Este fin de semana hemos celebrado el cumpleaños de mi madre.
No somos muy dados a celebraciones, yo menos que nadie, pero el binomio familia grande - casa diminuta obligó a que comenzásemos el viernes y acabásemos el domingo a las mil. Ya les dije, esto es como en el médico, aquí hay que pedir cita para entrar. Así que nos fuimos turnando y a veces había más gente en la corrala que dentro de casa.
Compramos una tarta que hubo que ir reponiendo con más trozos de tarta y pastelitos para que llegase a los del domingo, como no podía ser muy grande le pedí el Cirio Pascual al cura para compensar las 72 velas (72 añazos, quién lo diría) y nos tiramos todo el fin de semana haciendo comida y limpiando. En fin, mereció la pena.
Ahora, ya le dije, el año que viene lo celebras en tu casa y contratamos un catering, que esto de celebrar un cumpleaños con más boato que el de la reina de Inglaterra en un piso de 30 metros como que no luce.
Para terminar la reunión, me conecté a Internet y abrí unos cuantos correos; vi que una amiga que suele mandarme chorraditas se tuvo que aburrir mucho el fin de semana, porque me había mandado varios y le regalé que los abriera. El primero era de una Noche en París, otro de definiciones con fotos; como ya le había cogido el tranquillo, le deje que siguiera abriendo ella sola mientras recogíamos la casa. Cinco minutos más tarde me la encontré con los ojos como platos mirando perpleja a la pantalla del ordenador.
Sólo diré que la foto más inocente del power point que acababa de abrir era la escultura de 3 chicas desnudas que adjunto; pertenece a un parque hedonista, pornográfico más bien, que hay en Korea. Y además estos puñeteros archivos van avanzando solos y no hay manera de pararlos.
Así que 2 cosas: niña, ojito con lo que me mandas, que luego pasa lo que pasa y a todos los demás visionad primero lo que vais a mostrar a vuestros padres, que la pobre se ha pasado toda la noche en vela de la impresión.
No somos muy dados a celebraciones, yo menos que nadie, pero el binomio familia grande - casa diminuta obligó a que comenzásemos el viernes y acabásemos el domingo a las mil. Ya les dije, esto es como en el médico, aquí hay que pedir cita para entrar. Así que nos fuimos turnando y a veces había más gente en la corrala que dentro de casa.
Compramos una tarta que hubo que ir reponiendo con más trozos de tarta y pastelitos para que llegase a los del domingo, como no podía ser muy grande le pedí el Cirio Pascual al cura para compensar las 72 velas (72 añazos, quién lo diría) y nos tiramos todo el fin de semana haciendo comida y limpiando. En fin, mereció la pena.
Ahora, ya le dije, el año que viene lo celebras en tu casa y contratamos un catering, que esto de celebrar un cumpleaños con más boato que el de la reina de Inglaterra en un piso de 30 metros como que no luce.
Para terminar la reunión, me conecté a Internet y abrí unos cuantos correos; vi que una amiga que suele mandarme chorraditas se tuvo que aburrir mucho el fin de semana, porque me había mandado varios y le regalé que los abriera. El primero era de una Noche en París, otro de definiciones con fotos; como ya le había cogido el tranquillo, le deje que siguiera abriendo ella sola mientras recogíamos la casa. Cinco minutos más tarde me la encontré con los ojos como platos mirando perpleja a la pantalla del ordenador.
Sólo diré que la foto más inocente del power point que acababa de abrir era la escultura de 3 chicas desnudas que adjunto; pertenece a un parque hedonista, pornográfico más bien, que hay en Korea. Y además estos puñeteros archivos van avanzando solos y no hay manera de pararlos.
Así que 2 cosas: niña, ojito con lo que me mandas, que luego pasa lo que pasa y a todos los demás visionad primero lo que vais a mostrar a vuestros padres, que la pobre se ha pasado toda la noche en vela de la impresión.
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