hambre y en lugar de favorecerle que pase a mejor vida, porque la de asesino es de todo menos buena, se le excarcela y se le deja que dé paseitos por la calle (y se le pone a dos policías a tiro por si se aburre).
Algo pasa con este sistema judicial; los farruquitos están proliferando y desde arriba no se les pone coto.
Y arriba está el Ministerio de Justicia, más lento que nunca en tomar medidas. A Zapatero le está haciendo aguas el Consejo de Ministros y el de Justicia es el ministerio por donde la vía de agua es más grande (sobre todo porque al resto de ministerios apenas les quedan competencias).
Evidentemente todos los encarcelados lo están por haber cometido algún delito tipificado en el código penal y quien da el visto bueno al código es un estamento político. Por tanto, todos los presos se pueden considerar presos políticos, porque si a algún lumbreras del Ministerio se le hubiera ocurrido que el robo de un cerdo no fuera delito, varios delincuentes dejarían de serlo.
KATXULI ASKATU!
MARBELLAKO PRESOAK ETXERA!
Y a todo esto la Pantoja ha pasado la noche en prisión, o al menos en comisaría. ¿Qué temían, que escapase y diese conciertos en la clandestinidad para veinte mil personas? La Raimon del siglo XXI.
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