Comentario real escuchado en la calle Arenal de Madrid un domingo cualquiera:
- Puto Gallardón de los cojones.
Ante tan tanjante afirmación, no pudimos menos que levantar la vista y nos encontramos a un señor empujando la silla de ruedas de su madre, supongo, que se había quedad clavada en la arena de las obras. La calle se está peatonalizando y hay tramos en los que no sólo no está arreglada, sino que incluso hay que saltar entre cascotes, escombros y arena para poder avanzar. Si esto se hace empujando una silla de ruedas, la gymkhana ya es de nota.
Nadie le reprendió por soltar tal exabrupto, es más, hubo quien le secundó en la protesta.
Las obras, los parquímetros, la gestión en suma está llevando a que la acción de gobierno municipal, y en particular su alcalde, se enfrente día sí, y día también con la ciudadanía.
Se están haciendo cosas, sí, pero ¿a qué coste?
Esta fricción está llevando a que proliferen webs tipo http://www.gallardonno.com/ que se encargan de airear noticias comprometedoras sobre el edil madrileño.
Noticias, por ahora no les aplico el calificativo de información, como aquella de que un sobrino suyo utiliza una tarjeta de aparcamiento para minusválidos a pesar de no tener ninguna minusvalía física; el presunto fraude se ha conocido porque según parece el sobrinísimo se encarga de presumir de su tarjeta en público (como dijo uno, física no sé, pero psíquica …; la verdad es que muy listo no parece).
En fin, no he visto ni oído ningún desmentido por parte de Albertito, por lo que dejamos abierta esta tribuna para que lo haga cuando quiera.
Mientras tanto, la democracia está por encima de la ideología política, por lo que este señor tiene mucho que aclarar si no quiere que el tapado lo derroque en las próximas elecciones.
Si no, como va a poder la Botella llegar a alcaldesa; porque por méritos propios va a ser que no.
- Puto Gallardón de los cojones.
Ante tan tanjante afirmación, no pudimos menos que levantar la vista y nos encontramos a un señor empujando la silla de ruedas de su madre, supongo, que se había quedad clavada en la arena de las obras. La calle se está peatonalizando y hay tramos en los que no sólo no está arreglada, sino que incluso hay que saltar entre cascotes, escombros y arena para poder avanzar. Si esto se hace empujando una silla de ruedas, la gymkhana ya es de nota.
Nadie le reprendió por soltar tal exabrupto, es más, hubo quien le secundó en la protesta.
Las obras, los parquímetros, la gestión en suma está llevando a que la acción de gobierno municipal, y en particular su alcalde, se enfrente día sí, y día también con la ciudadanía.
Se están haciendo cosas, sí, pero ¿a qué coste?
Esta fricción está llevando a que proliferen webs tipo http://www.gallardonno.com/ que se encargan de airear noticias comprometedoras sobre el edil madrileño.
Noticias, por ahora no les aplico el calificativo de información, como aquella de que un sobrino suyo utiliza una tarjeta de aparcamiento para minusválidos a pesar de no tener ninguna minusvalía física; el presunto fraude se ha conocido porque según parece el sobrinísimo se encarga de presumir de su tarjeta en público (como dijo uno, física no sé, pero psíquica …; la verdad es que muy listo no parece).
En fin, no he visto ni oído ningún desmentido por parte de Albertito, por lo que dejamos abierta esta tribuna para que lo haga cuando quiera.
Mientras tanto, la democracia está por encima de la ideología política, por lo que este señor tiene mucho que aclarar si no quiere que el tapado lo derroque en las próximas elecciones.
Si no, como va a poder la Botella llegar a alcaldesa; porque por méritos propios va a ser que no.
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